lunes, marzo 05, 2012

Debatiendo con Cristina

El extenso y detallado discurso de la Presidenta de la Nación durante la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional provocó molestias, incluso en filas propias, por una frase poco afortunada referida a los docentes. A mí me hizo ruido otra frase: la alusión elogiosa al que fuera presidente de YPF durante los primeros años del menemismo, José "Pepe" Estenssoro, quien condujo hasta su muerte el proceso de privatización de la mayor empresa estatal argentina.

Si bien Cristina aclaró que estaba en las "antípodas ideológicas" de Estenssoro, le reconoció como mérito el haber llevado a YPF a sus niveles más altos de producción. Creo que habría que agregar que las penurias actuales en cuanto a caída de producción y necesidades de importación de hidrocarburos tienen una de sus causas en la política empresaria de aquellos años, como lo señaló ayer Raúl Dellatorre en Página/12:

"(...) Repsol se adueña de YPF en 1998, como culminación del proceso de desregulación y privatizaciones iniciado por el menemismo a comienzos de esa misma década. El ejecutor de esa política fue José Estenssoro hasta su muerte, luego sucedido por Roberto Monti hasta el arribo de Repsol. La apertura de la explotación petrolera al capital privado durante la gestión de Estensoro logró rápidamente alcanzar el autoabastecimiento e, incluso, saldos para exportar hidrocarburos, pero sacándole el último provecho a los yacimientos que ya estaban en producción y sin el mínimo esfuerzo por reemplazar las reservas que se consumían.

Lo que mostraba el gráfico que Cristina exhibió durante su discurso, con una curva de producción que alcanzaba su máximo en 1998, no fue más que el resultado de esa política de liquidación de las reservas que, con el tiempo, se convertiría en el inicio de los dramas actuales. La Presidenta elogió la gestión de Estenssoro contrastándola con la posterior de Repsol, aunque, en perspectiva, hoy podría decirse que una posibilitó la otra.

Cuando Repsol se adueñó de YPF, prácticamente no tenía reservas en el resto del mundo, por lo que el aporte que le hizo a los libros de la petrolera española fue sustancial. Más todavía lo fueron sus utilidades, que Repsol reinvirtió en países con áreas de exploración geológicamente más atractivas que el agotado subsuelo argentino. Así, continuó el proceso de desinversión de YPF en exploración, y comenzó paralelamente el de estancamiento y declinación de la producción.(...)"

A lo que puede agregarse este párrafo de la nota de Andrés Asiain y Agustín Crivelli en el Cash de ayer:

"(...) A partir de la administración Menem se produjo un cambio en la concepción de los hidrocarburos que pasaron a regularse como una mercancía sin valor estratégico. La provincialización de los yacimientos y transformación de YPF en una sociedad anónima (Ley Nº 24.145 de 1992) y la posterior venta de la mayoría accionaria a la española Repsol a finales de los noventa, dan cuenta de esta nueva concepción. Las consecuencias de la lógica mercantil de gestión de los hidrocarburos se harían sentir años después, cuando la Argentina abandone las políticas neoliberales y desarrolle un intenso crecimiento económico. El sector se demostraría incapaz de generar niveles de producción acordes a los requerimientos del desarrollo nacional, obligando a importar combustibles del exterior a precios internacionales, afectando negativamente las cuentas externas y fiscales, los ingresos de la población y la competitividad de la producción local.(...)"

No se trata aquí de retomar una polémica "YPF estatal vs. privada" sino de señalar el enorme costo que significó para el país el haber adoptado la "lógica mercantil" en la gestión de hidrocarburos, que incluyó por muchos años la exportación de petróleo crudo. En ese marco, la "eficiencia y éxito empresarial" que pudo haber mostrado Estenssoro es un hecho secundario ante la necesidad actual de definir una política totalmente opuesta. Y tampoco hay que olvidar el daño social que significó la política de YPF de esos años, basta recordar la lucha de los primeros "fogoneros" y "piqueteros" en Cutral Có o General Mosconi. Como una anécdota que me fue referida de primera mano, un día Estenssoro se presentó en los laboratorios de Investigación y Desarrollo de YPF en Florencio Varela, reunió al personal de profesionales, ingenieros, técnicos, etc. y les dijo sin que se le moviera un pelo: "Todo esto se cierra". Quizás una acertada decisión "empresarial", pero como política y estrategia de desarrollo del país, yo aspiro a otra cosa.

Además soy un convencido de que el gobernante debe ejercer una función docente, sobre todo en países como el nuestro donde la sociedad ha perdido el rumbo tantas veces. Y Cristina Fernández de Kirchner suele ejercer ese rol, por momentos de manera brillante y ese es otro aspecto que la diferencia de la inmensa mayoría de los personajes políticos de la actualidad, sean del bando propio o no. Quizás fue también por esta razón que la alusión a Estenssoro me resultó especialmente chocante: no debemos olvidar de dónde venimos, para tener claro qué es lo que pretendemos para el presente y el futuro.

Este trabajo de Hugo Barcia y Norberto "Croqueta" Ivancich, publicado en la revista Unidos en 1991 durante la gestión de Estenssoro, describe en detalle cómo se "gerenció" YPF con miras a su privatización, y presenta una visión lapidaria de la gestión de "Pepe" (también es recomendable este artículo posteado hace tiempo por Abel). No por nada Estenssoro tenía como su mano derecha a Ricardo Zinn, el ideólogo del "Rodrigazo", quien falleció junto con él en el presunto accidente aéreo de mayo de 1995. Para terminar este post, creo que nada mejor que el párrafo final del artículo de Barcia e Ivancich:

Y para el cierre, un momento de meditación: antes hablamos de los 700 millones de dólares anuales que obtienen las destilerías en maniobras non–sanctas, para decirlo suavemente. ¿Recuerda el lector el monto de lo recaudado por la privatización de las áreas centrales? Recordatorio: menos de 600 millones de dólares. ¿No hay nada en estas cifras, amigo lector, que le haga recordar al tango Cambalache? Piense en el costo social de una política de ajuste que margina a más de 10 millones de argentinos. La misma política de ajuste que "amontona" en la vidriera, como en el tango de la Biblia y el calefón, un "descuido" de 700 millones de dólares junto a la patética necesidad de salir al exterior, con una pelela en la mano, a pedir créditos "stand–by" por cifras mucho menores que las "descuidadas".

Una pregunta le duele a este país tanguero y descomunal: ¿dónde estaba Dios cuando curraban?


P.S.: Merece citarse la elogiosa necrológica de Estenssoro aparecida en el New York Times, que incluye una de tantas profecías fallidas (traduzco):

"Se espera que ese modelo [el de YPF] sea imitado cuando otros países latinoamericanos privaticen sus compañías petroleras, que han sido por largo tiempo símbolos importantes de orgullo y patrimonio nacional."

Casi 17 años después, Argentina sigue siendo el único país latinoamericano en haber privatizado su empresa petrolera estatal.

10 comentarios:

Palo y a la bolsa dijo...

Una de las caracteristicas del Kirchnerismo es su constante negacion del pasado,decir:"Creo que habría que agregar que las penurias actuales en cuanto a caída de producción y necesidades de importación de hidrocarburos tienen una de sus causas en la política empresaria de aquellos años".Es cuanto menos querer ignorar olimpicamente el pasado ,pero tal vez no es ignorar sino negar el pasado, negar por ejemplo que fue la actual presidente, cuando era legisaladora santacruceña, quien tomó la palabra en una sesión de la Legislatura de Santa Cruz para presionar a los diputados nacionales a que aprobaran la privatización de la hasta entonces petrolera estatal. El proyecto declaraba la “Necesidad de sanción del proyecto de Ley nacional ‘Ley de Federalización de los Hidrocarburos y de Privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales’”."Parrilli (entonces diputado nacional por Neuquén) fue el miembro informante. Durante el debate, sostuvo : “no pedimos perdón por lo que estamos haciendo (...) esta ley servirá para darle oxígeno a nuestro gobierno y será un apoyo explícito a nuestro compañero presidente, lease, Menem”.
Hay mucho mas para hablar del asunto,pero de ultima ,no pueden seguir hablando del pasado despues de 9 años de gobierno,que cambiaron en este tiempo si lo anterior estaba mal??

Rafa dijo...

Palo y a la bolsa:
No me queda claro, ¿esa frase que Ud. cita de mi post implica querer negar el pasado? Además no veo la relevancia de traer a colación las actitudes pasadas de la Presidenta o de otros miembros del gobierno actual. Las circunstancias en los '90 eran totalmente distintas de las actuales, había un enorme consenso (o a lo sumo una escasa oposición) entre los políticos y también en la sociedad a favor de las privatizaciones. Y los gobernadores de las provincias petroleras tenían la oportunidad de concesionar por su cuenta sus yacimientos, tal como quedó fijado en la Constitución del '94. Si pudiéramos hacer política solamente con los "puros" de historial impoluto, bueno, viviríamos en una utopía y ese no es el caso. A mí me interesa más que no se repitan los errores del pasado.

En otras áreas este gobierno revirtió políticas antipopulares y antinacionales de los '90 (fin de las AFJP, desendeudamiento, etc.). La energía y el transporte (como señalé en mi post anterior) son temas todavía pendientes.

Saludos.

Anónimo dijo...

Trabajé para una empresa que trabajaba para YPF: era joda, lo que valía 10 se cobraba 20 y se enviaba la mitad. Asi todo: FFCC, Aguas, Segba, etc. Regalar todo era caro. Los déficits eran monstruosos. Estamos volviendo a transitar los viejos caminos de las estatizaciones, pero, ojo al piojo, como los docentes que piden al voleo, nadie tiene responsabilidad de nada. Vamos a ir camino a la bancarrota nuevamente. Lo mejor del discurso: "A veces me pregunto si vale la pena seguir". Cristina, de onda porque soy del palo, realmente no creo que valga la pena. Son (somos) todos una manga de chantas.

Rafa dijo...

Anónimo:
Es innegable que al momento de las privatizaciones las empresas del Estado estaban en una situación crítica con déficits enormes, sobredimensionadas de personal, con falta de inversiones y fagocitadas en beneficio de la "patria contratista" (que después se transformó en "patria privatista"). Pero no hay que olvidar que eso fue también producto de políticas dirigidas adrede a su destrucción, como el sobreendeudamiento de YPF durante el Proceso, o el vaciamiento de Somisa a inicios de la época menemista.

No creo que se esté volviendo al viejo estatismo previo a los '90, que a esta altura me parece inviable. Algunas reestatizaciones como la del Correo o Aguas Argentinas se debieron a incumplimientos flagrantes de los contratos y no hay signos de que hoy día se esté incurriendo en los viejos vicios.

No comparto el pesimismo. Antes que bajar los brazos, siempre voy a estar por buscar las soluciones a los problemas.

Gracias, un saludo cordial.

oti dijo...

A mi me parece que el aumento de producción de petróleo de los '90 se hizo para exportar. Esa fue la única motivación.

Rafa dijo...

Oti:
Es probable, habría que revisar un poco los archivos de esa época. Una paradoja es que cuando se dio el pico de producción en 1998, el precio internacional estaba en un mínimo de alrededor de u$s 10 el barril. Después del 2000-2003 se disparó, y ahora está cómodamente por arriba de los u$s 100. Exportamos millones de metros cúbicos a precios que hoy día son de regalo.

Gracias, un saludo cordial.

Anónimo dijo...

Nada raro en mí es no entender nada y entender todo. Digamos que en este caso no entiendo nada. No creo que todo esto apunte a la reestatización de la ex-nuestra YPF. Me inclino más a lo que aparece en la noticia cruda, de saber a donde van las ganancias de este sector, sin que pongan un mango en la economía nacional, ni en investigación ni en otra cosa. Me parece que es como decir "te estamos mirando", no te robes todo

otro lobo.

Rafa dijo...

Anónimo colega lobo:
Yo tampoco entiendo demasiado pero estoy de acuerdo con vos, no creo que el gobierno apunte a la reestatización de YPF. Veo como un paso positivo la actuación del organismo que nuclea a las provincias petroleras (Ofephi), ya que de acuerdo con la Constitución del '94 las provincias son las dueñas de los recursos del subsuelo (yo soy partidario de la Constitución del '49, pero esto es lo que rige ahora). Por lo menos, para ir tendiendo a un mayor control y a un manejo estratégico del recurso.

Gracias, un saludo cordial.

Santiago N. Ibarra dijo...

Buen, blog. Algo similar se me había planteado hace un tiempo. El discurso elogia la articulación del funcionamiento mixto en el sector productivo, lo cual limita las expectativas de la estatización de YPF. Es un discurso que no es propio del gobierno que estatizó Aerolíneas y las AFJP. Sin embargo, si analizamos la relación con el grupo Clarín, es posible ver que tras las negociaciones había una intención de desmonopolizar y regular el mercado.

Rafa dijo...

Santiago:
De acuerdo, no veo que haya una voluntad estatizante (por ahora) en el caso de YPF y sí que el Gobierno anda con pies de plomo para no afectar la tan mentada "seguridad jurídica". Y creo que la decisión de Chubut y Santa Cruz sobre quita de áreas de concesión a Repsol YPF va en el sentido correcto.

Gracias por tu comentario. Un saludo cordial.