jueves, noviembre 20, 2014

Designios y desazones

Por algún extraño designio cayó en mis manos un libro titulado "Ciencia, Tecnología y Desarrollo" editado por el Centro de Participación Política de la Unión Cívica Radical, que contiene las presentaciones realizadas en el Encuentro Nacional organizado en octubre de 1983 por los equipos científico-tecnológicos que asesoraban al por entonces candidato presidencial Dr. Raúl Alfonsín.

El libro contiene los que quizás sean los dos últimos escritos de Jorge A. Sabato, que falleció el 16 de noviembre del mismo año: "Propuesta de política y organización en ciencia y tecnología" y "Algunas reflexiones sobre la esperanza argentina". Hoy, que el pensamiento de Sabato mantiene absoluta vigencia (ver aquí y acá, por ejemplo), no está de más recuperar algunas de sus palabras. Vayan entonces los párrafos finales del primero de los textos citados.


La política económica es determinante de la política tecnológica

"Me parece fundamental tener muy clara la conciencia de este problema. En esta relación con la estructura productiva es donde nace la necesidad de ligar la política económica. No puede haber política tecnológica a contrapelo de la política económica. Es una contradicción. Basta un solo cambio en la tarifa arancelaria de productos que se importan para que todo un desarrollo tecnológico se frustre, si este cambio de aranceles es desfavorable para la producción nacional.
Por lo tanto, política económica y política tecnológica deben marchar a la par y con absoluta coherencia. Por supuesto que luego hay que establecer los vínculos entre política tecnológica y política científica, en la medida que la ciencia es contribuyente muy importante de los paquetes tecnológicos. Y con la politica cultural, porque hay que tener una política de formación de cuadros para alimentar la producción y manejo de la tecnología en la sociedad.
Pero una vez que hayamos tenido que asegurar la coherencia, estamos asegurando la existencia misma de una política tecnológica. Absolutamente inútil será declamar objetivos tecnológicos globales magníficos, si la política económica, implícita o explícitamente, está diciendo otra cosa en la letra chica. Si está alimentando una capacidad de importación ciega de tecnología, por ejemplo, so pretexto de que nadie sabe importar mejor que el empresario que necesita la tecnología para satisfacer sus necesidades. Eso ha sido comprobado en estudios realizados en todas las sociedades, capitalistas, no capitalistas, socialistas, medio socialistas, alineados, semialineados, etc. Hay toda una bibliografía que les puede mostrar que eso es una falacia. No es cierto que la importación libre, que la importación ciega de tecnología favorezca la capacidad de desarrollo tecnológico de un país. También es cierto que no favorece la capacidad tecnológica del país una actitud negativa absoluta en materia de importación de tecnología. Se trata de ejercer, justamente, esa capacidad autónoma para constituir un paquete adecuado.
Termino estas reflexiones simplemente reiterando que espero que las mismas ayuden al debate que tendrá lugar en esta y otras sesiones para configurar algunas de esas politicas de desarrollo científico y tecnológico que tanta gente ansía tener lo más pronto posible."

Nota al pie:
Recorriendo las páginas del libro me llamó la atención la calidad y cantidad de ideas y propuestas presentadas, y me resultó imposible no sentir desazón pensando que en los años que siguieron, cuando la UCR estuvo en el gobierno y muchos de los participantes de ese encuentro se convirtieron en funcionarios, en su inmensa mayoria esos proyectos cayeron en el olvido. Veinte años después, la Argentina se había convertido en un país diametralmente opuesto al que Jorge Sabato, Raúl Alfonsín y sus correligionarios soñaban en esos días de recuperación de la democracia.
Por supuesto, también resulta deprimente releer esos textos a la luz del triste espectáculo que ofrece el más que centenario partido hoy día, en que parece estar al borde de su desaparición o de su conversión en un engendro todavía indefinido.
Quizás la lectura de este post motive a alguno a revisar viejos cajones, y así logre recordar que en otras épocas ese partido tuvo un proyecto de país y no tenía como sus principales actividades ejercer una fraseología y una praxis al gusto del poder económico y mediático.


P.S.: La foto corresponde a la portada de este libro, editado este año por la Universidad Nacional de San Martín.

martes, julio 01, 2014

Un día gris y lluvioso


"Nadie le discutió a nadie el derecho de llorar la muerte de este hombre, el más amado y el más odiado de su tiempo. Lo lloró su gente. Lo lloraron sus amigos, sus allegados, sus colaboradores; lo lloraron sus aliados políticos y también sus más viejos adversarios. Los Montoneros le rindieron su postrero homenaje. Incluso el ERP decidió dejar sus armas en silencio por aquel duelo inconmensurable. Entonces, en el profundo silencio, se dejó oír el llanto de tantos argentinos para quienes el viejo caudillo fue, sin dudas, mucho más que un jefe político.
Y algo más. Este también fue el fin de una cruel cuenta regresiva. Es posible que esos millones hayan ignorado esta razón: que también estaban derramando sus lágrimas por la muerte futura de centenares de compatriotas que "por falta de tiempo no logramos recuperar para la paz"."

Carlos "Chango" Funes, Perón y la Guerra Sucia, Catálogos-Documentos Críticos, Buenos Aires, 1996, p. 174-175.


Nota 1: para ampliar sobre lo dicho por Funes en su última frase, leer acá.

Nota 2: foto tomada prestada de este sitio. Autora: Marta Merkin - archivo Inés Ulanovsky.


P.S, (4/2/2016): Los nuevos responsables del sitio Infojus Noticias han decidido eliminar notas de archivo que aparentemente no son acordes con la revolución de la alegría, y la linkeada aquí es una de ellas. Esto escribió Inés Ulanovsky al respecto, y aquí se puede ver la nota con las fotos.

martes, junio 17, 2014

Bancando

La decisión de la Corte yanqui favorable a los buitres y el histórico discurso de la Presidenta por cadena nacional lograron sacar del letargo a este blog. Para recordar una canción, nada más. Por ahora.



viernes, mayo 02, 2014

Injuriados


En 1975, la revista Crisis publicó el libro La Clase Trabajadora Nacional del antropólogo Guillermo Gutiérrez, que aún hoy sigue mereciendo (en mi opinión) una atenta y fervorosa lectura. Por suerte, está disponible en la web una segunda edición muy reciente, revisada y actualizada por el propio Gutiérrez. Creo que vale la pena poner acá un fragmento, que dedico por mi cuenta a los compañeros agraviados e injuriados hoy dìa por el poder mediático y sus corifeos de toda laya. Quizá les sirva de consuelo saber que no son los primeros, y seguramente no serán los últimos.


Historia nacional de la injuria

El célebre calificativo de “aluvión zoológico”, empleado para designar peyorativamente a un sector social de nuestro pueblo y a su participación combativa en la historia nacional, tiene viejos antecedentes, testimonios cabales de los arraigados prejuicios que dominaron desde antigua a los “señores principales” y a la óptica liberal.

En El Gaucho (1945), Emilio A. Coni registra numerosos calificativos aplicados en el siglo XVIII a los ancestros gauchescos del “aluvión zoológico”: “De 1730 a 1770 el tipo gauchesco va adquiriendo nuevas características que se expresan con los siguientes vocablos: matadores, robadores de mujeres, vagabundos, ladronicios, malos mozos, grandes dañinos, cuchilleros, peleadores, cuatreros, ladrones de la campaña, delincuentes, agresores, amancebados, jugadores, forajidos, etc.”. De 1770 a 1790 los calificativos serán: malhechores de la campaña, ociosos, castellanos contrabandistas, facinerosos, hombres errantes, haraganes, paseanderos, desertores, etc.

En 1811 los “orilleros” que participan en el movimiento del 5 de abril serán vistos como “ínfima plebe del campo” (Beruti), que actúan con desdoro “del vecindario ilustrado y sensato”, o como “paisanos emponchados”, “alianza de charreteras y chiripá” y “desvalidos soberanos” (Ignacio Núñez), en tanto que los participantes del movimiento federal del 1º de octubre de 1820 serán “hombres de la canalla” y “chusma” agolpada en las esquinas y “envuelta en sus ponchos esperando el éxito para dedicarse al saqueo” (Rojas y Patrón).

Poco antes se había hablado de los integrantes de las montoneras del 20 como de columnas de “aspecto original y verdaderamente salvaje”, y en 1821 se expresará en El Argos de Buenos Aires que los “peones” son “hombres libertinos, corrompidos y perjudiciales a la sociedad”, así como tiempo después se hablará de sus jefes, los caudillos, como de “caciques bárbaros” a los que hay que exterminar.

En 1828 El Liberal caracterizará de la siguiente manera a los seguidores del gobierno federal: “Viva el poder y el hombre en que se estriba; / que vivan sus ilustres defensores / los mulatos, los negros changadores; / los de poncho, iqué linda comitiva!”.

Historiadores como Vicente F. López y Mitre se referirán a los procesos populares y a sus protagonistas individuales y colectivos, con los calificativos de “guarangada”, “turba vocinglera de quinteros, peones y compadritos”, “bárbaros desorganizadores”, “contrabandista, montaraz, nacido fuera de la ley común de las gentes, outlaw” (son los calificativos que le destina López a Artigas), “hordas”, “las turbas del anarquista oriental”, “orillero y vago por educación”, “agrupación de bárbaros”, “bárbaros desnudos, hambrientos y excitados por las pasiones bestiales”, “hombres desaliñados”, etc.

Dentro de esta línea los seguidores del Chacho serán “salteadores o criminales notorios, soldados y sargentos desertores o lo más abyecto o lo más rudo de los viejos partidos personales”.

Mucho más tarde, cuando otros componentes étnicos se amalgamen con los hijos del país en la común explotación, los herederos de la “gente principal” verá a los inmigrantes apiñados en los conventillos como “Invasión del mundo heterogéneo”, “turba”, “ola roja” (Cané) o “confuso tropel” (Miró), y con el mismo espíritu calificarán a los partidarios de Yrigoyen de “plebe” y “mulataje delirante” (A. de Laferrere).

Apenas los botones de muestra, como se ve, de un largo y fecundo historial de la injuria.


Guillermo Gutiérrez, "La clase trabajadora nacional - Su conformación histórica", Los Libros de Fundación Patagonia Tercer Milenio, Buenos Aires, mayo de 2012; p. 126-127.

viernes, enero 24, 2014

Un granito de arena...



...en la lucha contra "la cadena del miedo, la desinformación y el desaliento". A raíz de una nota de la periodista Silvia Naishtat en Clarín, la Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica y de la Actividad Nuclear (APCNEAN) emitió el siguiente comunicado:


Injusta descalificación a profesionales de la actividad nuclear

La APCNEAN informa que contamos con nuevo “Tribunal evaluador de los trabajadores de la actividad nuclear”, el que, aunque no ha sido nombrado aún oficialmente, ya ha entrado en funciones y ha emitido su primer dictamen -no favorable- referido a los profesionales que de alguna manera están o estuvieron abocados a la construcción y puesta en marcha de Atucha II.  Nos enteramos de la novedad leyendo el artículo publicado en Clarín el 3 de enero último, titulado “Hay responsables de los cortes de luz, pero callan”.  Del extenso escrito, sólo nos ocupan un par de párrafos, en los que, tras informar que Jorge Capitanich y Julio De Vido decidieron realizar una recorrida por Atucha II, dice:
"La realidad pinta otro panorama. Con recursos limitados, profesionales con pocas dotes y otros con noble intención, Atucha II vive un sinfín de problemas de acuerdo al monitoreo de expertos.  Lo escribieron en un informe al que Clarín tuvo acceso: “Las pruebas para poner en marcha continúan en forma caótica. Cada día aparecen vicios ocultos producto de la incompetencia. Luego de la breve conexión a la red con vapor producido con energía externa, pues el reactor no puede funcionar aún, se detectaron defectos de construcción en los intercambiadores de refrigeración intermedia.  Una de las bombas del circuito de control del agua pesada se dañó durante las pruebas”.  Y como si fuera una obra de la picaresca, hasta surgieron tropiezos con el entrenamiento del personal.
Argentina invirtió en un simulador que construyó Tecnatom y en lugar de instalarlo aquí, quedó en San Sebastián de los Reyes, Madrid. Así, los operadores deberán ir a España para capacitarse.”
Silvia Naishtat, en adelante “la evaluadora”, es la autora de este artículo – y por ahora la única integrante del "Tribunal Evaluador de los Trabajadores de la Actividad Nuclear".
Como podrán ver, "la evaluadora”, haciendo gala de su gran capacidad de análisis, ha visualizado que los profesionales que se desempeñan en Atucha II conforman dos grupos: uno con “pocas dotes” y, “otro” con “noble intención”.  Como no contamos con los fundamentos del dictamen, no sabemos quién integra cada grupo, así que a quien le quepa el sayo, que se lo ponga, tarea para la que se cuenta con bastante libertad de criterio, por cuanto al no especificarse a qué está referida la expresión “con pocas dotes”, cada uno podrá elegir los aspectos en los que se sientan menos dotados y así todos podrán de alguna manera integrar este primer grupo, sin que nadie se sienta excluido.
Con la cuestión de la “noble intención” ocurre algo similar, sabemos que los que tengan una intención de algo (no hace falta más que una, notar el singular), califican para integrar este segundo grupo, siempre y cuando dicha intención pueda ser considerada “noble”, concepto que, a falta de mayores especificaciones, podrán aplicar discrecionalmente.
Sí, es evidente para “la evaluadora” que ambos grupos, sumados a los “recursos limitados” (tampoco está claro a qué tipo de recursos se refiere, pero no ahondaremos en ello) son los responsables del “sinfín de problemas que padece Atucha II”.  ¿Dónde obtuvo la información para hacer tal afirmación? ¿Visitó la obra? ¿Revisó la documentación técnica? No. Se remite al informe ignoto – que no publica el diario que la respalda, ni dice dónde se lo puede consultar, ni explica su carácter, motivo ni alcance – que, asegura, fue realizado por los señores... “expertos”. ¿?
En esos reveladores párrafos, “la evaluadora” continúa luego mencionando “caos”, “vicios ocultos producto de la incompetencia”, “defectos”, etc.
Acaso si en vez de haberse apresurado a calificar despectivamente a los trabajadores del sector nuclear se hubiera acercado a Atucha II, alguno de ellos, dotado al menos para explicar, le habría podido hacer ver en qué consiste esta obra, le podría haber contado, por ejemplo, que la central se divide en 28 complejos funcionales basados en criterio de Instrumentación y Control, que hay en total 278 sistemas: todos cubiertos por 94 Programas de Puesta en Marcha, la mayoría de los cuales comprenden varios sistemas. Y donde nada está hecho al azar: las pruebas en frío se realizan porque están pautadas, porque se sabe que existe la probabilidad de encontrar fallas, que deben ser solucionadas antes de poner a crítico el reactor. Es algo que se hace en todas las centrales del mundo. Y esta central es única en el mundo, como lo es Atucha I, que está operada y mantenida por los mismos profesionales que “la evaluadora” degrada.
También podrían haberle contado, por ejemplo, que cuando en 1988, Atucha I tuvo un desperfecto importante, que no registraba precedentes en el mundo, un canal de refrigeración sufrió un daño estructural significativo, fueron los profesionales “poco dotados” que en ese entonces se desempeñaban en la Dirección de Centrales Nucleares de la CNEA, que en pocos años pasaría a conformar NA-SA, junto con los de la Dirección de Combustible y los de Empresas asociadas, quienes lograron repararla, contra el vaticinio de los que aseguraban que la central era insalvable.
El suceso merece ser sacado a la luz para confrontar los epítetos descalificadores que “la evaluadora” utiliza: cuando surgió ese grave problema en Atucha I, la empresa constructora, extranjera, presentó un proyecto que consistía en destapar el reactor para extraer y reemplazar el canal dañado, sin ofrecer garantía de que el resultado fuera exitoso porque se trataba de un caso inédito. Por esa misma razón, tampoco se podían presupuestar los costos: habría que afrontar lo que saliera. (*)
Los profesionales de la CNEA consideraron que de aceptarse ese proyecto, el personal involucrado se vería expuesto a niveles muy elevados de radiación, con lo cual se habría necesitado un verdadero ejército para poder "repartir" ese excedente.  Estudiaron con cuidado qué hacer y decidieron trabajar con el reactor cerrado, con cámaras subacuáticas y desarrollaron herramientas especiales, telemanipuladores, de 12 metros de largo, con dedos mecánicos que cortaron en trozos de menos de 10 centímetros cuadrados todo el canal de refrigeración dañado y lo sacaron del reactor mediante aspiradores también diseñados para tal fin. Luego de 16 meses, en agosto de 1989, Atucha I fue puesta en funcionamiento y reconectada exitosamente a la red. (**)
Esos mismos profesionales “poco dotados” son los que antes habían tomado a su cargo la tarea del montaje final,  puesta en marcha y operación de la Central Nuclear Embalse, que llegó a ocupar los primeros lugares del ranquin en rendimiento en el mundo y el pasado 21 de enero cumplió 30 años de operación.
Y recordemos que estos profesionales asumieron la responsabilidad de la terminación de la CNA II, debido a que el proveedor extranjero se retiró del mercado nuclear. Y por supuesto que se encuentran con problemas. Pero para afrontarlos y superarlos están perfectamente preparados.
Los trabajadores que "la evaluadora" encuentra poco dotados son los que sostienen en la Argentina una actividad nuclear reconocidamente evolucionada por el resto de los países nucleares. El sector nuclear de nuestro país domina el ciclo de combustible, produce suministros esenciales como el agua pesada, desarrolla múltiples aplicaciones en salud, industria, agro, materiales, es proveedor internacional de reactores de investigación y producción de radioisótopos, entre otras cosas. El nivel de desarrollo alcanzado coloca a la Argentina entre los primeros países del mundo en el dominio de esta tecnología para usos pacíficos y seguros, prueba de ello es que somos uno de los pocos países que ocupa un asiento permanente en la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica. El desarrollo nuclear argentino es un bien estratégico, patrimonio nacional, conseguido principalmente con el esfuerzo de los trabajadores que "la evaluadora" considera "poco dotados".
Nota sobre “la evaluadora”: Silvia Naishtat (57 años), Ingeniera Agrónoma.  Periodista especializada en temas económicos.  Empleada del diario Clarín desde 1990.  Cursó el Master de Historia de Pensamiento Económico en la UBA.  Acreedora de varios premios. No tenemos el dato preciso, pero por su escrito suponemos que obtuvo patente para opinar sobre tecnología nuclear.  Por lo vertido en el citado artículo de su autoría, al menos en los párrafos que nos atañen, anticipamos que no muestra aptitud para  ser admitida en un grupo de periodistas con “noble intención”, si éste existiera.
Buenos Aires, 23 de enero de 2014.

Ing. Agustín Arbor González - Ex Secretario General de la APCNEAN            
                                                       
Qco. Carlos A. Granero - Secretario General de la APCNEAN

(*) Agrego que la empresa constructora (Siemens AG) envió una nota (o más bien, un apriete por escrito; tuve acceso a una copia) al entonces Presidente de la Nación (CSM) advirtiéndole que su propuesta era la única viable y auguraba un apocalipsis nuclear en caso de que las autoridades argentinas decidieran seguir otro camino. Afortunadamente, se procedió según describe la nota de APCNEAN y el apocalipsis nuclear brilló por su ausencia. Pero ya sabemos cómo juegan los pesos pesados de las grandes ligas.

(**) En realidad la reconexión de Atucha I a la red se efectuó a principios de 1990; la falla había ocurrido en agosto de 1988, ver página 4 de este Informe.

Advertencia: de ahora en adelante, los que eventualmente pasen por este blog con la intención de descalificar, agraviar y/o insultar, ni se molesten en dejar su comentario. No será publicado.


P..S. (20/02/14): Para Alcides Acevedo y demás interesados en el tema, aquí hay información fresquita sobre Atucha II.