jueves, noviembre 13, 2008

Más deuda

Ésta es una nota que publicó Alfredo Zaiat a principios de 2004, cuando se estaba renegociando la deuda externa. Me parece que tiene plena vigencia por varias razones:

- Habla de un argentino que luchó por desentrañar los mecanismos de la monumental estafa que significó la deuda; alguien a quien pocos recuerdan (entre ellos, su hijo).

- Cuenta la actuación de otro personaje, al que actualmente invitan a exponer en el coloquio de IDEA o le hacen reportajes como a un experto cualquiera.

- Describe los manejos que llevaron a que la famosa promesa de Raúl Alfonsín de "repudiar la deuda ilegítima" (*) terminara en el tacho de basura. Hoy día en que algunos se exaltan en los homenajes a los 25 años de democracia (gracias Martín), no está de más sacar algunos trapitos sucios al sol.


Nombre y apellido
por Alfredo Zaiat

El riesgo de convocar a una causa nacional reside en reducirla a una simple herramienta de negociación. La movilización de personas y conciencias permite acumular fuerzas, pero se convierte en manejos de masas si no se avanza más allá de frases mediáticas. Si bien las arengas son indispensables en la tarea de higiene del colonizado pensamiento económico, por sí solas quedarán apenas como parte de una esgrima verbal de una complicada puja de intereses. La invitación necesita bastante más que mostrar rostros de niños desnutridos o de pelear al FMI en forma pública. Más que los efectos de una deuda pública monstruosa -que sirven para sensibilizar pero no para entender-, o la demonización de un organismo internacional desprestigiado -que contribuye a concentrar los odios en una figura pero no para saber-, la convocatoria requiere recorrer la historia reciente para que aquellos que quieran sumarse a esa cruzada sepan por qué lo hacen y no se transformen solamente en hinchada de una tribuna que observa con pasión el partido de la deuda. Si bien para algunos puede parecer anacrónico o un esfuerzo inútil, el tema de la deuda no puede ser asumido como causa nacional si no se comienza por precisar su origen fraudulento.

Olvidado, perseguido y silenciado, Alejandro Olmos fue quien realizó la investigación más completa sobre el trasfondo del crecimiento de la deuda. Se ha caído en el error de estudiar solamente los aspectos cuantitativos y no se ha enfatizado el origen de cómo se construyó esa deuda monumental. La investigación impulsada por Olmos fue desarrollada en la causa 14.467, que se tramitó ante el Juzgado Federal a cargo del juez Jorge Ballesteros. En la sentencia, el magistrado sostiene que han quedado probados los mecanismos fraudulentos que se emplearon para constituir la deuda, pero a la vez considera que ante la relevancia de la materia en cuestión el Congreso, por mandato constitucional, tiene la facultad de arreglar la deuda pública e intervenir en su esclarecimiento. Desde entonces, la “causa nacional” duerme tranquila en algún anaquel del Parlamento.

Sirve analizar un poco esa historia. Al asumir Raúl Alfonsín, en el discurso pronunciado el 10 de diciembre de 1983, planteó que no se iba a pagar la deuda con el hambre del pueblo y se iba a realizar una investigación para establecer cuál era la deuda lícita y cuál la ilícita. Ante ese propósito, el Congreso dictó la Ley 23.062, donde se establecía que carecían de validez jurídica las normas y los actos administrativos emanados de las autoridades de facto. Mediante la Ley 23.854 se rechazó la gestión financiera de la dictadura correspondiente a los ejercicios 1976-1983.

A partir de aquí comienza la serie de claudicaciones hasta la convalidación de la deuda fraudulenta. A partir de esas leyes, se llevó a cabo una investigación que de modo arbitrario se limitó exclusivamente a la verificación de la deuda privada, omitiendo la deuda pública. Así, el 5 de julio de 1984, el directorio del Banco Central dictó la circular 340 mediante la cual se dispuso la conformación de un cuerpo de investigadores para analizar las declaraciones de deuda en moneda extranjera al 31 de octubre de 1983. La deuda a verificar alcanzaba los 17 mil millones de dólares, limitándose la investigación a la mitad, que constituía la deuda financiera.

El cuerpo de inspectores contratado por el Banco Central trabajó en soledad, sin infraestructura y sin apoyo oficial. Pese a ello sus conclusiones fueron contundentes: anomalías en las concertaciones de seguros de cambio, autopréstamos, endeudamientos producidos por proyectos de inversión que no se efectuaron, aportes de capital disfrazados de préstamos financieros y abultamiento de deudas. Ante los avances en la investigación, que ponía de manifiesto las maniobras que se habían realizado, que vale recordar terminaron incrementado la deuda del Estado, se modificaron los alcances de la mencionada circular 340 del BCRA. Se redujo entonces la investigación a averiguar si hubo violación a la ley penal cambiaria con relación al ingreso de los fondos, según el informe 480/161 del 6 de diciembre de 1986. Y luego se terminó de neutralizar la investigación sobre el origen fraudulento de esa porción de la deuda con la Resolución 298 de junio de 1988 firmada, entre otros, por el entonces director del Banco Central, Daniel Marx.

Vale detenerse un instante en ese protagonista. Se ha escrito mucho sobre la responsabilidad de Alfredo Martínez de Hoz, Domingo Cavallo e incluso de José Luis Machinea en el endeudamiento argentino. Pero sería una injusticia que la historia –que, como se sabe, la escriben los que ganan, y hasta ahora fueron los acreedores– no le guarde un lugar de privilegio a Marx. Aquí presentamos su reivindicación histórica. Fue director del Banco Central desde 1985, con una intervención relevante que hemos recién señalado en el tema de la deuda. Luego fue el representante financiero en Washington del gobierno de Carlos Menem. Intervino desde esa función en el Plan Brady. Luego de brindar esos servicios a la patria se asoció con Nicholas Brady, ex secretario del Tesoro de EE.UU., a quien se le debe la autoría de ese primer megacanje de deuda. Volvió a prestar sus servicios de negociador de la deuda en el gobierno de Fernando de la Rúa como secretario de Finanzas, sobreviviendo a todos los cambios de ministros de Economía de esa administración que le permitió anotar en su foja de servicio el último megacanje de la deuda. Ahora tiene una consultora que se dedica a... refinanciar deudas.

Las causas nacionales también tienen nombres y apellidos.


(Versión publicada en "¿Economistas o astrólogos? - La economía de los '90", colección Claves para Todos, Capital Intelectual, 2004, p. 40).


(*) Link al Capítulo 3 de este notable libro, escrito por un "liberal" hoy día frecuentemente repudiado por sus "correligionarios".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Rafa:

Hay un tema muy importante acerca de la deuda externa:creo que hay que analizarla antes y despues del Plan Brady.

(Si bien aqui habla con poca propiedad)

Antes el Estado tomaba deuda fundamentalmente de organismos o estados.

Despues el Estado emite bonos soberanos en moneda local o extranjera.Estos bonos tienen un plazo y un interes.
Estos bonos (quien habla por ejemplo)los compre voluntariamente y no tuve que hacer ninguna trampa para obtenerlos.

La deuda colocada en bonos voluntarios nunca puede ser ilegitima.Ya en realidad, yo le preste plata al Estado -no hubo un gran negociado de por medio-.

Puedo decir que el funcionario a cargo eligio a un banco amigo para hacer la colocacion y que en el pago a ese banco no una comision logica sino una comision anormal(robo).

Diferente es la deuda con organismos:la cual siempre es minima.(Al Club de Paris le debemos practicamente nada USD6 bi;al FMI le pagamos de contado...al BM...no se..corrupcion total).

Respecto al "liberal" CEscude pienso que tiene algunas cosas que explicar.
Creo que Escude es un monto-liberal:se sumo a los K cuando vislumbro que K era la via para hacer desaparecer al peronismo.

No creo que actualmente piense igual que hace 2 anos o uno.

Ayer conversaba con amigo - integrante de la mesa chica del peronismo "disidente" antiK - me decia: pensa que a Boca le venden la cancha y todos los jugadores.Los hinchas van a desaparecer?. De ninguna manera.

Contesto: esta bien, pero a quien tenes para poner en el equipo?

Respuesta:la verdad?...a nadie.
Estan en otra cosa:viven en Palermo chico (hoy barrio parque(?)).Hablan de lugares y cosas que no entiendo.
La verdad? Creo que el Jockey Club es mas proletario....

No lo molesto mas.
Saludos
anonimo bostero

Rafa dijo...

Don AB:

Creo que tiene razón sobre lo del Brady aunque voy a tratar de leer algo sobre el asunto. Pero la legitimidad de la nueva deuda no anularía la ilegitimidad de origen de la vieja. Los actos fraudulentos de los que contrajeron la deuda original deberían seguir siendo judiciables, pero bueno, quién le pone el cascabel al gato.

Después la sigo. Un saludo cordial.

Rafa dijo...

Estimado AB:
En realidad debí usar el tiempo pasado en el comentario anterior ya que la causa por la deuda parece estar prescripta. Ya que estamos, en este artículo que me pasó Soldado Svejk se dice que Alfonsín dejó que Joe se llevara un container con la documentación probatoria de la estafa de la deuda, vaya uno a saber...

Si mencioné a Escudé no es porque comparta sus posturas, sino porque lo que dice en ese libro me parece bastante coherente tratándose de alguien que se dice "liberal", por ejemplo al centrarse en las violaciones a los "derechos a la propiedad de las mayorías" (DPM). Me gustaría saber si Ud. leyó el libro y cuál es su opinión.

El peronismo disidente ahora tiene un nuevo adalid, Felipe S.; capaz que también es miembro del Jockey...

Otro saludo cordial.