domingo, noviembre 23, 2008

Manifiesto



En estos días me enviaron una invitación para adherirme a una campaña contra la inseguridad. Por supuesto que comparto y comprendo la preocupación y la angustia que genera el tema en nuestra sociedad. Pero sería insincero si sólo adhiriera a una campaña sin analizar y denunciar el trasfondo del problema. Como hicieron últimamente por ejemplo, María Esperanza y Abel.

Yo me voy a limitar a transcribir la nota de Tato Pavlovsky que publicó ayer Página 12 (resaltando algunos párrafos, como único aporte propio). Hago mías sus palabras, y éste es mi manifiesto -o mi grito desesperado- contra la inseguridad.


Hambre y represión
por Eduardo Pavlovsky

Existía una cultura de la complicidad civil durante la dictadura. Hoy también existe una cultura de la complicidad civil en relación con el problema del hambre y la desnutrición infantil en la democracia. Es un abordaje social cultural. Como dice Giardinelli en Página/12: “Nuestro presente sociocultural configurado por entre 10 y 15 millones de compatriotas carentes de esperanzas, muchos de ellos en estado de animalidad (subrayado mío). Eso no se debe a un cataclismo ni es un flagelo natural, sino que es resultado de políticas que aquí se aplicaron y es urgente revertir, pero en serio y definitivamente, lo que implica exigir a las autoridades urgentes medidas reparadoras”.

El intendente Gustavo Posse dijo que el crimen del ingeniero Barrenechea está relacionado con el retiro de efectivos de Gendarmería en la villa La Cava. Alguien le contestó: “El triste suceso está relacionado con la ausencia de educación, de salud, de trabajo, de buena alimentación, de los derechos fundamentales del hombre: ausencia de igualdad, ausencia de oportunidades, ausencia de políticas que tiendan a preservar la dignidad humana, en ese asentamiento y en otros muchos puntos de la República”.

Dicen que los pibes de La Matanza son reclutados por organizaciones para cometer robos en otros puntos suburbanos. Los pibes se “entrenan” porque el reclutador les paga 500 pesos por cometer asaltos, robos o asesinatos que sufren todos los días principalmente las casas de la zona norte. Dicen que los preparan drogándolos antes de llevarlos al lugar indicado.

La lógica de un pibe de La Matanza no es la lógica de un pibe de Capital o San Isidro. Son dos o tres generaciones donde los valores se han transformado en la cultura villera sobre el hacinamiento, la promiscuidad, la falta de higiene, agua potable y de la carencia de recursos humanos para vivir con dignidad. La desigualdad social hoy es más amplia que nunca y también influye en este tipo de producción de subjetividades.

En la provincia de Buenos Aires, entre los 15 y los 20 años los jóvenes piensan que dentro de cinco años van a estar muertos o excluidos (encuesta del Ministerio de Desarrollo Social). No pueden pensar ni imaginar el futuro. Y no poder imaginar un futuro o un proyecto los convierte en un ser de otra cultura, formada por otros valores, por otros ideales, además de ser jóvenes que han convivido con tres generaciones sin trabajo.

Había que ver el desconcierto de Chiche Gelblung con dos jóvenes de La Cava que llevó a su audición televisiva. Chiche le preguntó a uno de ellos por una camisa Nike que llevaba puesta. El joven le contestó: “¿No te gusta que la tenga yo, no?”. Y agregó: “Esta ropa es sólo para tipos como vos, cuánto ganás aquí, decímelo, vos debés tener mucha guita y te podés comprar muchas cosas”. Y se inició un diálogo imposible, suscitado por el joven adolescente de La Cava y un Chiche desconcertado y desconocido que parecía someterse a un interrogatorio. Nunca lo vi tan incómodo en una entrevista, porque evidentemente es un periodista muy inteligente, pero acá se enfrentaban dos culturas diferentes.

Miles de familias están volviendo a los comedores comunitarios. En la red de banco de alimentos la demanda es un 15 por ciento mayor que en el 2007. En el partido de La Matanza la suma de las camas públicas de los hospitales es de 0,4 cada 1000 matanceros, una proporción bajísima. La Organización Mundial de la Salud establece una relación que debe ser 6,3 cada 1000 habitantes.

Es imposible no condenar los crímenes, los robos a que son sometidas las víctimas de la delincuencia y que abarcan las tres clases sociales, familias destruidas, otras que viven en permanente estado de miedo y temor. Nos identificamos con su miedo y su dolor. No podría ser de otra manera. Pero no es disminuyendo la edad de la imputabilidad de los menores de 14 años; como solución final, esto es ingenuo.

Tenemos que recordar que los derechos humanos no pueden quedar sólo asociados en la subjetividad popular al problema de la dictadura y los desaparecidos.

No debe valer más la vida de un desaparecido que la de un niño que muere de hambre, ni de los 27 que mueren por día por causas evitables. La indignación debiera ser la misma, la del joven desaparecido por el crimen de la dictadura y la del niño que muere de hambre en nuestro país.

Los derechos humanos deben ser el desarrollo de los recursos humanos para toda la población argentina. El combate al subdesarrollo de los recursos humanos (alimentación, salud, educación a todos los niños) debe ser prioridad y urgencia para prevenir futuros conflictos sociales. Empezar de abajo asegurándole a la niñez la estabilidad de poder vivir sus propios derechos constitucionales y de poder pensar en un posible futuro con dignidad. Es sólo poder pensar. El que no come no piensa y su arma es la inmediatez. No existen estructuras de demora, como habría dicho el doctor Fernando Ulloa. El hambre es un crimen en nuestro país, un crimen diario que potencia la delincuencia y el crimen organizado. Los ataques a las organizaciones como Pelota de Trapo –a través del rapto de uno de sus chicos, subiéndolos a coches donde son paseados amenazándolos por pertenecer a una organización que se ocupa del hambre y de la indigencia– son un buen ejemplo de la complicidad civil de un gran sector de la población argentina que se niega a identificarse con el otro sector argentino de la población que padece hambre e indigencia. La falta de respuesta frente al hambre es el germen de la complicidad civil. Es de “mal gusto hablar de la desnutrición infantil”. El hambre no es problema para un gran sector de la población. El que come tiene alimentación, educación y salud, sólo puede tener temor a ser saqueado, asesinado por la “animalidad” descripta por Giardinelli.

Desconocemos la subcultura de las zonas más carecientes, su lenguaje, sus valores, sus creencias y sus desesperanzas. Se nace allí en la villa y allí se forman sus valores, sus ideales, nada tienen que ver con los nuestros, que hemos podido alimentarnos, trabajar y estudiar. El programa de Chiche y los dos villeros de La Cava es la visualización práctica de las dos culturas enfrentadas.

El joven villero que sale a robar o matar por dinero, o por el dinero que le ofrecen, sólo siente que ése es su trabajo, no existen en esa subcultura nuestras categorías del bien y del mal, en esos chicos de 13, 14 o 15 años sin ninguna esperanza futura posible para una vida mejor.

Como dice la carta de Posse cuando afirma que el crimen del ingeniero Barrenechea estuvo relacionado con la ausencia de efectivos de Gendarmería en la villa, “en tanto no se solucione la ausencia del Estado en la villa, seguirán presentes la inseguridad, la desigualdad, la injusticia, el hambre, la mortalidad infantil, la deserción escolar, la pasta base y la prostitución infantil –y agrega–, la respuesta no debe buscarse en el Código Penal sino en la Constitución nacional”.

Allí está el germen de la formación de la delincuencia infantil y sus tremendas consecuencias actuales.

Insisto, el bien y el mal tienen distintos valores y códigos. Son los hustler, del ghetto negro de Chicago, que la familia espera ávidamente para recibir dinero que viene de los robos, asesinatos y drogas.

La ausencia de una política de Estado frente al retiro de fondos destinados a la ayuda social fue el origen del crimen juvenil. Los chicos de La Matanza y de La Cava son nuestros pequeños hustler.

No nos olvidemos que la pandilla juvenil más sangrienta en Latinoamérica, los maras, fue el origen de una mayor represión a los jóvenes en El Salvador. Hoy los maras han constituido un ejército temible de delincuentes infantiles que existen ya en Latinoamérica.

En la lenta recuperación de una justicia social donde los derechos devuelvan la dignidad a los muchos que la carecen, muchos de ellos ni saben que la carecen. Se ha perdido en esa subcultura de animalidad el derecho a tener derechos.

No más cárceles sino mejores instituciones que se ocupen de la infancia, devolviéndoles los derechos fundamentales de poder vivir y desarrollarse. No deben nacer condenados. La dignidad que fue devuelta a los indígenas de Evo Morales o a los cabecitas negras de Perón sólo consiste en ser personas y no vidas desperdiciadas, vidas no vividas, que merecen ser vividas.

lunes, noviembre 17, 2008

Cita de honor

- Fundó el primer centro de investigación y desarrollo (I&D) en metalurgia en Argentina, y lo llevó a un nivel de excelencia internacional.

- Introdujo los conceptos de autonomía tecnológica y de apertura del paquete tecnológico de grandes proyectos. Los utilizó para impulsar la construcción en Argentina del primer reactor nuclear de investigación en Sudamérica y la creciente participación de las empresas nacionales en las obras de las centrales nucleares de Atucha y Embalse.

- Desarrolló el "Modelo del triángulo" que describe los mecanismos de interacción entre el Estado, las universidades y centros de I&D, y las empresas. Modelo que se difundió rápidamente en América Latina e influyó en el naciente "pensamiento latinoamericano en ciencia, tecnología y desarrollo".

- Planteó el concepto de la tecnología como mercancía, del cual derivaron los de "mercado de tecnología" y de "fábricas o empresas de tecnología". Trabajó intensamente en la temática de transferencia de tecnología.


"…Tanto calaron esas ideas que en América Latina hay un ejército de tecnólogos que lo venera y lo sigue porque fuimos muchos los que abrevamos de esa fuente y los que lo hicimos no nos despojaremos nunca de esa unción. Y especialmente los que hemos sido testigos de todo este proceso y en cierta forma protagonistas, con mayor razón seguimos siendo adherentes a estas ideas que siguen teniendo vigencia ya que aún persisten las grandes confrontaciones entre países ricos y pobres en materia tecnológica, sólo que han cambiado de forma y de matiz. Me gustaría que Jorge me escuchara decir que definitivamente ni aró en el mar ni sembró en el desierto."
(Jairo Torres Sánchez - Colombia)


- Fue un enemigo visceral del autoritarismo, de la solemnidad, de la mediocridad, y de la chantocracia (palabra inventada por él).


"En el terreno de la ciencia y la cultura, las mayores dificultades provienen de lo que he llamado la conspiración de los mediocres. La mediocracia probablemente haya sido, y es, una enfermedad más grave, en la Argentina, que la aristocracia, la oligocracia, la plutocracia…Yo le tengo miedo a los mediocres, primero porque son más, segundo porque viven más y, además, se disimulan más. Uno cree que no están, pero sí, siempre están…"


- Que a 25 años de su partida física, ninguno de los "grandes medios" lo haya recordado, es un signo de nuestra derrota nacional y cultural.

- Que hoy en día "tecnología" sea para una enorme mayoría sólo un sinónimo de la última novedad en celulares o en iPods, también.

- Este post venía en tono de lamento, como puede verse. Pero por suerte, hoy Contradicto me alegró el día. Aunque en su post no figure el nombre de Jorge Alberto Sabato, demuestra que su espíritu sigue presente.


Aunque hayamos retrocedido más allá de lo imaginable, no nos han vencido. Salud, Jorjón.


jueves, noviembre 13, 2008

Más deuda

Ésta es una nota que publicó Alfredo Zaiat a principios de 2004, cuando se estaba renegociando la deuda externa. Me parece que tiene plena vigencia por varias razones:

- Habla de un argentino que luchó por desentrañar los mecanismos de la monumental estafa que significó la deuda; alguien a quien pocos recuerdan (entre ellos, su hijo).

- Cuenta la actuación de otro personaje, al que actualmente invitan a exponer en el coloquio de IDEA o le hacen reportajes como a un experto cualquiera.

- Describe los manejos que llevaron a que la famosa promesa de Raúl Alfonsín de "repudiar la deuda ilegítima" (*) terminara en el tacho de basura. Hoy día en que algunos se exaltan en los homenajes a los 25 años de democracia (gracias Martín), no está de más sacar algunos trapitos sucios al sol.


Nombre y apellido
por Alfredo Zaiat

El riesgo de convocar a una causa nacional reside en reducirla a una simple herramienta de negociación. La movilización de personas y conciencias permite acumular fuerzas, pero se convierte en manejos de masas si no se avanza más allá de frases mediáticas. Si bien las arengas son indispensables en la tarea de higiene del colonizado pensamiento económico, por sí solas quedarán apenas como parte de una esgrima verbal de una complicada puja de intereses. La invitación necesita bastante más que mostrar rostros de niños desnutridos o de pelear al FMI en forma pública. Más que los efectos de una deuda pública monstruosa -que sirven para sensibilizar pero no para entender-, o la demonización de un organismo internacional desprestigiado -que contribuye a concentrar los odios en una figura pero no para saber-, la convocatoria requiere recorrer la historia reciente para que aquellos que quieran sumarse a esa cruzada sepan por qué lo hacen y no se transformen solamente en hinchada de una tribuna que observa con pasión el partido de la deuda. Si bien para algunos puede parecer anacrónico o un esfuerzo inútil, el tema de la deuda no puede ser asumido como causa nacional si no se comienza por precisar su origen fraudulento.

Olvidado, perseguido y silenciado, Alejandro Olmos fue quien realizó la investigación más completa sobre el trasfondo del crecimiento de la deuda. Se ha caído en el error de estudiar solamente los aspectos cuantitativos y no se ha enfatizado el origen de cómo se construyó esa deuda monumental. La investigación impulsada por Olmos fue desarrollada en la causa 14.467, que se tramitó ante el Juzgado Federal a cargo del juez Jorge Ballesteros. En la sentencia, el magistrado sostiene que han quedado probados los mecanismos fraudulentos que se emplearon para constituir la deuda, pero a la vez considera que ante la relevancia de la materia en cuestión el Congreso, por mandato constitucional, tiene la facultad de arreglar la deuda pública e intervenir en su esclarecimiento. Desde entonces, la “causa nacional” duerme tranquila en algún anaquel del Parlamento.

Sirve analizar un poco esa historia. Al asumir Raúl Alfonsín, en el discurso pronunciado el 10 de diciembre de 1983, planteó que no se iba a pagar la deuda con el hambre del pueblo y se iba a realizar una investigación para establecer cuál era la deuda lícita y cuál la ilícita. Ante ese propósito, el Congreso dictó la Ley 23.062, donde se establecía que carecían de validez jurídica las normas y los actos administrativos emanados de las autoridades de facto. Mediante la Ley 23.854 se rechazó la gestión financiera de la dictadura correspondiente a los ejercicios 1976-1983.

A partir de aquí comienza la serie de claudicaciones hasta la convalidación de la deuda fraudulenta. A partir de esas leyes, se llevó a cabo una investigación que de modo arbitrario se limitó exclusivamente a la verificación de la deuda privada, omitiendo la deuda pública. Así, el 5 de julio de 1984, el directorio del Banco Central dictó la circular 340 mediante la cual se dispuso la conformación de un cuerpo de investigadores para analizar las declaraciones de deuda en moneda extranjera al 31 de octubre de 1983. La deuda a verificar alcanzaba los 17 mil millones de dólares, limitándose la investigación a la mitad, que constituía la deuda financiera.

El cuerpo de inspectores contratado por el Banco Central trabajó en soledad, sin infraestructura y sin apoyo oficial. Pese a ello sus conclusiones fueron contundentes: anomalías en las concertaciones de seguros de cambio, autopréstamos, endeudamientos producidos por proyectos de inversión que no se efectuaron, aportes de capital disfrazados de préstamos financieros y abultamiento de deudas. Ante los avances en la investigación, que ponía de manifiesto las maniobras que se habían realizado, que vale recordar terminaron incrementado la deuda del Estado, se modificaron los alcances de la mencionada circular 340 del BCRA. Se redujo entonces la investigación a averiguar si hubo violación a la ley penal cambiaria con relación al ingreso de los fondos, según el informe 480/161 del 6 de diciembre de 1986. Y luego se terminó de neutralizar la investigación sobre el origen fraudulento de esa porción de la deuda con la Resolución 298 de junio de 1988 firmada, entre otros, por el entonces director del Banco Central, Daniel Marx.

Vale detenerse un instante en ese protagonista. Se ha escrito mucho sobre la responsabilidad de Alfredo Martínez de Hoz, Domingo Cavallo e incluso de José Luis Machinea en el endeudamiento argentino. Pero sería una injusticia que la historia –que, como se sabe, la escriben los que ganan, y hasta ahora fueron los acreedores– no le guarde un lugar de privilegio a Marx. Aquí presentamos su reivindicación histórica. Fue director del Banco Central desde 1985, con una intervención relevante que hemos recién señalado en el tema de la deuda. Luego fue el representante financiero en Washington del gobierno de Carlos Menem. Intervino desde esa función en el Plan Brady. Luego de brindar esos servicios a la patria se asoció con Nicholas Brady, ex secretario del Tesoro de EE.UU., a quien se le debe la autoría de ese primer megacanje de deuda. Volvió a prestar sus servicios de negociador de la deuda en el gobierno de Fernando de la Rúa como secretario de Finanzas, sobreviviendo a todos los cambios de ministros de Economía de esa administración que le permitió anotar en su foja de servicio el último megacanje de la deuda. Ahora tiene una consultora que se dedica a... refinanciar deudas.

Las causas nacionales también tienen nombres y apellidos.


(Versión publicada en "¿Economistas o astrólogos? - La economía de los '90", colección Claves para Todos, Capital Intelectual, 2004, p. 40).


(*) Link al Capítulo 3 de este notable libro, escrito por un "liberal" hoy día frecuentemente repudiado por sus "correligionarios".

martes, noviembre 11, 2008

Deuda pendiente

Durante mi período de inactividad bloguera ocurrieron hechos que no quiero dejar en el olvido, como el fallecimiento del profesor Jorge Schvarzer.

No tengo como Tavos la suerte de haber sido su discípulo, ya que ni siquiera fui alumno de su Facultad. Pero igual quiero expresar mi reconocimiento por un argentino que pensó y soñó, y enseñó a pensar y soñar en otro país. Mejor que el que tenemos actualmente, sin duda.

Ésta es una entrevista que se le hizo para la Historia de la Economía Argentina del Siglo XX, que de paso aporta a temas que hace poco se estuvieron debatiendo en este blog. No para juzgar épocas pasadas de nuestro país, sino para aprender y tener en cuenta sus enseñanzas para hoy y para el futuro.


Jorge Schvarzer
El discurso y la práctica
por Hernán Braude y Martín Fiszbein

- ¿Cómo caracterizaría el período que se extiende entre la crisis del '30 y la caída del peronismo en términos del proceso de industrialización? ¿Pueden distinguirse distintas etapas dentro de ese lapso histórico?

- La experiencia 1930-55 es la de una industrialización a pesar de todo. No podía haber una estrategia industrializadora exitosa sin una política firme en ese sentido frente a la muy fuerte restricción de divisas y donde existía una ausencia de capacidad técnica y tecnológica. Por ejemplo, la Facultad de Ingeniería era muy chica, no había escuelas industriales, lo cual otorgaba un carácter sumamente frágil al desarrollo industrial.

Desde un principio se pensó que la crisis de los años '30 duraría tres meses. No sólo aquí, también en Gran Bretaña y en Estados Unidos. Entonces uno podría decir que de 1929 a 1932-33 lo que se ve son adaptaciones de corto plazo, sin políticas de largo. De cualquier modo, fueron diez años de crisis y luego la guerra. Pero nadie imaginaba circunstancias semejantes. No se advierte en los primeros tiempos de la crisis la presencia de políticas activas ni tampoco la instalación de nuevas industrias. Las fábricas existentes se acomodaron a producir un poco más siguiendo la demanda, pero lo que está claro es que había mucha desocupación y miseria. A partir de 1933 las cosas comienzan a cambiar. En el censo de 1935 se advierte una actividad fabril muy fuerte que tiene que ver en parte con que el gobierno empieza a poner aranceles a la importación y tipos de cambio múltiples porque no hay divisas. Se expanden fábricas que ya existían y aparecen otras nuevas. El tema de las divisas va a ser recurrente en todo el período. Y el gobierno en ningún momento privilegia como política dar divisas para la importación de maquinarias. Aún así existe un aprendizaje tecnológico, como se va a ver luego en la década de 1940 con las adaptaciones para reemplazar carbón por maíz como combustible, y se genera una pequeña capacidad de producción de maquinarias. Por supuesto, en sectores muy puntuales. Esto ocurre en momentos en que la política económica no privilegia al sector industrial, aunque al gobierno le parece bien que pueda generar empleos o reducir importaciones. Lo que va a haber entonces es un gran aumento de la producción basado en usar al máximo la capacidad instalada. Y se produce un incremento notable de la cantidad de obreros trabajando: para 1942-1943 la Argentina tiene por primera vez plena ocupación. Pensemos que diez años antes había altos niveles de desocupación. Ahí se llega al viejo modelo de Kalecki: cuando hay plena ocupación los obreros adquieren más poder de presión. entonces empiezan a pedir aumentos de salarios. Y esos aumentos generan un incremento del consumo, lo cual implica una mayor demanda de productos industriales. Se inicia un movimiento autoacumulativo y aparece esa fuerza que va a ser el movimiento obrero argentino. Se fortalecen los sindicatos y empiezan a aparecer cámaras empresarias industriales, que antes no se habían desarrollado porque no negociaban con las organizaciones gremiales.

- ¿Cuáles eran los desafíos en materio de desarrollo industrial que enfrentaba el peronismo al llegar al poder? ¿Cómo puede evaluarse la orientación estratégica adoptada teniendo en cuenta el contexto sociopolítico e internacional de la época?

- Cuando llegó el fin de la guerra se tenía un aparato industrial importante, con una producción muy diversificada pero con enormes restricciones energéticas, de bienes de capital, de mano de obra y tecnológicas. Y con el fin de la guerra existía la idea de que iba a volver a entrar una avalancha de productos importados que barrería con todo. Entonces empieza un discurso y una mentalidad defensiva: proteger la industria para que no la deteriorase la importación de posguerra. Pero no había una mentalidad ofensiva. A mí me impresiona que en el debate sobre el Plan Pinedo, en 1940, un dirigente radical afirmara que se podrían caer todas las chimeneas de las fábricas de este país, pero que mientras persistiese la riqueza de las pampas, teníamos asegurado el porvenir. Esos políticos seguían creyendo que vendíamos vacas y trigo y se acababa el problema. No era claro el rumbo del nuevo gobierno: en un momento se planteó defender la industria existente y avanzar con la liviana, en otro se impulsó la creación de una industria pesada. Incluso, en 1947 se vota la ley para fundar Somisa, pero su puesta en marcha se demora inexplicablemente. Perón se peleó con el general Manuel Savio y la planta se postergó. No sé hasta que punto había conflictos personales y hasta dónde estrategias diferentes. En un tema central como el de las divisas, creo que el gobierno podría haber generado excedente con cierto esfuerzo. Por ejemplo, las importaciones de algunos productos alimentarios durante esa época alcanzaban para pagar las compras para instalar Somisa. Hay márgenes de sustitución pero no se usan, lo cual muestra que la vocación industrialista era relativa. Había más vocación en el discurso que en la práctica. Con la crisis de 1951-1952 el gobierno empieza a cambiar de idea. Se necesitaban bienes de capital pero no se tenían las divisas. Entonces se convocó a la inversión extranjera para que incorporase bienes de capital que el país no podía producir: se aprobó la primera ley de capital extranjero y se salió a buscar inversores. Pero después de la guerra no había crédito en el mundo. El único que financiaba era el Eximbank, que otorgó un crédito al gobierno argentino con el propósito de comprar equipos para Somisa. Europa estaba destrozada y recién en los '50 sus empresas empezaron a recuperarse. Y los estadounidenses todavía no invertían en el exterior. Se necesitaba fabricar acero, petroquímica básica y maquinarias, pero se privilegió la industria automotriz y se convocó a la empresa Kaiser. Había demanda, pero los autos no son un vector de desarrollo real en esas condiciones. Kaiser había pasado de los barcos al aluminio y luego a los autos. Tenía una planta chica, que no podía competir con los tres grandes: Ford, General Motors y Chrysler. Además, trajeron máquinas del año 1936. O sea, matrices con veinte años de antigüedad para hacer su inversión en la Argentina, donde vendían lo que querían dada la gran demanda latente que existía. Y después estuvieron los contratos petroleros. Lo que queda claro es que, o se recurría al capital extranjero para impulsar el desarrollo industrial, o se hacía una política en serio de restricción de importaciones. Hay discursos industriales pero las políticas concretas se contradecían con esos mensajes. Había un par de fábricas de cemento que no daban abasto. El gobierno estaba preocupado porque eran un oligopolio y les controlaba el precio para que no crearan inflación. Las fábricas tenían problemas de rentabilidad y no invertían, con lo cual cada vez había menos cemento y más demanda. A partir de 1952 el gobierno les empieza a sacar las restricciones y se amplían las plantas.

- ¿En qué medida los instrumentos de la promoción industrial (el crédito, la protección, los subsidios) fueron adecuados a los fines propuestos? ¿Cómo evalúa su contribución en términos de generación de capacidades estatales para el impulso del desarrollo económico?

- Aparecieron una serie de organismos de promoción y fomento a la industria que en realidad tenían posibilidades limitadas porque no había divisas para traer maquinarias. Por ejemplo, el Banco de Crédito Industrial daba crédito, pero en pesos y con eso no se podía comprar maquinaria importada. Aún así, en algunos caso los créditos del BCI generaron emprendimientos importantes. Dálmine empezó con esos créditos, Roque Vasalli también e hizo una empresa ejemplar de maquinaria agrícola, y media docena de establecimientos recibieron financiamiento y empezaron a crecer. Pero también se otorgaron préstamos a frigoríficos, que estaban muy mal económicacmente y a ingenios azucareros, que eran obsoletos y no crecían. No todo el crédito iba para sectores en desarrollo. También se utilizaron para pagar gastos corrientes de las empresas, aumentar salarios. El Banco de Crédito Industrial tuvo iniciativas exitosas y otras no tanto. Además, se crearon comisiones de control de importaciones donde las cámaras sectoriales revisaban los pedidos de compra y definían que todo lo que se fabricaba en Argentina no entraba y lo que no se fabricaba, sí. A mi juicio, había un sistema que era más de protección que de expansión. Se careció de una estrategia de desarrollo industrial de largo alcance.



Historia de la Economía Argentina del Siglo XX - Fascículo 21, Ed. La Página, p. 332.


Por supuesto que acá Schvarzer hablaba de un proceso de industrialización que debía ser corregido para superar sus limitaciones y no destruido, como se intentó en 1962-63 (Pinedo-Alsogaray-Martínez de Hoz), 1975 (Rodrigo-Zinn) y se logró finalmente en 1976 con Joe. Porque como él dijo:

“Se ha vilipendiado repetidamente el período de la industrialización sustitutiva de importaciones, pero si se mira desde 1945 a 1974 se observan casi 30 años de crecimiento ininterrumpido de la economía. (...) A partir de 1974 el mundo creció y la Argentina permaneció estancada en medio de discursos exitosos acerca de los quesitos franceses que podíamos comprar.” (Fortuna, 19 de septiembre de 2005)

viernes, noviembre 07, 2008

Fruto extraño

No soy de los que están saltando de alegría por la elección de Barack Obama. Será porque pienso que el Imperio tiene una infinita capacidad de reinventarse y presentar una cara renovada cuando es necesario, aunque en lo fundamental nada cambie. Y ahora los Estados Unidos han alcanzado el summum de la corrección política. O también, porque comparto lo que dice el Culpo que persigue a Gaspar, el personaje de Rep (ir al pie de página aquí).

Pero más que ocuparme de eso, hoy prefiero aprovechar la oportunidad para rendir homenaje a todas las víctimas del racismo, la intolerancia y la estupidez humana. Recordando cosas que pasaban hasta ayer nomás en el Gran País del Norte, con una canción que en palabras de su intérprete "consigue que la gente que está en orden, se aleje de los cretinos y los idiotas".






Strange fruit

Southern trees bear strange fruit,
Blood on the leaves and blood at the root,
Black bodies swinging in the southern breeze,
Strange fruit hanging from the poplar trees.

Pastoral scene of the gallant south,
The bulging eyes and the twisted mouth,
Scent of magnolias, sweet and fresh,
Then the sudden smell of burning flesh.

Here is fruit for the crows to pluck,
For the rain to gather, for the wind to suck,
For the sun to rot, for the trees to drop,
Here is a strange and bitter crop.


Fruto extraño


Los árboles del sur sostienen un extraño fruto,
sangre en las hojas y sangre en la raíz.
Negros cuerpos que se balancean bajo la brisa sureña.
Extraño fruto que cuelga de los álamos.

Escena pastoral del noble Sur.
Ojos desorbitados y mueca en la boca.
Dulce y fresco aroma de magnolias
y después, el brusco olor a carne abrasada.

Allí hay un fruto para que los cuervos lo arranquen,
para que la lluvia lo empape, para que el viento lo sobe,
para que el sol lo pudra, para que el árbol lo deje caer.
Allí hay una extraña y amarga cosecha.

Letra y música: Lewis Allan (Abel Meeropol).


La traducción está robada del sitio de este colega, donde puede escucharse otra interpretación por la enorme Lady Day (de paso, aquí hay una muy buena versión por nuestra compatriota Roxana Amed, con Pedro Aznar - clickear Entremundos).

jueves, noviembre 06, 2008

A mis semejantes

Hace un par de semanas y apenas regresado de un viaje me enteré de esta novedad. Como recién ahora estoy tratando de ponerme al día con la actualidad y como creo que ya es algo tarde para entrar en el debate bloguero, me conformo con dejar un regalito dedicado sobre todo a los nostálgicos de la década pasada. Simplemente, el Cambalache de la segunda Década Infame.


Argentina Primer Mundo

En el medio de este mambo y el delirio más profundo
el cartel de primer mundo nos vinieron a colgar.
Tan grotesco es el absurdo, tan inmundo está el chiquero,
que mirando el noticiero me reí por no llorar.
Todo el mundo está en el oro, dado vuelta de la nuca
nos vendieron hasta el loro, la altivez, la dignidad.
No terminan de asombrarnos, y es tan grande el desatino
que a la leche y hasta el vino, hoy por hoy...
les tenés que desconfiar.

Y me duele que sea cierto
Con dolor del más profundo,
porque si esto es primer mundo
¿Ese mundo dónde está?
Si parece la utopía de un mamao
voy a hacértela bien corta
se afanaron con la torta,
el honor y la verdad.

Nos están pudriendo el aire, nos cambiaron el idioma,
hoy la caca de paloma es más limpia que el honor.
La justicia ya sin venda a un corrupto le hace un guiño
y acomoda el desaliño, del poder y del favor.
En un loco todo vale, un caniche acicalado
morfa más que un jubilado que no llega a fin de mes...
Y en la cruda indiferencia, entre el cólera y el curro
hay un juez que se hace el burro y también
hay un burro que hacen juez.

Letra y música: Eladia Blázquez.


El tango puede escucharse en la voz de su autora en este bellísimo blog, al que envié el siguiente comentario:

"Hola Susuru,
Quisiera hacer una pequeña aclaración, Eladia escribió este tango en los '90 y en la letra figuran varias referencias a esa época, la del "gobierno" del riojano innombrable, empezando por la burla del "Primer Mundo".

"La leche y hasta el vino" a los que "hoy por hoy le tenés que desconfiar" son la leche podrida de Vicco y el vino adulterado que en 1993 despachó a varios para el otro lado.

La referencia al cólera recuerda la epidemia de 1992 (60 muertos). De los "curros" de esa época, los ejemplos sobran. Y de jueces que se hicieron los burros y de burros a los que hicieron jueces, también.

Lamentablemente Eladia ya no está con nosotros para decirnos si seguiría considerando vigente esta letra. Lo que sí, retrató una época bochornosa a la que por lo menos yo, no quiero volver."


No sea cosa que, como dijo el autor de esta nota, a nosotros también se nos esté borrando el disco rígido.