jueves, mayo 26, 2011

Los trenes, la polémica y el FT

La Presidenta anunció la semana pasada un plan de recuperación del ferrocarril Belgrano Cargas. Espero que éste sea el principio de una reversión de la decadencia y el abandono en que han caído los trenes en la Argentina desde hace varias décadas. En particular, creo que el Belgrano simboliza la integración nacional (o la desintegración, por su estado actual), ya que sus ramales llegan a las regiones del NOA y del NEA más alejadas de los grandes centros urbanos y de los puertos. Y para cuyas producciones, el costo del flete es un factor crucial.

Casualmente (o no), hace poco el dueño del blog La Ciencia Maldita había posteado sobre la disyuntiva "¿Ferrocarriles o autopistas?" con un sesgo bastante evidente en favor de lo segundo. Luego la cosa la siguió el Abuelo Económico aportando datos interesantes. No intervine en los debates que siguieron a los posts, pero de algunos viajes al interior conservo el recuerdo de los lentos, peligrosos y agotadores trayectos en rutas colmadas de camiones, como la Nacional 22 desde Río Colorado a Bahía Blanca o la Nacional 3 desde Azul hasta Cañuelas. Cómo me acordaba en esos momentos de los que liquidaron los trenes...

Tratando de aportar algo más, encontré una nota reciente del Financial Times (sólo para suscriptores), incluida en un informe especial sobre nuevas vías de comercio en América Latina y a la que creo que por aquí nadie le prestó atención. Aquí van algunos fragmentos (traducción propia y bastante libre):


Inversión en transporte: la demanda de China genera tráfico en ruta y ferrocarril
por Robert Wright - publicado 26/04/2011

"El taller de pintura de General Electric en Erie, Pennsylvania, ha visto recientemente una creciente variedad de trabajo. Junto a los colores familiares de las grandes compañías de trenes de EE.UU., están el azul y amarillo de MRS Logística, el rojo y blanco de América Latina Logística [(ALL)] – ambas compañías brasileñas – y los de otras operadoras de trenes latinoamericanas.

Las nuevas locomotoras, equipadas con la última electrónica y tecnología de ahorro de combustible, son uno de los símbolos más obvios de una ola de inversiones en los ferrocarriles de América Latina.

Una ola que está ayudando a convertir a muchos grupos ferroviarios, de las arruinadas e ineficientes estructuras que fueron malamente privatizadas en los últimos 20 años, en hábiles y modernos proveedores de servicios de logística.

ALL, la mayor compañía, espera invertir U$S 650 millones sólo durante este año, excluyendo las sumas sustanciales destinadas a la construcción de una línea de 260 km entre Alto Araguaia y Rondonópolis en Brasil.

La inversión en el sector privado también está trayendo mejoras que deberían ayudar a las rutas de la región a afrontar las demandas que les imponen los crecientes volúmenes comerciales.

El desafío en ambas áreas, sin embargo, puede ser el de expandir los beneficios más allá de unas pocas zonas favorecidas, donde las inversiones son especialmente atractivas - particularmente en Brasil, cuya gran superficie, fuerte crecimiento y abundantes flujos comerciales lo hacen especialmente lucrativo.

(...) El factor común para las inversiones que se espera que tengan las mayores tasas de retorno es que están ligadas a la creciente necesidad de transporte de productos – especialmente mercancías a granel – desde el interior de los países hacia los puertos, desde los que puedan ser exportados al Asia.

Henry Posner, un inversor en ferrocarriles con sede en Pittsburgh con una larga historia de inversiones en América Latina, dice que la demanda china está generando un crecimiento en el transporte que va del carbón a los granos: “Ciertamente los ferrocarriles, en determinadas instancias, están viendo ese crecimiento”.

(...) Los desafíos para las inversiones en carreteras, en tanto, son bastante más complejos, de acuerdo a Giovanni Castellucci [ejecutivo en jefe de Atlantia, operadora italiana de rutas con peaje], especialmente en Brasil.

Mientras que los trenes de la región sirven casi exclusivamente a las relativamente predecibles necesidades de los grandes productores de minerales y productos agropecuarios, las rutas tienen un panorama menos claro.

Atlantia presencia un tráfico pesado de camiones – en gran parte transportando productos como caña de azúcar hacia los puertos para su exportación a China – en su red de rutas con peaje Triângulo do Sol, en el estado brasileño de San Pablo.

“La red caminera brasileña no tiene suficiente capacidad para soportar al mismo tiempo el comercio creciente y la cada vez mayor penetración de autos particulares”, dice Castellucci.(...)"


La nota también hace referencia a inversiones ferroviarias para el transporte de carbón en Colombia y de cobre en Perú destinados a China, y a las posibilidades de una red regional en lugar de los sistemas nacionales, generalmente aislados. Como parece habitual en el FT, no refleja gran entusiasmo por la Argentina y además omite mencionar p.ej. la presencia de ALL en nuestro país. Pero afortunadamente, la Corporación Andina de Fomento, el Banco de Desarrollo de China y el Banco Mundial sí están dispuestos a financiar la recuperación del Belgrano Cargas. De todos modos, la principal conclusión que surge del artículo del FT no ofrece muchas dudas: en América Latina, el futuro de los trenes goza de buena salud.


P.S.: Nada que ver con el tema del post (o sí, de acuerdo con el lema de Francisco Ibáñez), pero este documental debería ser de visión obligatoria. Trata de otro tren, uno que llega al alma.

domingo, mayo 15, 2011

Tensiones de ayer y de hoy

El discurso de la Presidenta en José C. Paz "movió el tablero" como quizá nunca antes lo habían hecho sus palabras, y todavía sigue abierto a interpretaciones y especulaciones. De lo mejor que leí sobre el asunto, algunos debates en la blogósfera, la nota "en caliente" de Mario Wainfeld y las columnas de hoy de Hernán Brienza y Horacio Verbitsky.

Más que analizar por mi cuenta el discurso, se me ocurrió reflexionar sobre la relación histórica entre el movimiento obrero y la conducción política del peronismo. Que contra el viejo cliché antiperonista del "sometimiento vertical", nunca estuvo exenta de tensiones y de contradicciones entre las reivindicaciones gremiales y los condicionantes políticos. Quizá por haber sido testigo, recordé el mensaje de Perón del 12 de junio de 1974 y las movilizaciones obreras de junio y julio de 1975, en circunstancias históricas cuyo dramatismo es difícil de concebir hoy día.

Yendo más atrás en el tiempo, encontré en El 45 de Félix Luna un fragmento que refiere un episodio de los orígenes del peronismo y que creo vale la pena recordar. Pocos días después del 17 de Octubre, el teniente coronel Domingo Mercante, quien había asumido en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, tuvo un encuentro con delegados gremiales:

"Una de las primeras medidas de Mercante fue convocar a una especie de plenario nacional de los dirigentes sindicales ya definidos como peronistas. Los hizo citar oficialmente facilitándoles el viaje a Buenos Aires. Se reunieron en uno de los últimos días de octubre en una sala del antiguo Concejo Deliberante; casi todos los delegados habían participado ya de asambleas constitutivas del Partido Laborista. Cuando Mercante apareció, una gran ovación lo saludó. Todos los asistentes habían actuado, en mayor o menor medida, en la gesta del 17 de Octubre y para ellos la reunión era la ratificación del triunfo y el comienzo de una etapa de fáciles conquistas para sus respectivos gremios.

De inmediato se generalizó una alegre e informal conversación y algunos delegados empezaron a adelantar los encargos que traían de sus organizaciones. Ahora sí, dueños de nuevo del poder, aniquilada aparentemente la oposición por la evidencia del apoyo popular a Perón, los dirigentes sindicales podían exponer libremente las reivindicaciones que traían; algunos ya sacaban del bolsillo papeles prolijamente anotados con los aumentos salariales y pedidos de mejoras que les habían encomendado sus compañeros. Estaban eufóricos. Mercante los dejó hablar un rato y luego interrumpió:

- Señores, ustedes están equivocados. Yo no los llamé para que vengan a plantearme sus pedidos. Los he citado para otra cosa. Les quería decir que desde ahora y hasta las elecciones, en el país no debe producirse ni un solo pedido de mejoras, ni una sola huelga, ni un solo movimiento de fuerza... De aquí en adelante, los trabajadores del país deben limitarse a una cosa: ¡ganar las elecciones!

Ante el estupor de todos, continuó Mercante:

- Todavía estamos muy lejos del triunfo. ¡Los enemigos son muy poderosos y nosotros no controlamos todo el gobierno, ni mucho menos! Tampoco disponemos de medios para contrarrestar con eficacia la acción de nuestros enemigos, que cuentan con diarios, partidos organizados, dinero, organizaciones de toda clase y apoyos muy poderosos, nacionales y extranjeros. Tenemos que subordinarlo todo al triunfo electoral. Después, cuando Perón sea presidente, recién entonces ustedes plantearán lo que corresponda en la seguridad de que serán atendidos como siempre. Entretanto, cada sindicato debe ser un comité. Y esta Secretaría también será un comité...

Los pliegos empezaron a guardarse silenciosamente. Mercante siguió insistiendo en su planteo: no había que dar motivos de desorden ni caer en la provocación del enemigo; había que contentarse con lo ya obtenido y esperar hasta después de febrero porque ahora lo único importante era ganar el comicio. los delegados asentían, algunos con desgana y todos bastante desilusionados. Uno de ellos, un tucumano, alcanzó a decir quejosamente:

- Pero, teniente coronel, ¡a mí me matan si no vuelvo con mi mandato cumplido! ¿Qué hago con este papel? Aquí tengo anotado todo lo que piden los muchachos... ¿Qué hago con esto?

Mercante, rápido, lo contestó lo que los argentinos suelen contestar en estos casos..."


Félix Luna, El 45, Hyspamérica, Madrid, 1984, p. 422-424.


Luna refiere que desde ese momento y hasta las elecciones del 24 de febrero de 1946, no hubo prácticamente medidas de fuerza. Me parece que la moraleja que deja esto es bastante clara: si los trabajadores se identifican con un proyecto político, se encuadrarán dentro de él, pondrán el triunfo electoral como prioridad y postergarán sus reivindicaciones sectoriales. Y si no, no.

jueves, mayo 12, 2011

Eva Perón




Fue un gusto escucharlo a Alfredo Carlino el lunes pasado en el programa de Alejandro Apo por AM Nacional. Un placer adicional fue la lectura que hizo Apo de varias poesías de Carlino dedicadas a Evita, quien el 7 de mayo hubiera cumplido 92 años.

En la charla con Apo, don Alfredo fue muy crítico con las miradas sobre el peronismo que imaginan una Evita "revolucionaria" escindida de Perón o que incluso oponen su figura a la del General. Además de las palabras de la propia Eva que desmienten esas teorías, recordé un fragmento de "Perón - Sinfonía del sentimiento" en el que el mismo Perón habla sobre ella y da una síntesis para mí muy reveladora de la esencia del peronismo:

"Sin duda, el peronismo no hubiera sido el mismo sin Eva Perón. Ella puso la cuota de amor y fanatismo que necesitan las grandes causas. Mientras yo ponía los ladrillos, construía la casa grande que nos iba a cobijar a todos, ella abrigaba a los que estaban afuera para que no se murieran de frío esperando para entrar. Ella fue candidato a todo y nunca quiso ser nada. Era una mujer tan extraordinaria que dejó una obra que creo que no se olvidará en la historia argentina, aunque pasen muchos años."

(Testimonio grabado en Puerta de Hierro en 1971)


Estas palabras también nos recuerdan que "la casa grande que nos iba a cobijar a todos" corrió serios peligros de ser demolida para siempre, y todavía falta mucho para terminar su reconstrucción. Esa es La Tarea. Yo no podría entender de otro modo el "Nunca Menos".

martes, mayo 03, 2011

A Homero


"Cuando llegó a Santiago del Estero la primera expedición libertadora, aquella del General Ocampo, enviada por la mano férrea de Mariano Moreno, Dorrego, entonces un imberbe oficial porteño, fue encargado de formar con la paisanada norteña un escuadrón. La leva fue fácil y aquel pueblo de campesinos pacíficos contribuyó a la libertad de la patria con la carne anónima y fuerte de sus hijos y contribuyó con tal eficacia... que fresca está sobre la historia de la patria la fama de aquellos soldados, valientes en el combate, fuertes ante la muerte, infatigables en las marchas, jinetes diestros en las caballerías e inteligentes en el aprendizaje del arte de la guerra... En la incorporación de la última conscripción fue necesario hacer cuatro llamadas complementarias para poder integrar las plazas, pues en el primero y obligatorio fue rechazado el noventa por ciento de los muchachos de veinte años de la provincia de Santiago del Estero que, después de cuarenta años de progreso, tiene hijos que no sirven, ya no como sus abuelos, para la guerra, sino que son inútiles para la misma parodia de la guerra."

Homero Manzi en un discurso, década de 1930.


"Contaba el recordado Fermín Chávez que a fines de 1937 y principios de 1938 recorrieron Santiago del Estero dos escritores que tenían que ver con la literatura y con la realidad argentina: Homero Manzi y Roberto Arlt, el primero como redactor de la revista Ahora y el segundo, como enviado especial de Crítica. Homero Manzione nos brinda este relato:

"Un día miércoles bajo a Añatuya. Me encuentro con la noticia de que en el campo de Añatuya está Roberto Arlt, enviado especial por un diario de la capital para hacer la crónica del dolor santiagueño. También me avisan de que Arlt se ha enfermado y que golpeado por la fiebre está en un ranchito lejano. Tomo un auto y me largo en su busca. Lo encuentro a las cuatro leguas en un puesto de la estancia "13" propiedad de mi padre y atendida por Luis Manzione, mi hermano."

Manzi y Arlt hablaron del cuadro social que se desplegaba a sus ojos:

"Me impresionó su desolada expresión – escribe Homero – Su amargura frente a la indiferencia de las zonas felices. Su decepción frente a los políticos lugareños que desde el gobierno o desde la oposición están distantes del verdadero hombre de la campaña santiagueña. Su indignación para con los literatos del país que se desentienden de esta realidad y que la desconocen". Y añade Manzione – que así firmaba sus notas – "Roberto Arlt. Hombre vital. Periodista de realidades. Novelista de sentido amargo y humano, valoriza el drama que lo rodea y aprecia la angustia de todos. Del paisano. De la chinita. Del viejo. Del chango. Del perro. De la vaca. Del caballo. De la gallina."

Homero cuenta que a pocas leguas de la capital santiagueña hay gente que se ha muerto de hambre o de sed. Le dice que la gente abandona el campo y se va en caravana a las ciudades, huyendo de la sequía y la desolación. "Y al contarle todo – agrega Manzione – los ojos de Roberto Arlt acostumbrados a la contemplación de los dolores más terribles se humedecen como los de un niño. Y me hace un juramento. Es necesario que nuestro relato sea terrible, implacable. Amargo. Casi siniestro. Es necesario que los lectores vomiten de asco y de vergüenza frente a la realidad de Santiago del Estero, provincia olvidada por la oligarquía..." (Ahora, 13-12-1937).

(...) Al referirse al problema del agua y a la necesidad de embalses en la región, Arlt recurre a esta frase muy suya: "Es verdad que el Nilo es un río gentleman; sus inundaciones tienen lugar periódicamente en la segunda mitad del año, todos los años... En Santiago del Estero, ni el Dulce, ni el Salado son gentlemans".

Vale la pena transitar esos textos en que podemos acercarnos al Arlt menos conocido. Su compañero ocasional, más politizado – como militante de FORJA que era – ahondaba en las raíces de la deformación argentina y escribía: "Los niños están tristes. Tristes y enfermos. Que es lo mismo. Los niños están tristes sólo cuando están enfermos. En el norte habría que fundar un partido político cuyo único programa fuera éste: Hacer reír a los niños."

(...) "Nos dicen - sostuvo una vez – que hay una cosa intocable entre los distintos eslabones de la economía: el gran capital, especialmente cuando se trata de accionistas extranjeros, y por eso es necesario crear la mentalidad opuesta, la mentalidad nacional, que frente a ese argumento diga sencillamente esto ¡Que se vayan a la puta que los parió esos accionistas!"

Cuando determinado personaje se destaca por propia gravitación, de manera tal de que sea imposible sumergirlo en las aguas del silencio, se intenta recordarlo por su faceta más dócil y no por la que verdaderamente causa escozor. Mitre lo hizo con San Martín, anuló toda mención a su proyecto político (incorrecto para él y su clase) y lo redujo a la marmolería castrense. Con Homero Manzi sucede otro tanto, se evita cuidadosamente su compromiso político con los movimientos nacionales (políticamente incorrectos para el establishment y su correlato, los medios de comunicación) y se lo reduce al personaje folklórico de la noche de Buenos Aires: El tanguero, o peor, el personaje de algunos tangos. El infeliz que pierde la vida entre copetines, mujeres y carreras de caballos.

Pero una y otra vez, desde FORJA primero, y desde el peronismo después, denunció el sometimiento del país al imperialismo británico, la complicidad de Alvear con los hombres del Régimen, la expoliación que sufría el país, especialmente las provincias como la suya, porque – decía Homero – "Santiago del Estero no es una provincia pobre, sino una provincia empobrecida".

Expulsado de la Facultad de Derecho, exonerado como profesor de Literatura, silenciado como poeta, discriminado en el radicalismo por rebelde y antiimperialista. Homero Nicolás Manzione Prestera fue convertido en "maldito", pero el poeta que había dentro de él le "jugó una mala pasada al sistema".

En 1947, pocos años antes de su partida, el radicalismo "gorila" lo expulsa de sus filas por su vinculación con el Movimiento Justicialista. En uno de sus últimos días, su amigo Hugo del Carril tuvo que cantar en la residencia de Olivos y le consultó ¿Qué canto, gordo? Manzi pidió papel y lápiz, y una hora después le entregó dos milongas, una para el General, otra para Evita, para que las interpretara. A Perón le corrieron las lágrimas: sabía que su autor se estaba muriendo."


José Luis Muñoz Azpiri (h), en "Homero Manzi: el hombre y su época" (gentileza de El Ortiba) .


A 60 años de tu partida, mi recuerdo para vos, Homero.