viernes, enero 24, 2014

Un granito de arena...



...en la lucha contra "la cadena del miedo, la desinformación y el desaliento". A raíz de una nota de la periodista Silvia Naishtat en Clarín, la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y de la Actividad Nuclear (APCNEAN) emitió el siguiente comunicado:


Injusta descalificación a profesionales de la actividad nuclear

La APCNEAN informa que contamos con nuevo “Tribunal evaluador de los trabajadores de la actividad nuclear”, el que, aunque no ha sido nombrado aún oficialmente, ya ha entrado en funciones y ha emitido su primer dictamen -no favorable- referido a los profesionales que de alguna manera están o estuvieron abocados a la construcción y puesta en marcha de Atucha II.  Nos enteramos de la novedad leyendo el artículo publicado en Clarín el 3 de enero último, titulado “Hay responsables de los cortes de luz, pero callan”.  Del extenso escrito, sólo nos ocupan un par de párrafos, en los que, tras informar que Jorge Capitanich y Julio De Vido decidieron realizar una recorrida por Atucha II, dice:
"La realidad pinta otro panorama. Con recursos limitados, profesionales con pocas dotes y otros con noble intención, Atucha II vive un sinfín de problemas de acuerdo al monitoreo de expertos.  Lo escribieron en un informe al que Clarín tuvo acceso: “Las pruebas para poner en marcha continúan en forma caótica. Cada día aparecen vicios ocultos producto de la incompetencia. Luego de la breve conexión a la red con vapor producido con energía externa, pues el reactor no puede funcionar aún, se detectaron defectos de construcción en los intercambiadores de refrigeración intermedia.  Una de las bombas del circuito de control del agua pesada se dañó durante las pruebas”.  Y como si fuera una obra de la picaresca, hasta surgieron tropiezos con el entrenamiento del personal.
Argentina invirtió en un simulador que construyó Tecnatom y en lugar de instalarlo aquí, quedó en San Sebastián de los Reyes, Madrid. Así, los operadores deberán ir a España para capacitarse.”
Silvia Naishtat, en adelante “la evaluadora”, es la autora de este artículo – y por ahora la única integrante del "Tribunal Evaluador de los Trabajadores de la Actividad Nuclear".
Como podrán ver, "la evaluadora”, haciendo gala de su gran capacidad de análisis, ha visualizado que los profesionales que se desempeñan en Atucha II conforman dos grupos: uno con “pocas dotes” y, “otro” con “noble intención”.  Como no contamos con los fundamentos del dictamen, no sabemos quién integra cada grupo, así que a quien le quepa el sayo, que se lo ponga, tarea para la que se cuenta con bastante libertad de criterio, por cuanto al no especificarse a qué está referida la expresión “con pocas dotes”, cada uno podrá elegir los aspectos en los que se sientan menos dotados y así todos podrán de alguna manera integrar este primer grupo, sin que nadie se sienta excluido.
Con la cuestión de la “noble intención” ocurre algo similar, sabemos que los que tengan una intención de algo (no hace falta más que una, notar el singular), califican para integrar este segundo grupo, siempre y cuando dicha intención pueda ser considerada “noble”, concepto que, a falta de mayores especificaciones, podrán aplicar discrecionalmente.
Sí, es evidente para “la evaluadora” que ambos grupos, sumados a los “recursos limitados” (tampoco está claro a qué tipo de recursos se refiere, pero no ahondaremos en ello) son los responsables del “sinfín de problemas que padece Atucha II”.  ¿Dónde obtuvo la información para hacer tal afirmación? ¿Visitó la obra? ¿Revisó la documentación técnica? No. Se remite al informe ignoto – que no publica el diario que la respalda, ni dice dónde se lo puede consultar, ni explica su carácter, motivo ni alcance – que, asegura, fue realizado por los señores... “expertos”. ¿?
En esos reveladores párrafos, “la evaluadora” continúa luego mencionando “caos”, “vicios ocultos producto de la incompetencia”, “defectos”, etc.
Acaso si en vez de haberse apresurado a calificar despectivamente a los trabajadores del sector nuclear se hubiera acercado a Atucha II, alguno de ellos, dotado al menos para explicar, le habría podido hacer ver en qué consiste esta obra, le podría haber contado, por ejemplo, que la central se divide en 28 complejos funcionales basados en criterio de Instrumentación y Control, que hay en total 278 sistemas: todos cubiertos por 94 Programas de Puesta en Marcha, la mayoría de los cuales comprenden varios sistemas. Y donde nada está hecho al azar: las pruebas en frío se realizan porque están pautadas, porque se sabe que existe la probabilidad de encontrar fallas, que deben ser solucionadas antes de poner a crítico el reactor. Es algo que se hace en todas las centrales del mundo. Y esta central es única en el mundo, como lo es Atucha I, que está operada y mantenida por los mismos profesionales que “la evaluadora” degrada.
También podrían haberle contado, por ejemplo, que cuando en 1988, Atucha I tuvo un desperfecto importante, que no registraba precedentes en el mundo, un canal de refrigeración sufrió un daño estructural significativo, fueron los profesionales “poco dotados” que en ese entonces se desempeñaban en la Dirección de Centrales Nucleares de la CNEA, que en pocos años pasaría a conformar NA-SA, junto con los de la Dirección de Combustible y los de Empresas asociadas, quienes lograron repararla, contra el vaticinio de los que aseguraban que la central era insalvable.
El suceso merece ser sacado a la luz para confrontar los epítetos descalificadores que “la evaluadora” utiliza: cuando surgió ese grave problema en Atucha I, la empresa constructora, extranjera, presentó un proyecto que consistía en destapar el reactor para extraer y reemplazar el canal dañado, sin ofrecer garantía de que el resultado fuera exitoso porque se trataba de un caso inédito. Por esa misma razón, tampoco se podían presupuestar los costos: habría que afrontar lo que saliera. (*)
Los profesionales de la CNEA consideraron que de aceptarse ese proyecto, el personal involucrado se vería expuesto a niveles muy elevados de radiación, con lo cual se habría necesitado un verdadero ejército para poder "repartir" ese excedente.  Estudiaron con cuidado qué hacer y decidieron trabajar con el reactor cerrado, con cámaras subacuáticas y desarrollaron herramientas especiales, telemanipuladores, de 12 metros de largo, con dedos mecánicos que cortaron en trozos de menos de 10 centímetros cuadrados todo el canal de refrigeración dañado y lo sacaron del reactor mediante aspiradores también diseñados para tal fin. Luego de 16 meses, en agosto de 1989, Atucha I fue puesta en funcionamiento y reconectada exitosamente a la red. (**)
Esos mismos profesionales “poco dotados” son los que antes habían tomado a su cargo la tarea del montaje final,  puesta en marcha y operación de la Central Nuclear Embalse, que llegó a ocupar los primeros lugares del ranquin en rendimiento en el mundo y el pasado 21 de enero cumplió 30 años de operación.
Y recordemos que estos profesionales asumieron la responsabilidad de la terminación de la CNA II, debido a que el proveedor extranjero se retiró del mercado nuclear. Y por supuesto que se encuentran con problemas. Pero para afrontarlos y superarlos están perfectamente preparados.
Los trabajadores que "la evaluadora" encuentra poco dotados son los que sostienen en la Argentina una actividad nuclear reconocidamente evolucionada por el resto de los países nucleares. El sector nuclear de nuestro país domina el ciclo de combustible, produce suministros esenciales como el agua pesada, desarrolla múltiples aplicaciones en salud, industria, agro, materiales, es proveedor internacional de reactores de investigación y producción de radioisótopos, entre otras cosas. El nivel de desarrollo alcanzado coloca a la Argentina entre los primeros países del mundo en el dominio de esta tecnología para usos pacíficos y seguros, prueba de ello es que somos uno de los pocos países que ocupa un asiento permanente en la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica. El desarrollo nuclear argentino es un bien estratégico, patrimonio nacional, conseguido principalmente con el esfuerzo de los trabajadores que "la evaluadora" considera "poco dotados".
Nota sobre “la evaluadora”: Silvia Naishtat (57 años), Ingeniera Agrónoma.  Periodista especializada en temas económicos.  Empleada del diario Clarín desde 1990.  Cursó el Master de Historia de Pensamiento Económico en la UBA.  Acreedora de varios premios. No tenemos el dato preciso, pero por su escrito suponemos que obtuvo patente para opinar sobre tecnología nuclear.  Por lo vertido en el citado artículo de su autoría, al menos en los párrafos que nos atañen, anticipamos que no muestra aptitud para  ser admitida en un grupo de periodistas con “noble intención”, si éste existiera.
Buenos Aires, 23 de enero de 2014.

Ing. Agustín Arbor González - Ex Secretario General de la APCNEAN            
                                                       
Qco. Carlos A. Granero - Secretario General de la APCNEAN

(*) Agrego que la empresa constructora (Siemens AG) envió una nota (o más bien, un apriete por escrito; tuve acceso a una copia) al entonces Presidente de la Nación (CSM) advirtiéndole que su propuesta era la única viable y auguraba un apocalipsis nuclear en caso de que las autoridades argentinas decidieran seguir otro camino. Afortunadamente, se procedió según describe la nota de APCNEAN y el apocalipsis nuclear brilló por su ausencia. Pero ya sabemos cómo juegan los pesos pesados de las grandes ligas.

(**) En realidad la reconexión de Atucha I a la red se efectuó a principios de 1990; la falla había ocurrido en agosto de 1988, ver página 4 de este Informe.

Advertencia: de ahora en adelante, los que eventualmente pasen por este blog con la intención de descalificar, agraviar y/o insultar, ni se molesten en dejar su comentario. No será publicado.


P..S. (20/02/14): Para Alcides Acevedo y demás interesados en el tema, aquí hay información fresquita sobre Atucha II.

7 comentarios:

jfc dijo...

Disculpe si comento desde mis escasos conocimientos, pero me llama la atención la fecha del daño de Atucha I.
Este informe de poca solidez, aparece en estos momentos, para Atucha II.
En fin las operaciones de desestabilización no tienen ningún límite.
Los operadores son energúmenos con unas psicopatologías impresionante.
Que la vida nos ayude a los seres humanos que sólo pretendemos una buena vida para todxs!

jfc dijo...

el enlace apcnea, no entiendo cómo lleva ala nota completa firmada por el secretario y el ex-secretario. Me gustaría tener enlace a la nota de la señora asesora de politicos varios

Rafa dijo...

Jfc:
Sobre el daño en Atucha I, acabo de chequear la fecha y hay una inexactitud en el comunicado: en realidad la reconexión a la red se hizo en enero de 1990, aunque la reparación en efecto duró 16 meses ya que la falla había ocurrido en agosto de 1988. Ahora agrego la corrección.

Coincido con su opinión sobre las operaciones y los operadores.

Gracias por el comentario. Muchos saludos.

Rafa dijo...

Jfc:
Perdón, se me cruzó el segundo comentario. En realidad el comunicado no aparece en la página de APCNEAN, que no está actualizada; yo lo recibí vía mail. Acabo de agregar el enlace a la nota de Naishtat.

Saludos de nuevo.

Alcides Acevedo dijo...

¿Los que eventualmente pasen por este blog con la intención de descalificar, agraviar y/o insultar, ni se molesten en dejar su comentario?

Ahá, a eso se llama intercambio de ideas ¿tienen idea de cuál es la fecha EXACTA en que Atucha II comenzará a genera energía?

Esa sería la mejor forma de contestarle a Naishtat y no decir que en 1988 lograron "arreglar" un desperfecto en Atucha I, es evidente que ese antecedente no habilita a la CNEA a ponerse al frente de la ingeniería que necesita Atucha II para ser concluida.

Rafa dijo...

Alcides Acevedo:
Como Ud. puede comprobar, el intercambio de ideas está habilitado. El comunicado de APCNEAN es sólo una respuesta a las descalificaciones de Naishtat, y en todo caso el infotmar sobre la fecha de puesta en marcha de la central es responsabilidad de las autoridades del Ministerio de Plnificación, la Secretaría de Energía y/o Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), no de APCNEAN.

De paso le aclaro que aunque personal de CNEA participa en el proyecto, la Comisión como tal no interviene en la dirección de la obra, que es entera responsabilidad de NA-SA.

Saludos.

Unknown dijo...

Jorge Alejandro dice:
En el año 1997 tuve la oportunidad de viajar con la cátedra de Derecho de Minería y Energía de la Universidad de la Plata a Atucha: En un país devastado como teníamos entonces, el piso de la sala de maquinas estaba encerado y brillante. La pulcritud y el profesionalismo eran fuera de lo comun y el compromiso con la actividad era total. Por otra parte, allí nos explicaron que los reactores de Siemmens tenían una vida útil de aproximadamente 25 años. Atucha I fue inagurada el 21 DE MARZO DE 1974. Es decir, este año va a cumplir 40 años desde su puesta en funcionamiento. Esto es merced al gran esfuerzo, profesionalismo y compromiso de los operadores de la central en el mantenimiento y conservación de la misma al día de la fecha. Esto no implica desconocer la peligrosidad de la actividad en el marco de la idea que debe regir nuestra existencia en tanto toda acción humana transformadora de la naturaleza es nociva y contaminante. Y en este sentido, las centrales termoeléctricas e hidroeléctricas también lo son. De ser coherentes con el pensamiento ecologista, vivamos sin energia electrica y listo. Saludos!