jueves, septiembre 30, 2010

Rococos

A 93 años del nacimiento y 10 de la partida de ese ser mágico y genial que fue el Cuchi Leguizamón, por suerte no le han faltado homenajes. Como éste de Laura o este otro de Mariano del Mazo, aunque como dice Mariano, siempre será demasiado poco. Yo me limito a traer su voz y su piano, para que la próxima vez que nos toque tragarnos un sapo, al menos lo hagamos con una sonrisa.


sábado, septiembre 25, 2010

Naides es más que naides



El 23 de septiembre de 1850 moría en su exilio paraguayo el General José Gervasio Artigas. En mi pensamiento y en mi sentimiento, uno de los máximos próceres de la Patria Grande americana. Y en sus propias palabras, "argentino, de la Banda Oriental".

Cuando la dictadura militar uruguaya le construyó a Artigas el mausoleo inaugurado en 1977, sus jefes decidieron no inscribir en el mármol ninguna de las frases célebres del prócer ya que las consideraron "subversivas". Por ejemplo éstas:


"Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana."

"Clemencia para los vencidos, curad a los heridos, respetad a los prisioneros."

"Con libertad no ofendo ni temo."

"No venderé el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad."

"Los más infelices sean los más privilegiados."

"Sean los orientales tan ilustrados como valientes."

"Para mí no hay nada más sagrado que la libertad de los pueblos."

"Soy poco amigo, Señor, de las formalidades superfluas; la verdad simple y clara es la expresión de mi lenguaje."

"Los pueblos de América del Sur están intimamente unidos por vínculos de naturaleza e intereses recíprocos."

"Todas las provincias tienen igual dignidad e iguales derechos."

"Cuando no tenga soldados pelearé con perros cimarrones."

"Que los indios en sus pueblos se gobiernen por sí."

"La libertad de América forma mi sistema, y plantarlo mi único anhelo."

"Yo no soy vendible, ni quiero más premio por mi empeño que ver libre mi nación."


Primero fustigado, luego ocultado y ninguneado por la historia oficial argentina, tergiversado por la historia oficial uruguaya, no se aprecia en el ideario de Don José nada que justifique el encono que le profesó Sarmiento. Quizás el historiador argentino que más reconoció la estatura de Artigas haya sido Salvador Ferla en su Historia argentina con drama y humor. Así presenta Ferla al caudillo oriental:


La Revolución Nacional y Popular

"Conque nos es insoportable sucumbir a una nación
y no lo es humillarnos a un Artigas, a un Santa Fe?
¡Primero quisiera ver todo el pueblo reducido a
cenizas que a tal punto de degradación!..."
Tomás Manuel de Anchorena


"Con el Triunvirato y sus arreglos con Elío, la revolución de mayo se muere. Entonces surge en el mismo escenario, OTRA REVOLUCIÓN. La convocatoria popular que no había querido efectuar Buenos Aires, la hacen unos improvisados dirigentes de provincia, a quienes convocar al pueblo les resulta tan natural como montar a caballo. Son los caudillos. La clase dirigente metropolitana se encontrará enfrentada a ellos, que tienen su misma ideología y sus mismos objetivos ideales, pero no están avergonzados de España y América, del pasado y la raza, del idioma y la cultura. Y no dividen al pueblo en educado y canalla, civilizado y bárbaro.

Las invasiones inglesas habían demostrado que este país es inconquistable con el pueblo en la calle. Por eso los caudillos no tienen miedo y enarbolan, con gallardía, la bandera de la independencia absoluta, al mismo tiempo que exigen una organización federal que es el único sistema que puede mantener la unidad de la Patria Grande.

Vamos a hacer en las páginas siguientes, una breve reseña de este prócer nuestro asombrosamente lúcido, increíblemente honesto, fabulosamente heroico, que se llamó JOSÉ GERVASIO ARTIGAS, y de la epopeya popular de la cual fue principal protagonista.

Con Artigas aparecen las llamadas "masas semibárbaras".(...) Los porteños que desde la revolución de Artigas llaman bárbaras o semibárbaras a esas masas, es también porque se sienten extraños a ellas, y porque su complejo de inferioridad respecto del hemisferio norte los lleva a autoadjudicarse la barbarie.

En este movimiento revolucionario, los indios no están separados de los blancos, y hasta pueden llegar a general, como Andresito Artigas, sin presentar ante nadie certificado alguno "de limpieza de sangre" y sin desmerecerse por tener una esposa o concubina "parda"..."


Y en sus semblanzas de nuestros frustrados líderes nacionales Ferla lo retrata así a Don José:


"En una carta a Belgrano, con quien lo unía una antigua relación, nuestro Artigas, desesperado, le reprochaba su solidaridad con los directoriales que con su ceguera estaban disgregando el país y poniendo en peligro la independencia. ¡Cuántas cosas grandiosas pudieron haber hecho Belgrano y Artigas asociados!...

Artigas fue nuestro cuarto (*) y último candidato a "padre de la patria". Fue el iniciador de la verdadera revolución de la independencia nacional, republicana y popular. El que heredó la tradición rebelde de los comuneros y tomó en sus manos la tea encendida por el "arribeño" Murillo. A la cabeza de las masas rurales del Litoral lanzó en el mismo escenario de la revolución portuaria, otro movimiento revolucionario, inspirado también en las filosofías de la época pero profundamente enraizado en la raza y la idiosincracia de los habitantes del país. Fundó la democracia con el pueblo e hizo una descripción correcta de la problemática revolucionaria. Todo elogio de Artigas es poco. A veces pienso si no será una leyenda y si la dimensión que tiene no la hubiésemos descubierto los argentinos, creería que se trata de un invento uruguayo para darnos celos.

Artigas no necesitó denigrar a España para combatir por la independencia, ni tuvo que fantasear con príncipes indios para socorrer a los indios, integrarlos a la comunidad americana y hacerse amar por ellos, tanto, que fueron sus últimos y desesperados defensores. "Él era -dice su biógrafo Zorrilla de San Martín- el hispanoamericano por excelencia". Él era -lo digo yo- lo que pudo ser Liniers y no fue, lo que pudo ser Saavedra y no quiso.

En contraste con una élite dedicada a abolir títulos de nobleza fuera de uso; a eliminar instrumentos de tortura que seguirían en vigencia, y a suprimir honores exagerados que nadie disfrutaba, Artigas repartió tierras de verdad a indios y criollos de verdad; tomó decisiones mediante asambleas de soldados y campesinos; planteó el problema del puerto único que era el que hacía de Buenos Aires una capital íntimamente repudiada por las provincias; sintetizando el ideal revolucionario en cinco proposiciones principales, tajantes y decisivas: independencia, república, federación, fin del puerto único, designación de una nueva capital. Lógicamente el puerto no podía aceptar un debate en esos términos. La temática de la Ilustración, que enfervorizaba a la juventud capitalina, y en la cual todos coincidían, era una pantalla que ocultaba una temática de mayor profundidad y urgencia: aquélla de los intereses del puerto en conflicto con los del país. Esta antítesis se resolvía en campo de batalla y no en mesa redonda o en asambleas.

Sobrevino la guerra civil y el fabuloso Artigas no pudo con Buenos Aires. Dos obstáculos le fueron insalvables. Su ubicación geográfica marginal que lo colocaba fuera de foco (de haber sido cordobés su suerte habría sido otra) y su excesiva honestidad que limitaba su campo de maniobra. No le faltaban bases económico-sociales en las que apoyarse, pero estaba alejado del centro de ellas. Y sí le faltaba capacidad de intriga. Por eso fue derrotado, empequeñecido y confinado al procerato de la Banda Oriental. No tuvo discípulos a su altura, con su asombrosa lucidez. Uno de ellos, Pancho Ramírez, atrapado en las intrigas porteñas, lo corrió hasta el Paraguay. Poco después Estanislao López corría a Ramírez. Desde entonces cada vez que en nuestro país aparece alguien con inclinaciones populares, siempre tiene a otro que lo corre.


Historia argentina con drama y humor, Salvador Ferla. Biblioteca del pensamiento nacional, Peña Lillo - Ediciones Continente, Buenos Aires, 2006; p. 193-194 y 254-255.

(*) Los otros tres habían sido para Ferla: Liniers, Saavedra y Belgrano. No le atribuía ese título a San Martín, sin desmerecer para nada su gloria.


Como cierre, vaya uno de los fragmentos que le dedicó Eduardo Galeano a Artigas en Memoria del fuego, y una yapa.


Usted

Sin volver la cabeza, usted se hunde en el exilio. Lo veo, lo estoy viendo: se desliza el Paraná con pereza de lagarto y allá se aleja flameando su poncho rotoso, al trote del caballo, y se pierde en la fronda.

Usted no dice adiós a su tierra. Ella no se lo creería. O quizás usted no sabe, todavía, que se va para siempre.

Se agrisa el paisaje. Usted se va, vencido, y su tierra se queda sin aliento. ¿Le devolverán la respiración los hijos que le nazcan, los amantes que le lleguen?

Quienes de esa tierra broten, quienes en ella entren, ¿se harán dignos de tristeza tan honda?

Su tierra. Nuestra tierra del sur. Usted le será muy necesario, don José. Cada vez que los codiciosos la lastimen y la humillen, cada vez que los tontos la crean muda y estéril, usted le hará falta. Porque usted, don José Artigas, general de los sencillos, es la mejor palabra que ella ha dicho.



domingo, septiembre 19, 2010

Adiós a un poeta

Ante la partida del poeta salteño Ariel Petrocelli, un recuerdo muy sentido.






lunes, septiembre 06, 2010

Memoria, radicales




A 80 años del primer golpe de Estado en la Argentina moderna, dos documentos históricos.

"Envuelto en pueblo entró el Colegio Militar en la apoteosis rumorosa de la ciudad. Entró fraccionado y disperso entre la multitud que lo ovacionaba y lo seguía. Las filas cortadas por el entusiasmo ciudadano, los grupos civiles enclavados en las líneas del Ejército, los rostros imberbes sonrientes de entusiasmo, los fusiles con penachos de flores, iban avanzando en la emoción inmensa de la hora. Primero fue la sorpresa radiante de Córdoba; la calle ancha y todavía más vacía, con un cauce amplio acogiendo Ejército y pueblo con el júbilo de la revolución. Después, el delirio de Callao, avanzando entre dos filas apretadas de público que los acompañaba con vítores, estiraba los brazos para tocarles en augusto homenaje y los seguía con su eco, que se extendía, de uno a otro extremo de la columna, con el magnetismo de una corriente eléctrica."

La Nación, 7 de septiembre de 1930. (1)


"Guiados por los más nobles sentimientos de reparación institucional y justicia social, nos levantamos en armas contra el simulacro de gobierno que preside el General Justo, surgido de las elecciones fraudulentas y espurias del 8 de noviembre de 1931, realizadas bajo el imperio del estado de sitio y de las deportaciones en masa de políticos, militares, obreros y estudiantes que encarnaban el espíritu de oposición, de democracia y de libertad del pueblo argentino, cuya mayoría representa el radicalismo, fuerza que nace de lo más hondo de nuestra historia e interpreta los más puros y elevados anhelos y aspiraciones del alma nacional.

Nos levantamos en armas contra los herederos de la nefasta tiranía del General Uriburu, nacida con el golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930, patrocinado por el imperialismo petrolero norteamericano que resucita en el país los gobiernos de castas. El parlamento surgido de aquellas elecciones usurpa la soberanía popular, integrado en su casi totalidad por miembros de los directorios locales o empleados a sueldo de las sociedades anónimas extranjeras, en estrecha alianza con la prensa grande, mercenaria e industrial, que se arroga desvergonzadamente la representación periodística de la opinión pública, oculta esas violaciones o las defiende como parte interesada en el criminal negocio que arruina a la nación y hunde en la miseria y en la pobreza a sus habitantes de las clases medias y proletarias.

Frente a la dictadura del General Justo, las dictaduras de las compañías Standard Oil, Bunge y Born, Dreyfus, Asociación de Frigoríficos, Tranvías, Unión Telefónica, etc. Frente a esta dictadura extranjera, disfrazada canallescamente con los colores de nuestro pabellón y a la que sólo civiles y militares que han caído en la ignominia de la traición a la patria pueden apuntalar, proclamamos la revolución con el fin de reconquistar para el pueblo argentino la suma del derecho y libertades ultrajadas, aherrojadas por la miserable legión de fascistas del Jockey Club y Círculo de Armas, que no han trepidado en vender la nacionalidad a cambio de satisfacer sus bastardas y ruines ambiciones personales de orden político y comercial. A los jefes y oficiales dignos, a los suboficiales, cadetes y conscriptos del Ejército y de la Marina, a los obreros y a los chacareros, a la juventud universitaria y de institutos secundarios, a los pequeños comerciantes, industriales y propietarios incitamos a acompañarnos en esta santa cruzada rebelde y renovadora por la democracia y la independencia política y económica de la nación y de sus clases productoras. Argentinos: de pie y a las armas.
Firma de la Junta y Jefes Revolucionarios."

Proclama hallada en el equipaje del mayor retirado Regino P. Lascano, Curuzú Cuatiá, 30 de junio de 1932. (2)

Edición ampliatoria sobre el segundo documento:
"(...) El 8 de noviembre de 1931 se realizaron las elecciones en las que, fraude mediante y con la abstención radical en todo el país -en octubre, además, había sido proscripta la fórmula Alvear-Adolfo Güemes- el general Justo fue elegido presidente. Las nuevas condiciones ameritaron la prosecución de las conspiraciones. En enero de 1932, los hermanos Kennedy se alzaron en armas en La Paz (Entre Ríos) y fueron reprimidos con gran despliegue militar incluyendo el uso de la aviación. El 21 de diciembre de 1932 debió estallar el movimiento revolucionario dirigido por el teniente coronel Atilio Cattáneo y "correligionarios" del interior. Nuevo fracaso. Pero en junio, había sido asesinado supuestamente por "gente del régimen", en Curuzú Cuatiá, el mayor retirado y reconocido yrigoyenista Regino P. Lascano. Se dice que cumplía órdenes de Cattáneo organizando en el Noreste la insurrección que finalmente fracasó. Sus restos fueron velados en el Comité Nacional de la UCR y, bajo una fuerte lluvia, una gran multitud acompañó sus restos hasta la Chacarita."(3)

(1) Documentos para la Historia Argentina, Colegio Nacional de Buenos Aires - Página/12, Fascículo Nº 15, Buenos Aires, 1999, p. 115.
(2) Historia de los partidos políticos argentinos, Colegio Nacional de Buenos Aires - Página/12, Fascículo N° 21, Buenos Aires, 2004, p. 335.
(3) Idem (2), p. 327.

viernes, septiembre 03, 2010

Alerta

Hacía rato que quería meterme con este asunto, que me roza de lejos por razones profesionales y muy de cerca como ciudadano. El respaldo científico que implica para el Dr. Andrés Carrasco que su investigación haya sido publicada en una revista reconocida internacionalmente, debería alcanzar para que los funcionarios responsables que hasta ahora ignoraron este tema empiecen a tomarlo en serio.

Y a todos debería ponernos sobre alerta este episodio. Paso a difundir el comunicado que emitieron al respecto los trabajadores científicos y técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) (*), y a la solidaridad de ellos sumo la mía:

Ciencia comprometida, ¿ciencia perseguida?

El Dr. Andrés Carrasco, profesor de Embriología de la UBA, investigador principal del Conicet y Director del Laboratorio de Embriología Molecular, realizó un estudio sobre el efecto teratogénico del glifosato en embriones, que fue publicado por la revista especializada estadounidense Chemical Research in Toxicology (Investigación Química en Toxicología). Esta difusión le otorga verosimilitud y reconocimiento en el ámbito científico internacional.

Según su trabajo, el glifosato produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas en embriones, aun en dosis mucho más bajas que las utilizadas en la agricultura. A partir de la difusión pública de la investigación, Carrasco sufrió múltiples y diversas presiones, descalificaciones y censuras por parte de los sectores vinculados al agronegocio, basado en el paquete tecnológico que tiene como eje al herbicida total glifosato de la multinacional Monsanto.

Esta persecución llegó a la agresión física a Carrasco y su grupo en La Leonesa, Chaco, por parte de una patota encabezada por el mismo intendente, una diputada provincial, empresarios de fumigación aérea, arroceros y sojeros locales y de otras provincias. Este es el precio que paga Carrasco por investigar con rigor científico incuestionable, y hacer llegar los resultados e implicancias a quienes son los principales afectados en su salud y calidad de vida y trabajo: las poblaciones fumigadas cuyos reiterados reclamos y denuncias, avalados por muchos otros investigadores y médicos en universidades y poblaciones, no han recibido la atención y respuestas exigibles sino más bien el encubrimiento y complicidad de los responsables privados y públicos.

Desde “la noche de los bastones largos”, en 1966, y la larga noche de terror dictatorial, no sucedían persecuciones a la investigación y a los científicos y técnicos con vocación y compromiso de honrar el servicio público. Hoy van por Carrasco, mañana puede ser por cualquiera. Solidaridad plena hacia él, y en defensa propia, de los trabajadores científicos y técnicos del INTI.


(*) Aquí, una videoentrevista realizada al Dr. Carrasco en el INTI.

jueves, septiembre 02, 2010

Las dos veredas

No me equivoqué en lo que suponía al escribir el post anterior. Lo que quizás no intuí en toda su magnitud fue el nivel de cinismo e hijoputez que iba a desatar la presentación pública del "Caso Papel Prensa" entre (seudo)dirigentes políticos y (seudo)"periodistas independientes".

Al fin de cuentas, esto no me extraña teniendo en cuenta las vicisitudes de la democracia recuperada en 1983. Para todo el que quiera verlo, está en evidencia que esa democracia se logró al precio de esconder montañas de basura debajo de la alfombra (además de ríos de sangre) y que entre esa basura había varios monstruos que seguirían alimentándose y creciendo en los años siguientes, con más poder que el de los poderes republicanos y democráticos. Entre esos monstruos y el sistema económico que se impuso en los '90 con el consenso de la mayoría de la sociedad, llegamos a quedarnos solamente con una cáscara de apariencia democrática, vacía de sustancia, que fue la que implotó en diciembre de 2001. Pero ni aún así quedaron entonces a la vista las raíces de la catástrofe argentina.

No tengo intención de hacer una apología de la etapa política que se inició con Néstor Kirchner en 2003 ni tampoco de la actuación de la Presidenta Cristina Fernández, sino solamente expresar mi sensación de que por fin se están descorriendo los velos que ocultaban a los grandes responsables y beneficiarios de los males sufridos por nuestro país en los últimos 35 años. Las motivaciones "ocultas" o la respuesta a la pregunta "por qué ahora y no antes" no me resultan relevantes a la luz del momento histórico que se está viviendo, y en los que se centran en eso más bien veo mezquindad, por usar un término moderado.

Lo que resulta insultante, para alguien con la edad suficiente para tener memoria de lo sucedido en las últimas cuatro décadas, es que muchos que se autodenominan representantes del pueblo (se llamen "progresistas" o "centristas", de derecha o de izquierda, etc.) recurran a las mayores infamias con tal de seguir defendiendo el status quo, por cálculo político porque el antikirchnerismo encaja con el "sentido común" de amplios sectores, o simplemente para no perder los favores de un multimedio poderoso. Ellos han demostrado ampliamente que prefieren mantener un sistema seudo-democrático castrado, donde los llamados al "diálogo" y el "consenso" significan simplemente una presión dirigida a que no se toquen intereses y poderes económicos concentrados. Sin la menor duda, siempre me voy a encontrar en la vereda de enfrente a la que han elegido ellos. Y a los "periodistas independientes" que actúan como abogados de esos poderes y esos intereses, les digo simplemente que no les creo. No les creo nada.

Una de las mayores muestras de ese cinismo e hijoputez de que hablé antes fue cuando escuché a alguien decir que la venta de las acciones de Papel Prensa (de la familia Graiver a la sociedad formada por Clarín, La Nación y La Razón) se había hecho "de acuerdo a las condiciones del mercado de ese momento". Aunque ya sean ampliamente conocidas, veamos cuáles eran esas "condiciones de mercado" en palabras de un respetado protagonista de la lucha antidictatorial, para nada identificado con el gobierno actual.

"En el actual régimen militar la represión se ha incrementado hasta límites jamás vistos y las violaciones a los derechos humanos que ocurren en la Argentina sobrecogen al mundo civilizado. El gobierno carece de controles. El Congreso de la Nación y las legislaturas provinciales, al igual que todos los cuerpos municipales han sido clausurados y disueltos. La justicia fue reorganizada. La prensa ha sido silenciada en sus críticas y censurada en sus informaciones. La actividad política se ha declarado ilegal para imposibilitar cualquier vía legal de protesta.(...)

La libertad de prensa, seriamente afectada por el gobierno peronista, ha sido aniquilada por el actual. La clausura de periódicos, el control de las informaciones, el secuestro y muerte violenta de numerosos periodistas, la autocensura impuesta por el miedo, la intervención de empresas de prensa, como el diario "La Opinión", unidas al monopolio oficial de la mayor parte de las radios y de la televisión del país, así lo demuestran. La Secretaría de Información Pública de la Presidencia de la Nación, a cargo de un oficial de la Marina de Guerra, ha jugado un papel protagónico en el estricto control de la prensa. El argumento legal invocado, también en este caso, es la necesidad de enfrentar a la subversión y también como ocurre en otras esferas las víctimas son personas e instituciones que nada tienen que ver con ella, especialmente los partidos políticos legales."

Hipólito Solari Yrigoyen, Los Años Crueles, Ed. Bruguera, Buenos Aires, 1983 (p.13 y p.17, de un artículo publicado originalmente en Caracas, 1977).


Pensar que una familia, que estaba en la mira de la cúpula del Proceso por razones suficientemente conocidas, podía disponer libremente en esas condiciones de un bien claramente estratégico, indicaría un exceso de ingenuidad si uno creyera en la existencia de la misma. No es mi caso. Para más datos no hace falta recurrir al Informe oficial o a todos los testimonios que vienen surgiendo en los últimos días. Alcanza con leer p.ej. el libro de Juan Gasparini, "Los cerrojos a la prensa" de Julio Ramos (ver también aquí) o los datos que figuran en el dictamen del fiscal Ricardo Molinas.

No es este un tema que se agote en un enfrentamiento "los Kirchner vs. Magnetto" y en el que uno pueda permanecer indiferente sin mayores consecuencias. Está en juego el futuro y la calidad de nuestra democracia. Y hasta ahora, casi todos los que tuvieron que rendir cuentas a la Justicia por sus crímenes durante el Proceso vestían uniforme militar. Ojalá que le haya llegado el momento a los que visten saco y corbata.


P.S.: sentí que debía escribir esto para dejar en claro de qué lado estoy parado, aunque antes de terminarlo leí a Washington Uranga y descubrí que él había expresado ahí casi lo mismo que pienso yo.