miércoles, mayo 31, 2006

Un flor de tipo

Para aquellos que no simpatizan con Página/12 (aka Pravda, aka Página K): lo siento muchachos, voy a seguir transcribiendo cosas que encuentro ahí y que me parecen valiosas. El viernes pasado, en el suplemento por su 19º aniversario, apareció esta nota sobre un tipo que se nos fue demasiado pronto, pero que hoy está más vivo que nunca.

El espacio de Germán
por Fernando Cibeira

Abrió un espacio, un camino. Otros lo acompañaron y luego lo siguieron. Podría decirse que con los años terminaron cambiando el escenario político del país. Porque lo que hizo Germán Abdala fue aunar la lucha por un nuevo tipo sindicalismo, muy lejos de las “gordas” burocracias, y una tarea política enrolada en un naciente peronismo progresista, con la honestidad como estandarte. Y fue coherente hasta sus últimos días. El Frente Grande y el Frepaso tomaron aquel discurso del que hoy, en buena medida, el propio Néstor Kirchner dice sentirse un continuador.
“Mire, Abdala, la posición suya corresponde a otra época”, le decía un relamido Mariano Grondona en 1986, en un “Tiempo Nuevo” rescatado en el documental sobre Abdala que el año pasado emitió Canal 7. En el programa del inefable dúo comenzaba a cocinarse la fiebre neoliberal que azotaría al país, con el credo privatizador como remedio para todos los males. Abdala, ya por entonces secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) porteña, intentaba explicarles los graves problemas que acarrearían esas políticas. Con lenguaje sencillo desarrollaba sus convicciones elaboradas en base a lecturas de Arturo Jauretche y John William Cooke y la joven militancia en el peronismo de los ‘70 en la agrupación Amado Olmos, relacionada con el sindicalismo de la CGT de los Argentinos. Para Mariano y Bernardo, claro, historia pasada. En la clandestinidad de la dictadura, Abdala había fundado junto a su compañero de lucha, Víctor De Gennaro, la agrupación con la que luego llegarían a la conducción de ATE. Desde allí llegó, en 1989, a las listas del PJ por las que fue electo diputado. Un año después encabezó la gran ruptura interna al conformar el Grupo de los Ocho, con Carlos “Chacho” Alvarez y Darío Alessandro, entre otros, como punta de lanza contra la avanzada menemista. Desde el Congreso, fue un obstinado opositor a la oleada privatizadora. “Acá la disyuntiva no es estatizar o privatizar, sino encontrar un proyecto político y económico para que este Estado sirva”, dijo entonces, en una declaración que hoy suscribiría toda la clase política argentina, pero que 15 años atrás parecía anacrónica.
Ya por entonces su enfermedad estaba avanzada. En una intervención por una lesión de fútbol se le había detectado un extraño tipo de cáncer en la columna vertebral. Debió soportar 26 operaciones y largos períodos de postración. El derrotero, que a cualquiera hubiera hecho bajar los brazos, a Abdala no hizo más que fortalecerlo en la tarea que se había propuesto. En 1991, abandonó la internación en Estados Unidos para participar, en silla de ruedas, del plenario que fundó la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). “Seguimos creyendo, pese a todo, que hay un camino para construir”, dijo, ovacionado, en uno de sus últimos discursos.
En 1992, en un reportaje a Página/12, sostuvo: “El peronismo que intentamos expresar es ya sólo un dato histórico, como puede ser cuando nos referenciamos en San Martín, Artigas, el Chacho Peñaloza, Yrigoyen, Evita y Perón. Hay que construir una nueva alternativa popular. Un nuevo partido o frente que rompa con el bipartidismo. ¿Cómo hacerlo? Con diversos sectores políticos y organizaciones sociales”. ¿Estaría hablando del Frente Grande que se crearía un año después, o del posterior Frepaso, o tal vez de la actual Concertación K?
Su compañera Marcela Bordenave fue testigo de su último suspiro en el Hospital Italiano. Era julio de 1993, Abdala pesaba 35 kilos y había quedado ciego. Tenía apenas 38 años y dejaba un espacio vacío entre los referentes sociales del país. Inmerso en la vorágine del día a día, Página/12 dedicó su tapa a un proyecto de Mauricio Macri por comprar el club Deportivo Español que hoy nadie recuerda. Abajo se podía leer, pequeño, un recuadro que daba cuenta de la muerte de Abdala y de la columna El mejor de nosotros, que le dedicó Chacho Alvarez. “Fue quien mejor advirtió a la sociedad sobre las escandalosas privatizaciones de Entel y Aerolíneas Argentinas, y también fue el primero que reconoció lúcidamente el fin del peronismo como instrumento para seguir transformando la realidad en sentido progresista”, admitía allí Chacho. Como prueba de su convicción a prueba de balas y de su sentido del humor, valga la anécdota final que cuenta De Gennaro en el documental: “Quiero que me prometas que no va a haber velorio –le pidió–, llega a aparecer una corona de Menem y me muero”.

lunes, mayo 29, 2006

Otro aporte para recordar

En mi mente (y en este blog) ando yendo y viniendo entre pasado y presente, tratando de orejear el futuro. De pasado y presente trata esta nota, de un tipo al que le tengo bastante respeto:

Que treinta años es mucho
Por Enrique M. Martínez*

El golpe militar de 1976 no sólo llevó al terrorismo de Estado. No sólo secuestró, torturó, mató. También condicionó con tal fuerza la vida posterior de este país, que los compatriotas de hoy – especialmente los jóvenes – necesitan reflexionar sobre los cambios – todos negativos – que aquel horror generó, muchos de los cuales persisten.

Gerardo Mesquida y Marcos Tomasoni, docentes técnicos de Oncativo, provincia de Córdoba, se preguntan y nos preguntan:
“Si es posible relacionar la intencionalidad de aquel gobierno de guadañas y la tecnología y la ciencia”. “... conocer sobre el desempeño de los círculos científico – tecnológicos de aquel entonces”. “Si la actividad se mantuvo al margen de la problemática o fue partícipe directa”. “Si el modelo tecnológico actual deriva de aquel 24 de marzo”.

Lo hacen en el contexto de una necesidad de saber, de entender, de corregir, que parece diseminarse por todo el país, en la medida que aparece el protagonismo de nuevas generaciones, que deben reemplazar la vivencia de aquello – que no pueden recordar ni siquiera como espectadores - por la incorporación racional de información objetiva a un marco conceptual que apuntale un horizonte mejor.

La respuesta debe ir necesariamente de lo general (el efecto sobre la vida en la Argentina) a lo particular (el efecto en la ciencia y la tecnología).

El miedo y la desconfianza hasta por el pariente o el vecino, combinado con la destrucción del aparato industrial autónomo, configuraron un escenario nuevo y terrible. Desde entonces, una gran parte de la sociedad argentina piensa que aquí no hay lugar para todos. Quienes sienten que sí disponen de ese lugar, temen que aún los mas cercanos puedan despojarlo de él. Ya no pensamos en sumar a los que están afuera, pensamos en tenerlos bien lejos y controlados.

La movilidad social se quebró. Y la movilidad es la columna vertebral de una sociedad sustentable, porque permite creer que todos tenemos posibilidad de conseguir algún lugar en el barco. Los pudientes amurallados y los excluidos cada vez más desesperados es un escenario latinoamericano típico, que no se merecen nuestros hermanos del continente y no nos merecemos nosotros.

En ese marco, queridos Mesquida y Tomasoni, el sistema de ciencia y técnica siguió el camino del conjunto. Dispersión, desorientación, refugio en la solución individual. Un régimen que desconfiaba – mas bien descreía – de la inteligencia debía necesariamente desalentar la ciencia. Debía expulsar directa e indirectamente a nuestra gente hacia centros de investigación del extranjero. Ni siquiera aquellos investigadores de pensamiento más reaccionario – que los había y los hay – pudieron adherir al nuevo estado de cosas. Sólo los más mediocres o advenedizos, que no tendrían oportunidad de descollar en ningún caso, se abalanzaron sobre los cargos formales, que nada significaron, en época tan oscura.

De algún modo, el cuadro antedicho es imaginable por cualquier joven curioso por nuestra historia. Lo que no es tan simple es vincular la valoración actual de la tecnología con aquel nefasto período. Sin embargo, a mi criterio, existe una clara conexión.

Si la filosofía es que el país no necesitaba promover, ni mucho menos cuidar, a todos, si no había lugar para todos, el pensamiento empresario se fue sesgando. La rentabilidad agropecuaria se mide en la tranquera, no importa que el cereal o la carne que se venden no sean procesados en el país o no puedan ser comprados por los sectores populares. Incorporar tecnología a una industria pasa a ser sinónimo de comprar una máquina que reemplace trabajadores. Nunca es asociado con un trabajo colectivo detrás de la mayor eficiencia general. Me salvo solo.

Se disocia la producción del consumo. Se puede - ¿se puede? – producir sin que se consuma en el país.

Se disocia la producción de la generación y transferencia de tecnología. Un productor de soja, después de 30 años de fractura social, termina poniendo la tierra, para que semillas con regalías al extranjero, junto con herbicidas y fertilizantes importados, le permitan más tarde cosechar con una cosechadora importada y luego vender a una aceitera que agrega apenas un 10 por ciento de valor y exporta en barcos sin bandera argentina, para completar el proceso industrial del otro lado del mar. Terminamos siendo sólo engranajes de un sistema global que no diseñamos ni controlamos.

Tal vez la mejor manera de honrar tanto sacrificio de quienes murieron y quienes sobrevivieron al genocidio sea buscar modos de cambiar el verbo. En lugar de terminar como engranajes sin peso, empezar desde allí la construcción de otro espacio. Desde nuestro quehacer, nuestro aporte puede y debe pasar por respetar el conocimiento nacional, como condición para la liberación de la creatividad. Que los jóvenes de Oncativo, de Castex en La Pampa o San Martín de los Andes en Neuquén sientan que no será en vano esforzarse. Que la injusticia y la exclusión no son hechos espontáneos ni permanentes. Que todo lo que hagan para transformar la naturaleza, para organizar la producción, para poner equidad al interior de cada escuela, cada industria, cada oficina pública, será el mejor homenaje a los que no tuvieron una oportunidad, a sí mismos y al futuro de este país.

* Presidente del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial)

Se me piantó un lagrimón

Quizás alguno de los pocos lectores de este blog (si es que los hay) se acerque aquí buscando alguna profunda reflexión política, económica o sociológica de la coyuntura. Lamento desilusionarlos, este cánido viene algo sensiblero en estos días y no está para esas cosas. Es por ello que me limito a transcribir esta nota de Feinmann (el bueno) aparecida ayer domingo en Página/12, que simplemente me emocionó.


Elsa en el palco del 25
Por José Pablo Feinmann

Ella tiene ochenta y un años y es hermosa. Fuerte, llena de vida, carga sobre sí los más grandes dolores que una mujer puede soportar. Le costó años largos y duros volver a la vida, tratar de entender lo incomprensible. Siempre fue antiperonista, por tradición familiar y por convicciones propias. Porque nada le viene de afuera, no acepta nada sin someterlo a su propio juicio, que es tenaz. Vi fotos suyas de cuando era joven, de épocas muy remotas en que la alegría se aliaba con el desconocimiento del futuro, con lo que se le venía. Era una chica tan, tan linda Elsa. Como ahora, ahí, donde ahora increíblemente la veo, en el palco del 25 de Mayo, al lado de Kirchner, mientras Kirchner habla y ella está, en cuadro, saliendo por la tele, serena, con una sonrisa de Gioconda, aplaudiendo a veces, otras escuchando, como si nada, como si hubiera nacido para estar ahí. Nadie (en ningún lado, al menos, lo leí) advirtió que la mujer que estaba junto a K en el palco, perfectamente tomada por la tele de tal modo que sólo los dos, ella y el K, salían en cuadro, era Elsa Oesterheld. La mujer de Héctor Germán Oesterheld, nuestro amado maestro, el gran narrador de la fecunda historietística argentina, asesinado en 1977 por los militares, que todavía se juntan, hacen actos y golpean a periodistas. Nadie la vio. Pobres. Todos buscaban las hendijas para destruir lo que para ella, esa tarde, era una fiesta. Ella, Elsa, que es más antiperonista que todos los jurásicos antiperonistas que le han brotado al país, vivió feliz esa tarde. Se dio cuenta, no bien llegó, de que no había escudos peronistas, ni marchita, ni fotos de Perón ni de Evita, ni consignas anti (el antipueblo, la antipatria, los vendepatrias y todos esos antagonismos que manejaba Perón), sino un enorme cartel que decía “La Patria Somos Todos”. Porque Elsa tenía diferencias con Héctor, solían discutir de política. Ella, tal vez como madre fecunda de cuatro hijas, le hablaba desde sus certezas, desde sus temores y sus cautelas. “Vos nunca fuiste peronista.” Héctor solía decirle que éste, el de los pibes de los setenta, el de los pibes que de muy pibes habían leído El Eternauta, El Sargento Kirk, Bull Rocket, Ticonderoga y Ernie Pike, con dibujos del talentoso Solano López y del inmenso, único Hugo Pratt, eran otros pibes, y éste, el que practicaban, otro peronismo. Elsa presentía algo oscuro en el horizonte: así se dice en las historietas y en las películas. También se dice: “Todo está muy quieto allí. Puede ser peligroso”. Elsa tenía razón. Lo que esperaba en el horizonte era el terror inexpresable, el que ninguna historieta había anticipado. Sólo una: El Eternauta. En el horizonte esperaba la nieve de la muerte. El 21 de abril de 1977 se lo llevó a Héctor. Y después, ese terror le llevó a Elsa sus cuatro hijas. Pero ahora está en el palco presidencial. Y esa noche la llamo y me cuenta todo. Estaba orgullosa de haber estado ahí. “¿No me viste en la televisión?” Me cuenta todo. Fue hacia el palco junto con el Presidente. Había muchos caños y algunos a baja altura, peligrosos. Con ellos se había armado el palco. “Cuidado –le dice K–, bajá la cabeza que si no te das con ese caño.” Elsa baja la cabeza y dice: “Vea, Presi: nunca un presidente me había cuidado la cabeza. Al contrario, si me habrán golpeado ahí y en todas partes”. Me cuenta que –una vez frente a la multitud– K le dice: “Mirá, ¿ves aquella esquina? Ahí estaba yo hace treinta y tres años”. “No pude ver la esquina –me cuenta Elsa–, con la de gente que había.” Me dice un montón de cosas. Que con las abuelas está bien. Que con Estela Carlotto tiene buena relación. Le digo que me alegro. Y me alegro porque sé que Elsa no quiso ser una Madre de Plaza de Mayo. Que sus dolores y disidencias con Héctor le impedían participar con las demás. Lo de Elsa fue una tragedia doble: la de perder a los suyos y la de no compartir los motivos por los cuales los había perdido. “No entiendo. Si Héctor nunca fue peronista.” Con los años se ha ido reconciliando con Héctor. Comprensible: ¡son tantos los afectos que Héctor le da! Son tantos los chicos que siguen leyendo a Oesterheld. Es mágico estar con Elsa. Si Héctor es el padre de Kirk, de Juan Salvo y de Ernie Pike y de Maha y del doctor Forbes, Elsa es la madre. Elsa lo vio a Héctor escribir esas historias maravillosas. Los vio a Pratt y a Solano López y a Arturo Del Castillo y a Zoppi reunirse en la casona de Vicente López, la misma donde empieza El Eternauta. Yo, por ejemplo, no leí tanto a Salgari y a Julio Verne. Nunca me sentí un freak por eso. Yo leía a Oesterheld. No sólo sus historietas, sino sus libros, los que salían en la Editorial Frontera, allá por 1954, 1955, 1956. Recuerdo los cinco primeros que salieron de Kirk: Muerte en el desierto, Hermanos de sangre, Oro Tchatoga, Los espectros de Fort Vance, La balada de los tres hombres muertos. Este, que se lo regalé a Guillermo Saccomanno, terminaba con la frase: “¿Desde cuándo despiojarse es una aventura?”. Esa frase está en mi novela El ejército de ceniza. Y por ella la novela vale lo que vale, sea poco o mucho. Ahora Elsa –que siempre lleva todo el dolor y que lo va a llevar hasta el fin– se ha confortado algo. Tiene un nieto, Martín, hijo de Estela, una de sus hijas desaparecidas, y Martin salió bárbaro y se ocupa de la obra de su abuelo y parece que por fin se filma El Eternauta en Italia. De Martín tiene un bisnieto, Tomás, de diez años. Tiene otro nieto, Fernando, que está en Alemania. Todos le dicen “Lala”. A ella le gusta. Y tiene muchos otros hijos. Recorre las escuelas y la rodean. “Me rodean –dice– los chicos que siguen leyendo a Héctor.” Y ella les dice una de sus convicciones de fierro, la más fuerte: “A la patria –les dice– se la cuida viviendo, no muriendo.” Porque ya no queda odio en Elsa. Había más odio, un odio viejo y estéril, en los diarios del día siguiente al 25 que en Elsa. Me dice: “Cuando el Presi dijo lo de los treinta mil desaparecidos...” Aquí siempre se le corta la voz. Pasan los años, muchos años, pero a Elsa, todavía, en algún momento se le quiebra la voz, y eso que es fuerte, que es un roble. “Cuando dijo eso –sigue–, en cada chico de la multitud veía a mis hijas.” Tiene, por el teléfono, una voz clara, nada logró erosionar esa limpidez, esa diafanidad joven. Parece una piba y, con orgullo, lo sabe. La vida le quitó todo y después le devolvió algo. Pero no todo. Ahora bien, ¡qué raro que nadie dijera nada! Estuvo en cuadro, junto al Presidente, durante todo el discurso. ¿Nadie se preguntó quién era esa mujer? Y bueno, allá ellos. No saben lo que se pierden. Ni deben saber quién fue Héctor. Pero bien lo saben algunos grandes de la cultura de este país. Lo sabe el Negro Fontanarrosa, que habrá gritado de alegría, como si festejara un gol de Central, no bien la vio a Elsa en el palco. Lo sabe Juan Sasturain. Lo sabe Carlos Trillo. Lo sabe Guillermo Saccomanno. Lo sabe Quino (que discutió, en medio de una mutua, enorme admiración, con Oesterheld). Lo sabe el tano Dal Masetto. Lo sabe Pablo De Sanctis. Lo sabe Vicente Muleiro. Y lo saben todos los pibes que año tras año, generación tras generación, leen El Eternauta. Qué increíble historia la nuestra. Sería fácil decir que Oesterheld vive (porque, es cierto, vive). Pero a Oesterheld, en este país sombrío y cruel, cuya crueldad no deja de asomar, lo mataron. Y Elsa carga sus huesos, y los huesos de sus cuatro hijas y todavía, un 25 de Mayo, puede ser feliz.

viernes, mayo 26, 2006

De Haroldo prefiero leer esto

Un abrazo a Artemio (sí, el inventor de Artemiópolis) que me incluyó en sus links, cosas veredes Sancho, que non crederes...

A propósito de su recuerdo de Haroldo Conti y la transcripción de una carta referida a su compromiso político, me puse a hurgar en mi arcón y encontré este texto tan querible:


"A veces pienso que los días de mi vida se parecen a las teclas de esta máquina. Son redondos y precisos y justamente no hacen otra cosa que escribir.

Paco Urondo me ha dicho quiero que escribas algo para el diario de Mendoza. Y yo le he dicho que bueno, que si a esa voz precipitada que se dispara desde algún rincón de esta madre Baires y atraviesa una milla de paredes, y antes de colgar la voz que me ha dicho un día de estos tomamos un café y charlamos y yo he dicho que sí, que bueno y le he pedido a mi vieja que me sirva un café y bebo en honor de Paco este solitario café que de otra manera se enfriaría en el pocillo esperando el día porque aquí no hay tiempo realmente para las ceremonias del ocio y todo se reduce a voces y urgencias y paredes y señales. Y ahora me siento a escribir y en el mismo momento, a 600 kilómetros de aquí, mi amigo Lirio Rocha se sienta en la puerta de su rancho, porque sus días son igualmente redondos, sólo que en otro sentido, y si el mar lo permite son también precisos, a su manera, se sienta, como digo, en la puerta de su rancho, en la Punta del Diablo, al norte de Cabo Polonio, entre el faro de Polonio y el de Chuy, y mira el mar después de cabalgar un día sobre el lomo de su chalana, porque es el tiempo de la zafra del tiburón, ese oscuro pez del invierno hecho a su imagen y semejanza, y se pregunta (es necesario que se pregunte para que yo siga vivo porque yo soy tan sólo su memoria), se pregunta, digo, qué hará el flaco, es decir, yo, 600 kilómetros más abajo en el mismo atardecer. Y entonces yo me pregunto a mi vez qué es lo que hago realmente, o para decirlo de otra manera por qué escribo, que es lo que se pregunta todo el mundo cuando se le cruza por delante uno de nosotros, y entonces uno pone cara de atormentado y dice que está en la Gran Cosa, la misión y toda esa lata, pero yo sé que a mi amigo Lirio Rocha no puedo decirle nada de eso porque él sí que está en la Gran Cosa, esto es, en la vida y que yo hago lo que hago, si efectivamente es hacer algo, como una forma de contarme todas las vidas que no pude vivir, la de Lirio por ejemplo, que esta madrugada volverá al mar, de manera que se duerme y me olvida.

Y yo dejo de golpear esta máquina. Y ahora, que es noche cerrada y las voces y las paredes se han muerto hasta mañana y la Gran Noche de Baires se parece al mar, pongo un disco de Jobim para no morirme del todo y pienso en mi otro amigo, porque es el momento de los amigos y las ausencias, mi amigo Alfonso Domínguez, capitán, que vive también frente al mar, algunas millas más abajo sobre el lomo salado del Cabo de Santa María y que toca la flauta como Herbie Mann y talla mascarones como el Aleijadinho y que aparte de eso calcula la derrota de cada barco que pasa en el horizonte y bebe una copa de vino a cada cambio de viento, siempre que no tarde demasiado, y entonces vuelvo a golpear otra tecla y otra porque me digo que, después de todo, nadie sabrá de ellos si no es por este viejo artificio, y que es igualmente urgente y necesario que mi amigo Antonio Di Benedetto y Mercedes del Carmen Thierry, que tiene los ojos más sabios del mundo, y don Florencio Giacobone que vive en Rivadavia y prepara las mejores conservas de este lado de la tierra y que todos los inviernos baja al Delta a faenar un par de cerdos en el almacén del Nene Bruzzone, que nació en las islas y tripuló aquel doble par de leyenda con el flaco Bataglia cuando todos los remeros eran campeones, y el resto generoso de los muchos y buenos amigos de Mendoza tengan noticias de estos otros amigos que viven frente al mar, y es así que entiendo cuál es la Gran Cosa, porque yo los junto a todos ellos, salto sobre las distancias y el tiempo y los junto a todos ellos en esta mesa del recuerdo que tiendo y sirvo para mis amigos."

(setiembre de 1969)

H. Conti, Homenajes - Caminos, La Balada del Álamo Carolina (Tomo II), Biblioteca Página/12, p.67.

miércoles, mayo 24, 2006

De Canadá vs. Argentina o La pólvora ya está inventada

He estado leyendo acerca de un nuevo libro de Tulio Halperín Donghi sobre las visiones decadentistas de la historia argentina. También estuve viendo distintas explicaciones de por qué Argentina no evolucionó como Australia o Canadá, cuando a principios del siglo XX eran países de poderío similar. En eso me encontré con esta conferencia de J.J. Llach donde analiza los vaivenes económicos en nuestro país durante el siglo XX (aunque el ex-funcionario no es santo de mi devoción, tiene algo que ver con el dueño de La Ciencia Maldita, un blog que me cae simpático). Al referirse a la década del ´30 dice:

"¿Cuál fue la gran falencia de esta etapa? Mi opinión personal es que radicó en el quiebre de las instituciones políticas. No estuvo en los factores económicos sino en el quiebre de las instituciones políticas.

Claro que podemos polemizar eternamente respecto de esta cuestión. Hay quienes piensan que todos los males de la Argentina empezaron con el peronismo pero, aunque esto fuera cierto, también deberíamos preguntarnos cuáles fueron las razones por las que surgió el peronismo. A mi juicio, reitero, el año 1930 es significativo para la Argentina no tanto o no sólo por la crisis mundial -que fue importantísima y empezó en 1929- sino por el quiebre de la institucionalidad política. Es un hecho que marcó a fuego el resto de la historia de nuestro país de prácticamente todo el siglo XX. Pienso que aquel modelo, aquella estrategia de desarrollo, falló no por razones económicas o sociales sino por cuestiones políticas."

Y esto lo dice un economista (que además es sociólogo), miembro de la respetable Fundación Mediterránea...ajá. Ahora digo yo, ¿esto lo venimos a descubrir recién ahora? ¿qué camino habrán seguido Canadá, Australia o Nueva Zelanda para ser exitosos? ¿será que allá todos los dirigentes son decentes, capaces y honestos y acá estamos condenados a los chorros, inútiles y corruptos? Veamos qué tiene para decirnos nuestro inspirador el Jorjón:

"...Durante mi vida en Canadá tuve la oportunidad de estudiar comparativamente la vida allí y en la Argentina, y saqué una conclusión bastante interesante: (...) en conjunto los dirigentes políticos de Canadá no son ni mejores, ni más inteligentes, ni más cultos, ni más honestos, ni más competentes. Y yo he estudiado la historia política de Canadá desde la Primera Guerra Mundial y comparado dirigentes políticos de ambos países en las mismas etapas históricas y he llegado a esa conclusión. Sin embargo han conseguido llevar adelante un país que en el año ´30 estaba por debajo de la Argentina, y ponerlo por encima. Y uno se pregunta; ¿qué es lo que ha ocurrido? Es que ahí se ha hecho política durante todo ese período; son 50, 60 o 100 años de política continuada. Y política democrática continuada, por aquello que dicen de que la democracia es el peor de los sistemas pero es el único que funciona y sirve para algo. Resulta que los altibajos se van compensando y entonces hay un sistema de aciertos y errores; no son todos grandes aciertos, ni son todos grandes errores, ni son todos grandes triunfos, ni son todos grandes desastres. No hay mesianismo, no hay gente que ande diciendo "Canadá potencia", "Canadá adelante"; la cosa, simplemente funciona. Y hace funcionar la cosa razonablemente, como se debe hacer. Una persona de mi edad que se haya dedicado a la política en Canadá tiene posibilidades de ser senador, diputado, ministro, por la suya, no porque venga un general y graciosamente lo designe, como ocurre aquí, que los generales se reúnen y eligen a un civil por hache o por be, que les viene bien, y así como lo eligen, lo sacan. En Canadá se llega a eso a través de la acción política en un partido político, en el Senado, en la Cámara, en el meeting político en la calle, etcétera. Y esto que digo son trivialidades, pero hemos descendido tanto en la Argentina en el análisis de lo que ocurre, que uno tiene que salir a decir estas trivialidades de que la acción política es la que lo educa a uno para hacer política, y que es haciendo política como se gobierna. Nuestros gobiernos, estoy absolutamente convencido, no tienen ninguna convicción democrática y no la pueden tener porque nacen de golpes militares. Decía Chesterton, cuando alguien pensaba que hacía falta una revolución para imponer la democracia: "No, es todo lo contrario, solamente con la democracia es que se hace una revolución". A mí me parece una frase magnífica. Volviendo a las ventajas naturales que teníamos, si las hubiéramos aprovechado en el sentido positivo, llevados a través de un largo ejercicio de la acción política, sin las deformaciones que han ocurrido por culpa de todos, para no poner a unos más que a otros..., aunque cuando oigo a un general decir que todos somos culpables, siempre digo que todos somos culpables pero algunos más culpables que otros. Después de todo yo nunca tuve un regimiento de tanques para poder sentarme a la mesa y pegar un puñetazo. Y estoy desvalido frente al juego del poder, como buen civil."

(J.A. Sabato, Ensayos con Humor, Ed. de la Urraca, 1983, p. 83. Tomado de un reportaje de Emiliana López Saavedra, revista Redacción No. 106, diciembre 1981.)

Afortunadamente las referencias a los golpes y gobiernos militares han perdido vigencia (aunque espero que no caigan nunca en el olvido), pero lo que me tomé la libertad de remarcar, seguramente que no. Así que ya lo saben, para mí es la Política, no es la economía...señores.

lunes, mayo 22, 2006

Al fin uno que la tiene clara

Vamos a dejar de lado por un momento los temas históricos para dedicarnos a la más candente actualidad. Transcribo esta carta de lectores aparecida ayer en el suplemento Cash de Página/12:

Greenpeace

Hace pocos días Patrick Moore, fundador de Greenpeace, manifestó: “Treinta años después, mis puntos de vista han cambiado, y el resto del movimiento ecologista necesita actualizar sus suposiciones también, ya que la energía nuclear debería ser exactamente el recurso energético que puede salvar nuestro planeta de otro posible desastre: el catastrófico cambio climático”. Esta definición categórica da por tierra el fundamento mismo de la creación de Greenpeace. Muchas veces se asocia a esta institución rentada ambientalista con el ecologismo, cosa verdaderamente diferente, tanto en lo metodológico como en lo ideológico, toda vez que el ambientalismo no cuestiona la brecha sociedad-naturaleza, ni la causa del deterioro ambiental que es el mismo modo de producción capitalista. No se explica si no por qué nunca ha podido revertir tan sólo dos de sus importantes campañas vinculadas a las ballenas y las focas bebés. Esto es porque precisamente actúan con efectos mediáticos sobre las consecuencias y no las causas. Greenpeace, en tantos años de supuestas luchas, no sólo no ha logrado cambiar nada, sino que nunca se ha pronunciado por el modo de producción capitalista, que es el responsable del deterioro ecológico. Y esto no es casual. Se suben a caballo de las luchas populares y las monopolizan ante la opinión pública. No construyen socialmente, no trabajan en red. El personalismo mediático es su bandera. Es claro que estos mercaderes del ambientalismo no cuestionan –excusándose en que no son temas ecológicos– la pobreza, la injusticia, la exclusión, en suma: las causas principales, la fuente de todo daño. Cobran cuota social, atentan contra el trabajo comunitario porque quienes pagan esa cuota se desligan de poner el cuerpo en la lucha contra el modelo. Sus líderes son asalariados. Nosotros decimos que no se cobra cuota ni salarios en la militancia por la vida. En la cumbre de los presidentes en Viena aparece como efecto mediático la Reina del Carnaval de Gualeguaychú portando un cartel de Greenpeace. Ella misma señala que fue contactada hace 15 días por la organización. Sin embargo, para el mundo quedó como una militante de paz-verde dejando en segundo plano a los verdaderos actores de esta gesta, que son los pobladores de Entre Ríos que hace varios años vienen luchando por el tema de las pasteras. A lo mejor, la comunidad comienza a darse cuenta de que, a la larga, estos farsantes se blanquean como lo hizo su fundador, y comprende que no se necesitan actitudes mesiánicas ni líderes especialistas que interpreten la realidad. Lo que necesitamos, como dijo el filósofo, es transformarla, y eso sólo se logra con la participación de todos, porque a todos nos afecta la contaminación y la pobreza.

Antonio Miglianelli
Ecólogo Social
Neuquén
www.ecologiasocialnqn.org.ar
miglianelli@speedy.com.ar

(Sin comentarios)

Sabato I (no es el que Ud. cree)

El amable colega Nómade de La Bestia Política me ha confirmado que los términos "tilingo/tilinguería" y "chantocracia/chantócrata" no figuran en Wikipedia.¡Albricias, este modesto blog es una trinchera contra la malvada globalización! Después de mi entrada anterior creo que ha llegado el momento de hablar de los chantócratas, pero para ello los voy a dejar con altísimo placer en compañía del creador de esta palabra, Jorge Alberto Sabato (aka Jorjón, aka El Mudo), quien es uno de los mentores de esta humilde página (si no lo conocen, acá pueden hacerse una leve idea de quién se trata).

CHANTAS Y CHANTÓCRATAS (1981)

"Ante la triste performance del equipo económico que padecimos hasta hace poco, he oído a numerosas personas calificar de chantas a sus integrantes. Grave, gravísimo error: no son chantas sino chantócratas (1), y la diferencia entre ambos términos es ciertamente de fondo.

Como lo he analizado con todo detalle en mi libro "Ensayos en Campera" (perdón por el autobombo), el chanta es un macaneador superficial que pretende ser lo que no es, pero lo hace sin grandilocuencias y fundamentalmente sin joder a nadie. Porque se trata de un juego y, como tal, inofensivo, en el que el chanta y sus amigos se divierten por igual ya que todos saben que todos saben y en consecuencia nadie saca ventaja. Fidel Pintos, en su célebre personaje póstumo, encarnó magistralmente al chanta y lo ubicó definitivamente en la galería de los personajes porteños.(a)

Pero mientras que el chanta no funciona full-time porque es amateur, el chantócrata, por el contrario, es el chanta que hace de eso su profesión con lo que el juego inocuo se convierte en un oficio temible.

Y así, lo que resultaba simpático en el chanta se convierte en peligroso -¡y secante!- en el chantócrata, porque por cierto que no ejerce en el café sino en los altos niveles del Gobierno, de las grandes empresas, de las Universidades, Academias, Institutos, Centros de Estudios Superiores, etc.

El conjunto de chantócratas integra la chantocracia, plaga nacional que invadió el país -por la derecha- hacia 1962, se pavoneó en la gloria militar desde 1966 hasta el Cordobazo, se ocultó luego durante algún tiempo para volver a la carga -pero esta vez desde la izquierda- en 1973, hasta que en 1976 -y nuevamente al amparo de un golpe militar- reaparecen los chantócratas de la derecha, que desplazan a los de la izquierda para ubicarse, solemnes y soberbios, en los puestos públicos donde los colocan los militares.(b)

Entre los que así entran al escenario nacional figuran la mayoría de los miembros del equipo económico, con la notoria excepción de Juan Alemann (c). Se destacan principalmente Christian Zimmermann, nuestro bello (María Elena Walsh dixit) ex-vicepresidente del Banco Central, aquél que hace un par de años anunció que la inflación había muerto (d); Alejandro Reynal, que lo sucedió en ese cargo y que probó ser tan buen chantócrata como su antecesor al explicar que la quiebra del BIR se trató de un mero incidente coyuntural, que no tendría consecuencias importantes (e); Alejandro Estrada, que fue quien nos propuso dejar de producir acero para producir caramelos (¿fue él? ¿O fue alguno de sus colegas quien lo dijo?).

Pero sin duda los dos chantócratas máximos han sido el Dr. Adolfo Diz, el "misterioso" que utilizó admirablemente su prestigio de chantócrata internacional y su aura de economista teórico; y naturalmente, el Dr. Martínez de Hoz, tan fino que su sobrenombre no es Pepe sino Joe, tan educado que habla inglés con el mejor acento de Eton, tan vinculado que se tutea con David Rockefeller y otros grandes, tan elegante que hasta tiene un haras, tan aristocrático que su deporte favorito es la caza mayor... y en África del Sur (f), y tan chantócrata que hasta el último día siguió afirmando, con la impunidad que le daba el saber que había ejecutado fielmente la política económica de las Fuerzas Armadas, que no sólo no pasaba nada grave en la economía argentina, sino que en verdad jamás había estado mejor (!!!!!).(g)

Una de las características más notorias de toda chantocracia es el empleo de un lenguaje pedante y hueco, una suerte de neo-cursilería que le hace decir "postulado, lineal, inmerso, inscripto, riguroso, pauta, convergencia, estricto, lúcido, marco de referencia, estructurado, asumido, eficiencia, analítico" y otras lindezas por el estilo, a cada momento y con cualquier pretexto, sea para analizar las alternativas de un partido de bochas, la independencia de Tanzania, la industria de la maquinaria agrícola, un libro de recetas de cocina o un concierto de armónica y acordeón. Es que esa jerga es la cortina de humo imprescindible tanto como para ocultar el engaño como para disimular la mediocridad. Un delicioso ejemplo de esa prosa es el siguiente párrafo de la última Memoria del Banco Central, destinado a dar cuenta nada menos que de lo ocurrido a partir del 28 de marzo de 1980, cuando el BIR fue a la lona: "Se inició un proceso cuyas principales manifestaciones habrían sido una relativamente intensa modificación en la oferta de fondos -principalmente del público pero también de otras entidades- a las distintas financieras, y un cambio en la demanda total de activos monetarios. Estos cambios se concretaron en variaciones significativas en la capacidad prestable de las entidades". Clarísimo, ¿no? ¡Una verdadera joya de prosa chantocrática!

A no confundir, pues, chanta con chantócrata.

Frente al chanta, sonría.

Frente al chantócrata, raje.

(1) Reivindico con orgullo la paternidad de esta palabra, ocurrida hacia 1972 en una audición dominical por Radio Continental en donde dialogaba con Miguel Brascó, ilustre testigo de ese nacimiento."

J.A. Sabato, Ensayos con Humor, Ed. de la Urraca, 1983, p. 68 (aparecido originalmente en la revista Humor Registrado, 1981).


Algunos comentarios lobunos para el lector actual:
(a) Quizás yo no sea tan tolerante con los chantas como mi admirado tocayo, he conocido numerosos chantas devenidos en chantócratas. ¿Para cuándo el monumento nacional a Fidel Pintos?
(b) Con todo respeto me permito opinar que los chantócratas de la derecha ya habían desplazado a los de la izquierda bastante antes del golpe del ´76, baste citar al celebérrimo Celestino Rodrigo y su mentor Ricardo Zinn.
(c) Jamás pude saber por qué razón Sabato excluía a Juan Alemann de esa lista. Probablemente haya sido por sus críticas al (des)manejo de las entonces existentes empresas estatales o por su solitaria oposición a la realización del Mundial ´78 (compartida en el llano por otro grande, Dante Panzeri).
(d) Tenía su pinta el flaco. Cuando dijo su célebre frase, M.E. Walsh hizo públicamente el comentario "Que se limite a ser bello y a callar". Vale agregar que en ese año 1981 la inflación ya había renacido fresca y lozana con todo su ímpetu.
(e) BIR: Banco de Intercambio Regional, quebrado junto con varios otros bancos y financieras en 1980, llevando a la ruina a miles de pequeños y medianos ahorristas que jamás recuperaron su dinero.
(f) Pasión compartida con el Ministro del Interior del Proceso, Gral. Albano Harguindeguy, con quien Joe compartió varios safaris.
(g) Puedo afirmar por referencias confiables, que hoy en día a sus 80 años don Joe sigue diciendo exactamente lo mismo.

Creo que si Sabato hubiera vivido 20 años más habría podido engrosar su lista de chantócratas en un número apreciable. Dejo los nombres de los candidatos a esa lista librados a la imaginación del lector.

viernes, mayo 19, 2006

Para recordar

Y se va la primera...voy a ir haciendo pasar a algunos "recordadores" como dice don Eric, pero voy a ser muy selectivo, así que Sres. Pigna, O´Donnell, García Hamilton,...a la cola.

Hace poco se cumplieron 30 años del nefasto 24 de marzo de 1976, ampliamente rememorado en todos los medios. El 2 de abril de 1976 no fue tan recordado, vaya uno a saber por qué. Ese fue el día en el que José Alfredo Martínez de Hoz, designado Ministro de Economía de la Nación por la Junta de Comandantes en Jefe de las FF.AA. que había usurpado el Gobierno, dio a conocer su Plan Económico. Y lo pongo con mayúsculas porque sus consecuencias fueron mayúsculas. Para no repetir conceptos ya expresados, acá hay una nota interesante al respecto. Y esta otra nota que voy a transcribir me gusta más todavía, quizá porque recalca la relación entre memoria e historia.

La economía de terror

El plan económico de la dictadura estuvo bajo la conducción de José Alfredo Martínez de Hoz. La inspiración provino de un conjunto de empresarios. Estos todavía no expusieron su autocrítica.

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Por Jorge Gaggero *

En memoria de Graciela Mellibovsky, economista detenida-desaparecida desde el 25/9/76

Se sabe que memoria e historia a veces no se llevan bien, aunque ésta siempre necesita de aquélla. La memoria es emotiva y la historia, en cambio, suele ser “una operación puramente intelectual, laica, que exige un análisis y un discurso críticos” (Pierre Nora). Esas dos cosas se intentarán en estas líneas, a propósito de la “economía de terror” que los argentinos supieron instalar entre 1975 y la caída de la convertibilidad.

¿Por qué el ‘75 como origen? Por dos razones. El ensayo general y la descomposición político-social que aportó el Rodrigazo (junio/julio) desbrozaron, primero, el camino hacia marzo del ‘76. Los comparsas/mandantes de Celestino Rodrigo comenzaron entonces a aplicar su guión para el éxito personal y el fracaso social: el empresario Nicolás Catena (bodeguero cofundador del Cema en 1977); el lobbysta Ricardo Zinn (privatizador de YPF, ENTel y Somisa en los ‘90); y el economista Pedro Pou (ministro del “Proceso” y banquero central de Menem/Cavallo).

La segunda razón es más conocida: el plan económico del “Proceso” fue diseñado bajo la conducción de José Alfredo Martínez de Hoz entre marzo y septiembre de ese mismo año, mientras transcurría su propio “ensayo general”. Este plan maestro para el siguiente cuarto de siglo respondió a la inspiración de un conjunto de empresarios que bajo la sigla CEA (Consejo Empresario Argentino), “cortaría el bacalao” desde entonces en Argentina. Muy recientemente, con un mero cambio de letra el CEA fue reemplazado sin mayor bambolla por la AEA (Asociación de Empresarios Argentinos) y José Alfredo jubilado como eterno “presidente honorario” del viejo Consejo.

Los altos mandos militares golpistas aprobaron “formalmente”, en septiembre del ‘75, un plan económico que no elaboraron ni podían rechazar. Lo impusieron en una secuencia de hechos en la cual la ya exangüe violencia guerrillera –“autoderrotada” en el terreno político– fue utilizada para intentar legitimar el rediseño político, económico y social de nuestra sociedad mediante la administración del terror de Estado.

Al terror político-social le sucedió el económico, del cual aún no nos hemos desprendido. Un miedo cerval que fue cultivado con el auxilio de las nuevas usinas de ideas: Fundación Meditarránea y Cema, aparecidas precisamente en 1977 cuando nadie con pensamiento propio podía hablar fuerte en el país sin riesgo de desaparecer. Nacieron para auxiliar a la entonces solitaria Fiel, precursora desde principios de los ‘60 en la lucha “contra el comunismo y los zurdos de la Alianza para el Progreso (conducidos nada menos que por John F. Kennedy)”. Así quedó conformada la Santísima Trinidad de “nuestro” pensamiento económico. ¿Y los verdaderos mandantes en las acciones decisivas de siempre? Tras bambalinas, eternamente impunes.

Las Fuerzas Armadas vienen diciendo lo suyo acerca de nuestra tragedia; la Iglesia Católica intenta un parcial balbuceo; cada vez son más los “setentistas” (guerrilleros incluidos) que dicen lo propio; también algunos partidos, y muchas organizaciones sociales, culturales y de todo tipo. Estas últimas muestran un renovado vigor en nuestra sociedad civil, que permite alentar cierto optimismo. Resulta obvia, a esta altura, la pregunta final: ¿cuándo van a dar la cara –y contarán lo suyo– los empresarios del terror?

* Economista.

jueves, mayo 18, 2006

Una invitada de honor

Hoy va a hacer su entrada en este blog una invitada de honor: Su Majestad La Historia. Por ahora va sólo un breve párrafo de presentación, en palabras de uno que se la sabe lunga:

"Para aquellos de nosotros que vivimos los años de la Gran Depresión todavía resulta incomprensible que la ortodoxia del mercado libre, tan patentemente desacreditada, haya podido presidir nuevamente un período general de depresión a finales de los años ochenta y a comienzos de los noventa, en el que se ha mostrado igualmente incapaz de aportar soluciones. Este extraño fenómeno debe servir para recordarnos un gran hecho histórico que ilustra: la increíble falta de memoria de los teóricos y prácticos de la economía. Es también una clara ilustración de la necesidad que la sociedad tiene de los historiadores, que son los 'recordadores' profesionales de lo que sus conciudadanos desean olvidar."

Eric Hobsbawm, Historia del siglo XX, Ed. Crítica, Barcelona, 1995, p.110.

miércoles, mayo 17, 2006

Para vos vaca

He venido siguiendo con mucha preocupación el problema de las carnes, es evidente que hay muchos sectores perjudicados por la situación actual, aunque a decir verdad todos ellos tienen alguien que los defienda. Pero nadie se acuerda de la verdadera víctima de todo este asunto, sí señores...la vaca. Aquí le voy a rendir un pequeño homenaje a este noble animal, al que ningún medio de prensa ha reporteado o le ha brindado un micrófono o una cámara para que exprese su opinión.

Por todo ello, cedo la palabra al ilustre, querido y recordado Alfredo Zitarrosa. Y de paso, sirva esto para reafirmar los lazos de amistad con nuestros hermanos de la vecina orilla.


Temblando, con el frontal partido con el marrón,
por el marronero, cae sobre sus costillas,
pesada como un mundo, la res...
Cae con estrépito, de bruces sobre el cemento...
Balando al descuajarse su osamenta,
ya sólo un pobre costillar enorme,
ya sólo un pobre cuero y sangre,
media tonelada de huesos astillados,
hincados en toda esa vida temblorosa y atónita...
Ahí se va alzando, como un pesado pingajo,
atrapada por la pata por un gancho que le salta arriba,
que la alza por un ojal abierto en el garrón
de un cuchillazo en plena estupidez sentimental,
en plena media tonelada de monstruoso dolor,
incomprensible, absurdo, balando, plañidera y tonta,
como un escarabajo que no piensa,
mientras medita lentamente por qué duele tanto
y por qué duele, qué parte de quién es ella misma,
la res, abierta al descuartizamiento atroz por todas partes,
que nunca habían dolido y que eran tantas partes, tan extensas...
Y que pastando nunca había dolido...
Haciendo leche, esperma, músculos,
crin y cuero y cornamenta viva,
que eran la vida misma manando hacia sus adentros,
vibrando tiernamente como un sol cálido hacia sus adentros...
Y nunca habían dolido... Ya está colgada...
Las patas delanteras se enderezan, se endurecen y avanzan
hacia adelante y hacia arriba, implorantes y fatalmente rígidas,
rematadas en cortas pezuñas que hace un instante
amasaban el barro del corral, el estiércol de otros cien balidos,
dinosaurios del siglo de las máquinas,
nacidos para morir de un marronazo...
Ahora ya es carne azul colgada en la heladera:
"Uruguay for export"...
Aquella res, que murió de un marronazo,
cayó y tembló todo el frigorífico...
Aquella otra res que recibió el marronazo en plena frente,
de dos dedos de espesor,
mientras entraba al tubo desconfiando porque allí no había pasto,
alcanzó a comprender que había otra res delante,
balando, que ya se la llevaba el gancho...
Y cayó detrás, también, y el cemento tembló bajo esos huesos...
Aquella otra res, que esquivó el marronazo y que cayó también,
con un ojo reventado, una guampa partida, deshecha,
también cayó y tembló la tierra, tembló el marrón,
tembló el marronero;
la res, murió temblando de dolor y de miedo...
De un marronazo en plena frente
"for export" del Uruguay...

(A. Zitarrosa, fragmento de Guitarra Negra)

viernes, mayo 12, 2006

Néstor II

Esta otra razón tiene que ir aparte: el 19 de abril K se dio el gusto de decir esto en un acto en la Rosada, refiriéndose a un memo escrito por el ex-vicepresidente del Banco Mundial Lawrence Summers en ocasión de la Cumbre de la Tierra Eco'92 (Río de Janeiro, 1992):

“Fíjense lo que decía Summers respecto del tema de las industrias contaminantes: ‘Entre nosotros, ¿no debería el Banco Mundial alentar una mayor transferencia de industrias sucias al Tercer Mundo? Numerosos países se encuentran muy limpios, por lo que sería lógico que recibieran industrias sucias y residuos industriales ya que tienen una mayor capacidad de absorción de contaminación sin que produzcan grandes costos. Los costos de esta contaminación están ligados al aumento del retroceso de la mortalidad. Desde este enfoque, una cierta cantidad de contaminación perniciosa debería ser realizada en países con costos más bajos, con menores salarios, por lo que las indemnizaciones a pagar por los daños serán también más bajas que en los países desarrollados. Creo que la lógica económica que existe en la exportación de una carga de basura tóxica a un país con salarios más bajos es impecable y debemos tenerla en cuenta. Las sustancias cancerígenas tardan muchos años en producir sus efectos, por lo que esto sería mucho menos llamativo en los países con una expectativa de vida baja, es decir, en los países pobres donde la gente se muere antes de que el cáncer tenga tiempo de aparecer’.

Un razonamiento técnicamente perfecto. ¡Maravilloso! diría Portal.

(Fuente: Página/12, 20/04/06. Debo mencionar a la lectora de ese diario Griselda Guarnieri que recordó ese texto en una carta de lectores del 19/01/06:

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-61854-2006-01-19.html)

jueves, mayo 11, 2006

Néstor I

Voy a decirlo de entrada: a mí Kirchner me cae bien. Y no porque considere que su gobierno sea flawless ni mucho menos (p.ej. comparto en un 100% el comunicado que transcribí bajo el título URGENTE y que no es para nada complaciente), sino por varias razones, personales si se quiere:
- Tiene el aspecto de un loser total y absoluto, y aún así llegó adonde llegó (aparte de levantarse a su mujer, que hace 20 o 30 años debía estar espectacular). Y yo naturalmente me identifico con los losers (salvo Claudio), porque El Lobo Estepario es el loser por antonomasia.
- Porque debe tener muchos defectos: autoritario, intolerante, impulsivo, poco amigo de los periodistas, etc., etc. (a gusto del consumidor). Pero no es (ni creo que lo sea alguna vez) un tilingo.
- Y (para no hacerla larga) porque le cae mal a los que me caen mal a mí. Más de una vez escuchando o leyendo a algunos de los que lo critican me sale de adentro un ¡Aguante Néstor!

miércoles, mayo 10, 2006

Declaración de principios

Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante, y el que comprendiendo no actúa tendrá un lugar en la antología del llanto pero no en la historia viva de su tierra.

Rodolfo Walsh

URGENTE

Por considerarlo de máxima importancia, transcribo el siguiente comunicado:

Grupo de Gestión de Políticas de Estado en Ciencia y Tecnología (CyT)
Representa a más de 1.600 Personas y 89 Instituciones (ver en www.saic.org.ar, novedades, propuesta de política...)

Introducción
Si analizamos el Plan de CyT para el Mediano Plazo (plan marco) y el Plan Nacional de CyT 2006, podemos ver que la planificación en CyT se basa, esencialmente, en la interacción de empresas privadas con Instituciones o laboratorios públicos, sobre proyectos generados en las empresas privadas y en donde, habitualmente, el sector público subsidia, de alguna manera, a éstas.

Esos subsidios se expresan a través de desgravaciones impositivas (IVA, Ganancias), créditos de devolución contingente (si el proyecto no es rentable el crédito no se devuelve), el pago total o parcial de sueldos por parte del Estado a investigadores que trabajen en empresas privadas, la reducción del 50% de los aportes patronales que deben hacer las empresas, etc, etc.

Esto puede verse en el PNCyT 2006, en el Plan Investigadores en Empresas del CONICET, en el Proyecto de Ley de Promoción de Empresas de Biotecnología (Expte 429-05 del Poder Ejecutivo del 19-08-05) que ya tiene media sanción del Senado (15-02-06), y en algunos créditos que otorga la Agencia Nacional de Promoción CyT, entre otros. Estas políticas cuentan, además, con el apoyo sostenido de distintos medios de comunicación.

Lo Privado
Hay muchos promotores y defensores de un modelo de estas características que, de alguna manera, está especificado en el Plan de Gobierno del Presidente Kirchner en donde se propone "potenciar el nacimiento de un capitalismo con decisión y con protagonistas nacionales" (página 96).

Como Grupo de Gestión, y más allá de la opinión personal de sus integrantes, nunca objetamos la legitimidad de la interacción pública/privada planteada desde el Gobierno. La pregunta que sí nos planteamos es ¿por qué el Estado debe subsidiar a empresas privadas?

¿Acaso está previsto que la sociedad, que es quien financia estos emprendimientos, vaya a recibir algunos beneficios del desarrollo de los mismos?

Otra pregunta que nos hacemos es: ¿Subsidiar con fondos públicos a las empresas privadas es una forma de "volcar el conocimiento a la sociedad", como manifestara el ministro Filmus? Conceptualmente, nos parece que no.

Lo Público
Por otra parte, en los Planes de CyT no se observa que haya demasiado interés en impulsar desde el Estado, en forma puntual, clara y taxativa el desarrollo de emprendimientos públicos que resuelvan necesidades sociales. Nos referimos a proyectos, generalmente multidisciplinarios, "que le sirven a la gente", para utilizar palabras del Secretario de CyT, Ing Del Bono. Algunos ejemplos:

- PRODUCCIÓN PÚBLICA DE MEDICAMENTOS (PPM): Se podría implementar adecuando y coordinando la acción de los 40 laboratorios de PPM distribuidos en todo el país, que resolvería la provisión de medicamentos a menor costo y mejor calidad que las compras que se efectúan a través del programa REMEDIAR (140 millones de dólares de un préstamo del BID + 90 millones de dólares que aporta el Estado).
Sobre el particular impulsamos gestiones desde nuestro Grupo y desde la Multisectorial (59 organizaciones que promueven la PPM), con resultados magros. Sin embargo, en su Plan de Gobierno, el presidente Kirchner dice "se trabajará en la integración de la actividad de todos los laboratorios que se dedican a la producción pública de medicamentos básicos esenciales, con la activa participación de las Universidades". En síntesis, se menciona un apoyo contundente a la PPM pero no hay acciones en consecuencia.
Por lo tanto, las razones de la desidia en activar la PPM pueden ser dos: estamos en presencia, nuevamente, de un doble discurso, o el ministro de salud, Ginés González García no ha implementado seriamente las directivas que surgen del texto del Plan de Gobierno. Por eso, así como no cuestionamos la interacción pública-privada planteada desde el Gobierno, sí cuestionamos que no se cumpla con lo que está claramente definido en el Plan de Gobierno.

- CHAGAS: Hace 70 años que en nuestro país se trabaja en enfermedad de Chagas, área en la cual hubo, y hay, grupos de trabajo de muy buen nivel científico. Sin embargo, ¿cuándo hubo un plan consistente y perseverante que tenga como objetivo la erradicación de la enfermedad?: NUNCA. Hoy tenemos 2.500.000 de personas infectadas con el parásito del mal de Chagas. Más
aún, faltan insecticidas y medicamentos, como lo puntualizamos el 22-11-05 y el 19-12-05.

- LIMPIEZA Y DESCONTAMINACIÓN DE RÍOS:
Verdaderos atentados a la Salud Pública con solo ver el Riachuelo en las puertas de la Reina del Plata. Problema multidisciplinario cuya resolución implica un uso potencial e intensivo de CyT.
¿Cuándo hubo un plan consensuado y aplicado con continuidad para resolver el problema en forma integral?: NUNCA.

- PRODUCCIÓN PÚBLICA DE VACUNAS: Hace 3 años que comenzamos gestiones para que el Instituto Biológico de La Plata, que produce vacuna BCG (tuberculosis) para la Pcia. de Buenos Aires, produjera para todo el país. Hasta octubre de 2005 las remodelaciones no habían comenzado, no sabemos que está pasando hoy. Mientras tanto, el Ministerio de Salud importa 4.000.000 de dosis de BCG/año para el resto del país. También promovimos la producción de Vacuna Doble (tétanos, difteria). Estado de situación: igual que la BCG.

Reflexiones
- Lo público y lo privado son dos mundos diferentes. Mientras todo converge a afianzar y desarrollar las empresas privadas, lo público se impulsa muy poco, o nada, desde el mismo sector público, o desde el poder político. ¿Por qué?, si el desarrollo de ese tipo de proyectos es lo que le "sirve a la gente".

- Al sector privado se le allanan todas las dificultades, al sector público generalmente se le ponen "palos en la rueda" (por ejemplo: producción pública de medicamentos y vacunas). ¿Por qué?

- Hay fondos públicos para subsidiar empresas privadas y no hay fondos públicos para desarrollos multidisciplinarios que resolverían necesidades sociales que, además, y como consecuencia de su implementación solucionarían parte de los problemas estructurales en CyT (emigración, fragmentación institucional, autonomía tecnológica, etc.). ¿Por qué?

- Acaso, los beneficios que obtienen las empresas privadas subsidiadas, ¿se vuelcan en beneficios a la sociedad?

- Un país puede y debe generar políticas de promoción industrial, pero no siempre ni necesariamente tal promoción debe estar ligada a subsidios. Por otra parte, ¿es lógico que un Plan Nacional de CyT se base en LÓGICAS EMPRESARIALES? ¿No se debería basar en RESOLVER NECESIDADES SOCIALES?

- Los funcionarios públicos, que son pagados por la sociedad, ¿no deberían dedicar sus esfuerzos a resolver las necesidades públicas?, y dejarle a los ejecutivos de las empresas privadas la planificación de sus estrategias de producción, y que compitan, como lo manifiestan reiteradamente.

- ¿No debería planificarse en CyT sobre la base de la ejecución pública de emprendimientos que resuelvan necesidades sociales?

- ¿No sería importante que en el marco de las Facultades de las 37 Universidades Nacionales se instalen FOROS PERMANENTES de discusión sobre las políticas en CyT? Además, esos Foros, o como quieran llamarse, serían útiles para que los estudiantes empiecen a conocer estas cosas y no piensen que sólo con el conocimiento y dinero se resuelven problemas, sino que gran parte tiene que ver con las políticas que se implementen.

Subsidios a Empresas: ¿una Política Nacional?
Aunque en otros rubros, durante el 2005 diferentes empresas privadas recibieron más de $4.000.000.000 en subsidios (sí, no es un error, cuatro mil millones de pesos). Y no fueron PyMES precisamente. Entre ellas encontramos a Tenaris Siderca y Siderar (del grupo Techint), Aluar, Repsol YPF, las transnacionales exportadoras de cereales Cargill y Dreyfus, etc, etc. Todas ellas empresas con altísima rentabilidad que no necesitan del Estado.

Un ejemplo: las dos empresas del grupo Techint (Tenaris Siderca y Siderar) ganaron en el año 2004 la suma de 1300 millones de dólares y a mediados de 2005 Techint compró la acería mexicana Hylsamex en 2110 millones de dólares. Sin embargo, durante el 2005, Tenaris Siderca y Siderar fueron subsidiadas por el Estado a través de un beneficio fiscal de 180 millones de pesos (tomando el dato más bajo, ya que otros dicen que Siderar sola recibió 260 millones).

Surgen, para ser breves, algunas preguntas: ¿por qué se otorgaron subsidios a Techint?, ¿cuál es el beneficio social de subsidiar a Techint?, ¿le hace falta ese subsidio a Techint? Sería bueno que algún funcionario nos explicara esa necesidad.

Fuentes: Fernando Krakowiak, Página 12 del 12-06-05 y Daniel Muchnik, Clarín del 13-06-05.


Final
Un país no es sólo un área geográfica que delimita un "coto de caza" para realizar negocios, o para saciar la codicia sin límites de algunos, sino que es un ámbito a preservar y proteger, en el que vive mucha gente y en el que, razonablemente, todos podamos desarrollarnos, tener hijos, vivir un poquito mejor y, en síntesis, ser un poco más felices.


Cordialmente, Grupo de Gestión:
Airaldi MG - Alonso-Romanowski S - Bessone JB - Bibiloni AG - Cid JA - Cravero C - De Filippo J - Denzoin LA - Estébanez ME - Fernández Lahore M - Fiamberti H - Fossati CA - Franchi AM - Furnari JC - Gadaleta P - Gaggioli N - García AP - Ghilarducci A - Gubertini MT - Hajos S - Hermida EB - Hozbor D - Ielpi L - Iriondo M - Isturiz MA - Jasnis MA - Lamberti Y - Landoni MF- Lemos DR - Manghi M - Milana JP - Montero A - Nonzioli AC - Otero AM - Palermo M - Pérez O - Ravelo A - Rearte B - Recavarren MI - Rodríguez ME - Rofman A - Sabbatini ME - Sasiain MC - Schattner M - Yantorno O.

Este texto se difunde a: Presidencia de la Nación, Jefatura de Gabinete, Ministerio de Educación, Ministerio de Salud de la Nación, Ministerios de Salud provinciales, Secretaría de Ciencia y Tecnología, ANMAT, Diputados y Senadores Nacionales, Legisladores y Funcionarios Provinciales y de la C.A.B.A., Academias Nacionales, Instituciones del Sector Científico- Tecnológico (Facultades de Universidades Nacionales, INTA, INTI, CNEA, CONICET, SEGEMAR, CONAE, INIDEP, SENASA, INA, ANMAT, ANLIS- Malbrán, Instituto Biológico de La Plata, Instituto de Hemoderivados de la UNC, otros).

jueves, mayo 04, 2006

Tomando posición

Debo reconocer que mi entrada al mundo blogger, motivada quizás por la necesidad de hacerme "un lugar en el mundo (web)", se la debo a la nota de Alfredo Zaiat en Página/12 sobre blogs de economistas. En mi presentación escribí que de economía no sé un pepino y respeto la profesión de economista tanto como cualquier otra. Pero al leer textos de economistas siempre tengo presente esta frase de Don Arturo:

"En economía no hay nada misterioso ni inaccesible al entendimiento del hombre de la calle. Si hay un misterio, reside él en el oculto propósito que puede perseguir el economista y que no es otro que la disimulación del interés concreto a que se sirve." El Plan Prebisch Retorno al Coloniaje, A. Peña Lillo Editor, Octubre 1973.

que se parece bastante a otra frase de Raúl Scalabrini Ortiz que decía más o menos así: " Si no entiende algo en economía, pida que se lo expliquen; si sigue sin entenderlo, pida que se lo expliquen otra vez; si a la tercera vez sigue sin entender, es que están tratando de engañarlo".

Vaya esto para expresar mi agradecimiento a los colegas bloggers de Homoeconomicus, por hacer la economía entendible (y por citarme).

Continuará...

martes, mayo 02, 2006

A dos maestros

Dedico este humilde rincón de la web a dos argentinos injustamente olvidados: Jorge A. Sabato y Arturo Jauretche. Y mi primer homenaje será resucitar palabras que ellos usaron como armas de combate, tales como: chantocracia/chantócrata (JS) y tilingo/tilinguería (AJ). Las primeras no creo que estén en ningún diccionario. Y de las segundas, por favor que nadie crea que uso las acepciones que figuran en El Pequeño Larousse en Color edición 1997:

tilingo,-a: adj. (Argent., Perú y Urug.) lelo, bobo, atolondrado.

sino que me remito al uso dado por Don Arturo. Ya aparecerán los ejemplos.

Algo de música

Le gustaría escuchar algo de la más excelsa música jamás creada, sin piratear y sin tener que esperar un largo rato para su descarga? Simplemente pulse aquí, luego haga Enter en la nueva pantalla, y a disfrutar.

Bienvenidos II

Ah, y también podrá leer sobre música, literatura, cine y demás yerbas. Y si nada de esto le interesa, hablaremos sobre sexo.

Empecemos con mi carta de presentación:

Yo voy, lobo estepario, trotando
por el mundo de nieve cubierto;
del abedul sale un cuervo volando,
y no cruzan ni liebres ni corzas el campo desierto.

Me enamora una corza ligera,
en el mundo no hay nada tan lindo y hermoso;
con mis dientes y zarpas de fiera
destrozara su cuerpo sabroso.

Y volviera mi afán a mi amada,
en sus muslos mordiendo la carne blanquísima
y saciando mi sed en su sangre por mí derramada
para aullar luego solo en la noche tristísima.

Una liebre bastara también a mi anhelo;
dulce sabe su carne en la noche callada y oscura.
¡Ay! ¿Por qué me abandona en total desconsuelo
de la vida la parte más noble y más pura?

Vetas grises adquiere mi rabo peludo;
voy perdiendo la vista, me atacan las fiebres;
hace tiempo que estoy sin hogar y viudo
y que troto y que sueño con corzas y liebres

que mi triste destino me ahuyenta y espanta.
Oigo al aire soplar en la noche de invierno,
hundo en nieve mi ardiente garganta,
y así voy llevando mi mísera alma al infierno.


Hermann Hesse, ELE, trad. Manuel Manzanares, Santiago Rueda ed., Buenos Aires, 1952, p. 75.

lunes, mayo 01, 2006

Bienvenidos

Acá podrá Ud. leer pensamientos e ideas (qué ambicioso no?) sobre política, economía (temas sobre los que no sé un pepino), ciencia, tecnología (de eso algo tengo estudiado), fútbol (soy de madera petrificada) y toda otra área (grande o chica) que se me ocurra. Que lo disfrute (o no).