miércoles, marzo 24, 2010

Lock out

Algunos movimientos recientes en el ambiente empresarial me trajeron recuerdos de los días previos al 24 de marzo de 1976. No porque la situación de aquella época tenga alguna similitud con la de hoy día, sino por la memoria de actitudes y lenguajes cuyo eco cada tanto vuelve a hacerse presente. Y por la moraleja que a mí me deja este episodio de la Historia: cómo muchos fueron utilizados en beneficio de unos pocos.

Como otras veces, vuelvo a recurrir a la Historia de la Economía Argentina (HEA) dirigida por A. Zaiat y M. Rapoport, donde puede leerse lo que sigue:


El establishment golpista
La Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias


"El miércoles 28 de enero (1976), la APEGE, entidad constituida el año anterior sobre los escombros de la Confederación General Económica, se reunió en asamblea en el local de la Bolsa de Comercio, con la asistencia de más de 700 delegados, bajo la presidencia del doctor Federico Peña (Cámara Argentina de Sociedades Anónimas). En el estrado se ubicaron Jorge Aguado (Confederaciones Rurales Argentinas), doctor Armando Braun (Cámara Argentina de Comercio), Marcos Peña (Federación Industrial de la Provincia de Córdoba), Celedonio Pereda (Sociedad Rural), ingeniero César Polledo (Cámara Argentina de la Construcción), Jorge Sabaté (Unión Comercial Argentina), Félix Villarreal (Federación Económica Bonaerense) y el secretario general de APEGE, ingeniero Roberto Meolli. Este último abrió el acto recordando que la entidad convocante se había constituido en asamblea permanente en agosto del año anterior 'en defensa de la iniciativa privada, la libertad de asociación y la dignidad del ser humano'. Más adelante agregó: 'Este nucleamiento sin estructura vertical, sin agremiación compulsiva, sin aportes obligatorios, sin compromisos políticos, ha venido a llenar un prolongado vacío con su aparición, tras un largo y penoso período en que la única voz que se escuchaba es la que está comprometida con el esquema colectivista, estatizante y demagógico que padecemos, razón del descalabro económico, político, social y moral que amenaza a nuestra Nación'.

También dijo el ingeniero Meolli: 'Que buena parte del empresariado, presumiblemente agobiado por los problemas cotidianos que debe resolver, ha caído en el falso esquema de creer que no importan las medidas que se dicten mientras él pueda sobrevivir, ignorando que sobrevivir es esperar la muerte'. Agregó, además: 'Sólo con una empresa privada fuerte y vigorosa puede obtenerse aquello que es necesario para elevar el nivel de vida de la población; y por ello, su defensa de los intereses de un sector, sino la defensa de todos los habitantes de la Nación. Se equivocan -expresó finalmente- aquellos empresarios que esperan que otros acudan a salvarlos; la empresa privada se salvará sólo si los empresarios son capaces de asumir su defensa con inteligencia, desprendimiento y valentía'.

Los objetivos confesados eran: 'El restablecimiento del orden y la seguridad, la supresión de obstáculos legales que afectan la producción, la productividad y la comercialización, el aliento de las exportaciones, la contención de la inflación y la adopción de medidas impositivas que alivien la presión tributaria'.

La asamblea por unanimidad resolvió: 'Que si en el plazo que podía ubicarse entre una semana y un mes, el gobierno nacional no satisface los reclamos empresariales modificando sustancialmente su actual política económica, se dispondrá un paro general patronal, la suspensión de pagos de impuestos, de la retención de cargas fiscales y aportes sindicales y de otros gravámenes'."

José A. Deheza, ¿Quiénes derrocaron a Isabel Perón?, Ediciones Cuenca del Plata, Buenos Aires, 1981, pp. 156-158. Citado en Historia de la Economía Argentina del Siglo XX, Fascículo Nº 36 "El Rodrigazo", Ed. La Página, p. 574.


Nota: aunque no se lo nombra en el texto anterior, una de los principales impulsores de APEGE era el Consejo Empresario Argentino (CEA), cuyo presidente en el momento del golpe era José Alfredo Martínez de Hoz. El CEA se disolvió en 2002 y fue sucedido por la actualmente muy activa Asociación Empresaria Argentina (AEA).


Efectivamente y de acuerdo a lo resuelto por la APEGE, el 16 de febrero de 1976 se realizó el anunciado lock out empresarial.

"El 16 de febrero la paralización fue total. Según Carlos Túrolo, autor de De Isabel a Videla, la masividad del paro de la APEGE 'fue la prueba de amor que necesitaban los militares para saber que no estaban solos. Ese día prestaron mucha atención y se quedaron tranquilos cuando vieron que cerró desde la industria más grande hasta el kiosko más chiquito'." (1)

Recuerdo haber salido a la calle ese día: la ciudad era un desierto y reinaba un silencio ominoso. Con el paso del tiempo se me ocurrió pensar en cuántos de las industriales y comerciantes que se adhirieron al lock out, creyendo en mayor o menor grado en los objetivos proclamados por los convocantes, habrían cerrado después definitivamente sus puertas gracias al plan económico implementado por el Proceso de Reorganización Nacional.

¿Qué fue de la APEGE? En el primer aniversario del lock out, publicó una solicitada de apoyo a la dictadura:

"Un año después del lock out que abrió el camino del golpe, el agrupamiento de los empresarios declaraba que 'en este aniversario, la APEGE considera un deber ineludible expresar su reconocimiento a las Fuerzas Armadas y de seguridad por la decisión, coraje y eficacia con que asumieron la responsabilidad de restablecer el orden'." (1)

Y se declaró disuelta, diciendo que había "cumplido sus objetivos". Algo dudoso, ya que la "contención de la inflación" no había tenido demasiado éxito: la tasa había sido de 182,6% en 1975, pero en 1976 trepó a 444%. Lo que sí bajó fue la participación de los trabajadores en el ingreso nacional, del 44% en 1975 al 30,4% en 1976. (2)


(1) Fragmentos de esta nota (la fuente es la página web del Partido Obrero. Mis disculpas, pero es lo que hay).
(2) Los datos están sacados de la HEA, p.575 y p. 623.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los vestigios de la CGE de los cuales emergieron los roedores fundantes de APEGE, fueron causados por un aparato silencioso aunque efectivo como la bomba neutrónica: el fin del pacto social. Nombre pacificador que se le dio a la búsqueda del tiempo necesario para, según sus autores, poder cambiar la raíz de la economía argentina, orientándola definitivamente al mercado interno.

La pregunta que habría que hacer es si los sujetos con que se proponía cambiar la matriz económica de nuestra santa federación– me refiero claro a la pequeña y mediana burguesía liderada por Gelbard, a la cual Perón, junto a la CGT de Rucci, aposto casi todo su capital político- tenían la entidad suficiente para acometer semejante tarea. Quiero decir, aparte de aquel estaban los Madanes y algún otro, pero el resto eran nuevos ricos sin importancia (esto dicho sin animo peyorativo), salvo la del numero. Ni siquiera tenían una ideología diferenciada de la de ACIEL o UIA: “tienen la voracidad de la multinacionales” dicen que decía Don José sobre sus dirigidos. Solo diferían en los métodos de acumulación: unos eran mercado internistas; los otros grandes exportadores.

También hay que preguntarse si la política económica iniciada en 1973 – en realidad un poco antes, pero no importa- era realista en cuantos a sus objetivos. Dicho en forma mas sencilla, si evaluaron correctamente la situación de apertura hacia el este del ministro de economía (el viaja el 3 de mayo de 1974 a la URSS; un poco antes, y según el libro de Fernandez Pardo ,y Frenkel, Perón recibió a Ceaucescu) cuando estábamos a escasos cinco años de la invasión soviética a Afganistán y a casi diez de la perestroika. La idea de complementariedad de la economía argentina con la soviética, parecía venirle como anillo al dedo tanto al comunismo de Gelbard como al tercerismo de Perón, pero parece que no fue mas que una ilusión. Y también una forma de replicar el modelo de creación de empresas desde el Estado como Fate o Aluar, pero con crédito soviético.

Planteo todo esto ( a riesgo de irme del post y que ud me mande con Rodrigo de Triana) para no caer en la eterna discusión sobre si los culpables fueron solo los montoneros o los militares, o ambos, y de esa forma arrojar un poco de luz sobre otros personajes con responsabilidad en la vida política argentina con los cuales se ha sido excesivamente generoso. Quiero decir, Martínez de hoz es un personaje execrable (es mas, debería estar preso por el caso de la Ítalo) pero fue uno de los pocos que siempre salió a hablar, a diferencia de otros sobre los que la historia deposito una especie de tierno santo sudario.

En fin, intuyo que cuando el Congreso se vistió de gala fúnebre para despedir a un ex – presidente, se velo y despidió mucho mas que a un cuerpo amortajado. Hay muchas seguridades que explotaron entre el 2001 y estos años. La repartija de cartas post Malvinas nos lego una republica poco democrática, muy condicionada y con escasos jugadores. Quizás sea hora de dar de vuelta y ampliar la republica constitucional, aunque haya que derribar algunos mitos. ¿Cuales? No lo se, mi inteligencia es un arte menor. Así que lo único que nos queda es discutir (fuertemente, no queda otra) y decidir.

Sepa disculpar mis pensamientos desordenados. Le mando un saludo, Rafa. Martin SZ

Rafa dijo...

Martín:
Es muy atendible lo que decís y vale la pena profundizar en varios puntos. Lo de que las políticas económicas impulsadas por Perón y Gelbard iban dirigidas exclusivamente al mercado interno es relativo. Desde mediados de los '60 existía un proceso de maduración de la industria y las exportaciones industriales habían aumentado muchísimo. Además, Perón había lanzado el plan de llevar la producción de granos a 100 millones de toneladas (recordemos que durante su gobierno se inició el cultivo de soja en el país) con vistas a multiplicar la exportación.

La calidad de nuestra "burguesía nacional" en la que se basaba el proyecto del Pacto Social no me parece un factor determinante. La clave era la capacidad del poder político para "disciplinar al capital", y lamentablemente un Perón en sus últimos meses de vida, enfrentado a las divisiones en su Movimiento y a la carencia de un aparato estatal sólido y adecuado, no pudo sostener ese proyecto. Además debimos padecer la crisis del petróleo de 1973 y el cambio de paradigma del capitalismo, reflejado p.ej. en el informe de 1975 de la Trilateral Commission que hablaba de los "excesos de democracia", y que llevó a la hegemonía mundial del capital financiero.

Ojo, cuando hablo de "disciplinar al capital" no hablo necesariamente de métodos de coerción, el Perón de 1973-74 apelaba al diálogo y a la convocatoria a un Proyecto Nacional. De todos modos, los métodos coercitivos hacia el capital fueron aplicados en modelos de desarrollo exitosos como p.ej. el de Corea del Sur.

Desde ya, el vacío de poder que significó la muerte de Perón y la caída del Pacto Social llevó a que amplios sectores de la pequeña y mediana burguesía empresarial (que habían adherido al Pacto) fueran siendo atraídos por el discurso libreempresista del CEA y sus socios.

La política de apertura hacia el Este europeo efectivamente no fue exitosa, pero supongo que era una alternativa que se intentó cuando otros caminos se iban cerrando. Ahora, fijate que la "complementariedad económica con la Unión Soviética" también la aplicó a su manera la dictadura, que tenía en la URSS a su mayor comprador de granos y no se adhirió al boicot comercial impulsado por USA tras la invasión rusa a Afganistán.

Sin duda que las gestiones económicas anteriores al golpe tuvieron sus luces y sus sombras, y tras la muerte de Perón sobre todo sombras, como el famoso Rodrigazo. Pero es verdad que ya en época de Gelbard había desabastecimiento y especulación.

Coincido totalmente con vos, la despedida fúnebre a Perón significó mucho más que el homenaje a un presidente muerto. Entre el 1º de julio del '74 y el 24 de marzo del '76 corrió una cuenta regresiva mientras maduraba el proyecto de los dueños del poder.

Y también estoy de acuerdo en que muchas certezas se han caído en estos últimos años, y que lo que nos queda es debatir y discutir. En eso estamos.

Un abrazo.