jueves, febrero 28, 2013

The History Channel

Nuevamente vuelve a tomar vigencia en el cine de Hollywood la temática histórica de "nuestros hermanitos del Norte" (como decía el General), tanto en una recreación de la vida y obra de Abraham Lincoln como en una ficción relacionada con la esclavitud (Django sin cadenas).

Antes de ver estas películas, a mí se me ocurrió retomar la muy recomendable lectura de La Otra Historia de los Estados Unidos, de Howard Zinn. En el capítulo 2 del libro, Estableciendo la barrera racial, Zinn describe cómo se institucionalizó la esclavitud en las colonias norteamericanas. Y también cómo se sentaron las bases de un fenómeno más perdurable que la esclavitud: el racismo.

Al ocuparse de las rebeliones de los esclavos en los primeros tiempos de las colonias y de la reacción de los colonos y las autoridades, Zinn escribe:

"(...) Sólo había un temor más profundo que el temor a la rebellón negra en las nuevas colonias americanas. El temor a que los blancos descontentos se unieran a los esclavos negros para derrocar el orden existente. En los primeros tiempos de la esclavitud y antes de que el racismo se hubiera atrincherado como actitud mental, mientras a los criados blancos contratados se les trataba igual de mal que a los esclavos negros, existía la posibilidad de esa cooperación.
Por lo tanto se tomaron medidas en ese sentido. En aproximadamente el mismo período que la Asamblea de Virginia aprobaba los códigos para la esclavitud, con su disciplina y sus castigos, Edmund Morgan escribía:
'Habiendo proclamado la clase dirigente virginiana que todos los hombres blancos eran superiores a los negros, acto seguido ofreció a sus inferiores sociales (pero blancos) ciertos beneficios que antes se les habían negado. En 1705 se aprobó una ley que obligaba a los amos a dar 350 kilos de maíz, treinta chelines y un fusil a los criados blancos cuando vencían sus contratos, mientras que las mujeres recibían 500 kilos de maíz y cuarenta chelines. A los citados recién liberados se les daba, además, 50 acres de terreno.'
Morgan concluye 'Una vez que el pequeño colono se sintió menos presionado por los impuestos y empezó a prosperar un poco, se volvió menos inestable, menos peligroso, más respetable. Empezó a ver a su vecino mayor no como un extorsionista sino como un protector poderoso de sus intereses comunes.'(...)

Un breve fragmento, que a mí me motiva algunas reflexiones bastante obvias sobre otras circunstancias de la Historia. That's all, folks!