viernes, marzo 22, 2013

El tiempo es superior al espacio


Si yo fuera católico y creyente (no es el caso), diría que con la elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa, el Espíritu Santo ha decidido someter a una dura prueba a la coalición peronista-progresista que conforma el "kirchnerismo". Sea por las sospechas sobre su actuación durante el Proceso, por su campaña contra el matrimonio igualitario, por sus choques con Néstor y Cristina Kirchner o por lo que fuere, la novedad cayó como una patada al hígado en muchos espíritus "progres" (y añado que mi primera reacción tampoco fue de agrado). En cambio, sea por convicción o por cálculo, gran parte del peronismo K se plegó al júbilo por la designación. Y para no dejar dudas, la Presidenta marcó el rumbo.

Después de los kilómetros de palabras que se han dicho y escrito sobre el asunto, poco me queda por agregar. Sólo mi visión personal sobre los "matices" a que se refiere el Chino Navarro. Estamos ante un hecho político (dejando de lado lo espiritual, en lo que no corresponde que me meta) que trasciende muy largamente a nuestro país, y como tal hay que encararlo. Ya no se está tratando con un obispo local que suele tomar actitudes críticas o pronunciar palabras incómodas, sino con un jefe de Estado que ejerce (en teoría) un magisterio espiritual sobre unos 1200 millones de personas, incluyendo (también en teoría) a la mayoría de la población argentina. Por lo menos, uno esperaría en ese aspecto una mínima dosis de realismo político por parte de funcionarios o personajes públicos identificados con el oficialismo. Pero parece que hasta alguien tan respetable intelectualmente como Horacio González tiene más apego a su propio ombligo que al "proyecto" del que se supone que forma parte (por supuesto, esto no significa negar el debate de los temas que él plantea; sí cuestionar el lugar desde donde lo hace).

Resultó obvio desde el primer momento que la oposición mediática iba a intentar instalar la idea del "kirchnerismo anti Papa" (o insincero, en caso de aplaudirlo), además de interpretar el más mínimo gesto o palabra de Francisco como "una severa advertencia al Gobierno", etc. Y que como era de esperar, no habría límites para la ridiculez, como lo demuestra esto. Por eso me resultó chocante la liviandad con que muchos entregaban argumentos servidos en bandeja para que se deleitaran los plumíferos de Clarín o La Nación. Claro que en pocos días "desde arriba" se dejó en claro cómo venía la mano, y muchos críticos precoces debieron cambiar su discurso (esto lo cuenta Ricardo Rouvier mucho mejor que yo).

Por último, y ya que comparto simpatías futbolísticas con el Papa Francisco, vaya mi deseo de que no sea un "cuevero" que juega el juego chico de su cueva "en el fin del mundo", sino que sea un jugador de toda la cancha. Y que juegue para los buenos, por supuesto.


(La foto está relacionada con una vieja nota de la ahora camporóloga Laura Di Marco. Y el título del post viene de las palabras de consejo que Jorge Bergoglio le dijo alguna vez a Gabriela Michetti.)

3 comentarios:

Félix Lunático dijo...

Que rápido se enamoraron del Papa los progresistas K, en cualquier momento reimplantan la educación religiosa para congraciarse con franchesco el primero. Como tiran la toalla con el primer soplo.

Del aborto no punible ni hablar nunca más, ahora a tragar la hostia que la onda es ser amigo del Papa, así se renuncie a todo.

Una vergüenza. Al kircherismo no lo voto nunca más.

Rafa dijo...

Félix:
No creo que los progres K se hayan enamorado, muchos dieron marcha atrás cuando vieron que políticamente la estaban embarrando y algunos hasta quedaron en ridículo.

Me parece que la cosa no pasa por la Papamanía ni por el furor anticlerical. Habrá que esperar que pase la agitación por la novedad para ver las consecuencias que nos deja. La sociedad argentina ya no es la de los años '30, cuando se hizo el Congreso Eucarístico.

Gracias y saludos.

Anónimo dijo...

El hecho es político en un 100 %, hay que diferenciar a un obispo de un Jefe de Estado.
No creo que se "ocupe" particularmente de nuestro país, ya que hay demasiados problemas en el Estado mencionado, son políticos y particularmente económicos, basta con ver los sucesos acaecidos en el IOR durante Enero del 2013, para haber producido la "renuncia" de Benedicto
Pedro García (Topol2001)