domingo, diciembre 30, 2012

La herencia mitrista

Hace algunas semanas vi por la TV Pública la notable serie documental Guerra Guasú, y no pude evitar contrastarla con  la columna que Natalio Botana le dedicó al fundador del diario en que escribe, al cumplirse 150 años de su llegada a la presidencia de la República. Desde ya que no estimo como un gran mérito de Bartolomé Mitre el haber inaugurado "la alternancia republicana", dentro de un régimen que reprimió a sangre y fuego a las masas y caudillos federales que se le oponían, y se embarcó en una guerra impopular e injusta que resultó en el exterminio del pueblo paraguayo.

Tengo por Botana bastante más respeto que por la mayoría de los plumíferos de la "tribuna de doctrina", pero no deja de chocarme el cuidado (lógico) con que rodea y oculta las facetas oscuras de don Bartolo. Facetas como las que una vez traté en este post y recordaron hace poco Pablo Hernández y Glenn Postolski en este artículo:

"(...) Hasta el 3 de enero de 1870 circuló en nuestro país el diario La Nación Argentina, fundado en 1862 durante la presidencia de Mitre. Sus principales ingresos provenían de las arcas del Estado (publicidad oficial de la época). El día siguiente, 4 de enero de 1870, figura como la fecha fundacional del “prestigioso” e “independiente” diario La Nación.
Bajo una nueva razón social, plenamente privada pero manteniendo el control decisivo de Bartolomé Mitre, el nuevo medio tuvo plena continuidad con el anterior, al punto de que el folletín por entregas que se publicaba en uno se continuó sin interrupción en el siguiente. Es posible entonces considerar a La Nación Argentina / La Nación como un solo diario que siguió funcionando en base a las donaciones realizadas por un grupo de amigos, que el por entonces presidente Sarmiento caracterizaba como: “... proveedores que mediante despilfarro de las rentas han ganado millones, como Lezica, Lanús, Galván, que al fin lo costearon casi en su totalidad. (...) Mitre sabe que con un poco de insistencia, con amaños conocidos, con muchos hombres que le deben o la impunidad o la fortuna mal adquirida todo se puede conseguir...” (Sarmiento a Sarratea. Buenos Aires 17 de marzo de 1869. Archivo de la familia Sarratea Prats citado por Nieto del Río)
El centenario medio nacía así de la voluntad militante de una clase por constituir su tribuna de doctrina, y del aporte interesado de un grupo de “proveedores del Estado” enriquecidos durante los aciagos años de la guerra con el Paraguay. (...)"

Hablando de la guerra contra el Paraguay, Botana reitera la "historia oficial" que fija su comienzo en la invasión de Corrientes por tropas paraguayas en abril de 1865. Vale la pena recurrir al capítulo I de Guerra Guasú para ampliar el panorama con los antecedentes del conflicto. En particular, la campaña de Venancio Flores contra el gobierno blanco del Uruguay aliado a Francisco Solano López, llevada a cabo con el apoyo abierto del Imperio del Brasil y el encubierto del gobierno de Mitre. No por casualidad, los enemigos externos del gobierno porteño eran los potenciales aliados de los caudillos federales que aún resistían en el interior.

En diciembre de 1864, Flores y sus tropas junto a una escuadra brasileña sitiaron la ciudad de Paysandú, la que tomaron tras un mes de heroica resistencia de sus defensores. A las pocas semanas cayó el gobierno blanco y Flores entró en Montevideo el 20 de febrero de 1865. Mientras tanto, el 14 de enero el gobierno paraguayo había solicitado al de Buenos Aires el permiso de tránsito de sus tropas por la provincia de Corrientes para atacar al Brasil, lo que fue rechazado el 9 de febrero. El gobierno porteño todavía intentaba mostrar una máscara de falsa "neutralidad". Luego sobrevino la declaración de guerra del Paraguay a la Argentina, la que fue ocultada deliberadamente por Mitre hasta después de la invasión a Corrientes para denunciar este acto como un "ataque a traición".

Hay un consenso general que señala a Bartolomé Mitre como el fundador de la historiografía argentina por haber sido el primero en basarse en documentos escritos para su trabajo de historiador. Qué mejor entonces que recurrir a un documento de su autoría, para revelar sus verdaderas intenciones en connivencia con la Corte de Río de Janeiro. Se trata de una carta dirigida a José María Gutiérrez, escrita el mismo 20 de febrero de 1865:

"...El general Flores ha coronado su obra empezada con tres hombres, terminada en Montevideo, probablemente hoy, aniversario de la batalla de Ituzaingó. Espero y deseo que el gobierno del general Flores sea feliz, y lo será sin duda para gloria de su nombre y para bien de los hombres de libertad y de principios de ambas orillas del Plata. (...)
Ahora queda la jornada del Paraguay. Pacificado el Estado Oriental, todo es menos. Sin embargo, la situación todavía no deja de tener sus peligros, pero espero en Dios y en nosotros, que al fin hemos de salir bien como de esta primera jornada."

Documentos de Polémica Nº 27 - La Guerra del Paraguay, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1973, p. 331-332.


Nota 1: en la foto, Cándido López, el pintor de la Guerra del Paraguay (acá homenajeado por The Economist) junto a su retrato del general Mitre en uniforme de gala. Una foto evidentemente anterior al desastre de Curupaytí, en el que López perdió su mano derecha.

Nota 2: vaya este post apartado de la candente actualidad, como señal de vida de este blog algo abandonado últimamente. Y de paso, mis deseos de un muy feliz 2013 para todos los amigos y visitantes!