Mi diariero es un amigazo, me prestó la revista Debate Nº 216 (la que en la tapa dice "Será Pingüina"). La estuve hojeando, no es la octava maravilla pero es bastante legible. En particular me llamó la atención un reportaje de Verónica Gago a la politóloga belga Chantal Mouffe, coautora con Ernesto Laclau de Hegemonía y estrategia socialista (sección chismes, ver aquí), y que acaba de sacar un nuevo libro, En torno a lo político.
Ya el título de la nota me atrapó de entrada: "La condena moral reemplaza al análisis político". Y leyendo me fui enterando de que la onda "moralista" que impregna ciertos ambientes políticos argentinos en realidad viene importada de Europa (qué raro, ¿no? :P). Ahí van algunos párrafos del reportaje que me parecieron interesantes:
-¿Por qué cree que hoy la política se expresa en un "registro moral"?
- Ésta es una de las tesis principales de mi libro. Con esto quiero decir que cuando estamos en el campo de lo político siempre estamos en el campo de las identidades colectivas y esto implica una distinción entre "nosotros" y "ellos". (...) Evidentemente hay diferentes maneras de entender esta relación entre nosotros y ellos. Una manera es la propiamente antagonista: cuando es la relación amigo/enemigo, el otro es considerado como aquel que hay que eliminar y esto, por supuesto, es incompatible con la democracia. Pero también es posible considerar al otro como un adversario, lo cual implica reconocer la legitimidad de sus demandas y que se va a luchar por la hegemonía que cada uno propone pero dentro de un marco democrático. Esto es realmente lo que tiene que ser la política democrática. El registro moral de la política aparece cuando ese tipo de confrontación adversarial no puede tener lugar porque no existen los canales institucionales para que las distintas demandas se puedan confrontar democráticamente. En el registro moral de la política no es que el "nosotros" y "ellos" desaparecen como identidades colectivas, sino que no se los puede identificar utilizando categorías políticas, se dice "nosotros somos los buenos" y "ellos son los malos". La condena moral reemplaza el análisis político.
- Usted asocia este registro con posiciones que llama "pospolíticas" y que se dicen "progresistas". ¿A qué se refiere?
- A una posición que pretende anular la dimensión antagónica de la política -es decir, su costado adversarial- porque lo considera obsoleto. Eso es totalmente una ilusión: es la pretensión del fin de la política. Y digo que se dicen progresistas porque la mayoría de los autores a los que critico son considerados de ese modo: por ejemplo el alemán Ulrich Beck y el inglés Anthony Giddens, este último muy ligado al New Labour. En un plano más filosófico lo mismo puede decirse de Jürgen Habermas. Lo que me preocupa es justamente que en el campo progresista se defienda esa teoría que dice que si hoy vamos a pensar una política progresista tenemos que hacerlo más allá de la división entre derecha e izquierda. A esto denomino "visión pospolítica". Es muy negativa para la democracia porque significa básicamente que ya no se plantea una posición de izquierda.
- ¿Qué sería hoy una posición de izquierda?
- Lo que ha pasado es que la izquierda se ha movido tanto hacia el centro -hacia eso que se llama centroizquierda- que la distinción entre centroderecha y centroizquierda es mínima. La izquierda hoy considera que no hay alternativa a la globalización neoliberal y que sólo es posible administrar de una manera más humana la situación actual. Y esto es también la pospolítica. Por el contrario, desde mi punto de vista, la política tiene que tener necesariamente un carácter "partisano". Y si eso no existe aparecen fenómenos como el populismo de derecha, o Bush, oponiendo civilización y barbarie como modalidades que vienen a ocupar esas formas de identificación política.
(...) - Usted polemiza con Hannah Arendt, ¿cuál es su diferencia a la hora de definir lo político?
- Mi diferencia con Arendt es particulamente respecto de cómo ella encara el pluralismo. Ella insiste sobre lo político como pluralidad y estoy de acuerdo con eso, pero en Arendt uno encuentra un pluralismo sin antagonismo. Quiero decir: su visión del pluralismo es demasiado optimista, porque ella no reconoce que esa pluralidad de posiciones lleva al conflicto y que algunos de esos conflictos son antagónicos. No hay una posibilidad de armonía, como la que ella refiere a Kant, y que daría lugar a una situación por la cual cada uno debería ponerse en la posición de todos los otros para aceptar la pluralidad. Mi punto de vista -que tiene que ver con concebir lo político desde el antagonismo- es que el pluralismo va a encontrarse siempre con el problema del antagonismo. (...) Creo que la política tiene que pensarse a partir del carácter inerradicable del conflicto.
(...) - Usted, sin embargo, habla de "domesticar el antagonismo". ¿A qué se refiere?
- La palabra domesticar es un poco problemática. También hablo de sublimar el conflicto. Es decir, hay que entender que un conflicto antagónico es aquel en el cual no hay una solución racional porque siempre hay alguien que pierde, no se puede creer que se va a resolver sólo discutiendo. Algunos dicen que reconocer el antagonismo es abrir la puerta a la guerra civil y por eso hablan de democracia sólo como consenso.
Sin embargo, hay otra posibilidad de reconocer ese antagonismo, se lo puede poner en escena, encontrarle una forma de expresión sin solución racional, bajo la forma del "agonismo". En él, los oponentes si bien reconocen que no hay manera de solucionarlo racionalmente, no se tratan entre sí con el fin de destruirse, sino que aceptan reglas democráticas que organizan su confrontación. La diferencia fundamental es que en este caso se reconoce la legitimidad de los otros a tener un punto de vista distinto. Esto es la lucha democrática entre izquierda y derecha, y cuando hablo de "domesticación" me refiero a que existan instituciones que permitan que ese conflicto no se niegue y a la vez se mantenga dentro de algunos límites.
- ¿Cómo vincula esta posición con una lucha por la hegemonía?
- Para mí es importante pensar en términos de lucha hegemónica porque en realidad hay tres maneras de concebir el conflicto. Una es la jacobina, bolchevique o tradicional: es una manera antagonista en la que hay que destruir a la clase burguesa como enemigo. Es claramente una visión no compatible con la lucha democrática. En el otro extremo está la visión liberal que niega que los conflictos sean antagónicos y cree que siempre se puede negociar o arreglar. Los liberales consideran que el terreno político es un terreno neutro y que se trata de una lucha entre elites. En síntesis: consideran la lucha como una competición entre intereses pero no tienen ningún objetivo más allá de ocupar los lugares del poder: no buscan ningún tipo de transformación de las relaciones sociales. En ninguna de las dos posiciones extremas se busca la hegemonía: una busca ocupar el poder y la otra, destruirlo. La hegemonía, en cambio, sostiene que un orden es siempre una configuración de la relación de poder y que lo que está en juego en la lucha es la transformación de la estructura existente. No busca la destrucción del sistema porque la lucha hegemónica sólo es posible dentro del marco democrático. Esto es lo que llamo una crítica inmanente: a partir del sistema uno puede transformarlo sin destruirlo. Y esto es diferente del liberalismo, que trata sólo de conservar el sistema.(...)
Hay más cosas interesantes en el reportaje, como el análisis de la coyuntura en América Latina, la articulación entre los nuevos movimientos populares y las estructuras políticas tradicionales, y un par de palos bien dados a Toni Negri y Michael Hardt. Igualmente, a pesar de lo valioso de los conceptos emitidos por Mouffe, ella no deja de tener una visión de izquierda eurocéntrica y a mí me gustaría profundizar algunos puntos desde una mirada más Nac&Pop. Por ejemplo, este post reciente de María Esperanza parece tener bastante que ver. Para terminar por ahora, un llamamiento y una pregunta:
- Partizano, volvé, te necesitamos.
- ¿Qué dirá el Instituto Hannah Arendt sobre todo esto?
P.S. 1: Gracias a la revista me enteré de este Seminario, del que no había leído nada en la blogósfera. Yo no puedo concurrir, pero al que tenga posibilidades de acercarse le recomiendo sin dudar, hoy jueves 10 a las 11.30, la conferencia "Por qué los jóvenes odian la política" a cargo de Jaime Durán Barba.
P.S. 2: No se me vaya a enojar don Capurro, al final me compré la revista.
Alpargatas y libros
Hace 12 horas.
12 comentarios:
Jorge
Muy buenas las definiciones, e interesante el chisme.
Lastima que no pueda ir a ver a Duran Barbas, para preguntarle sobre el fenómeno de los pingüinos chilenos.
Un abrazo
La definicion espectacular, a mi pongame del lado de los malos. Soy moralmente deleznable.
Vecino, una corrección + chisme onda Rial: el apellido es Mouffe y es esposa de Laclau
beso
Manolo: gracias por la visita y el elogio. No faltará oportunidad de volver a cruzarnos con Durán Barba, es una estrella en ascenso :P.
Hard: creo que estamos del mismo lado. Ya somos muchos los que, como dijo Discepolín, "allá en el horno se vamo' a encontrar". De paso, la foto es de un gol del Cuqui a los diablos rojos.
Emma: gracias vecina, ahí lo arreglé. Y bue, al mejor cazador se le escapa la liebre. El chisme lo había leído en lo del Criador pero no me quedaba claro si son pareja o ya se separaron, si él es el inteligente o ella le pasa las ideas, etc. En fin, no da para una Paparazzi de politólogos.
Gracias a todos. Besos y abrazos.
Y si, nos morimos de hambre con el papparazzi politológico, igual después le averiguo y le cuento =P
gran post Jorge, un hallazgo esto.
Cambiando de tema Chantall puede radicarse en el país e integrar el gobierno de las amazonas!! sew viene, se viene, Cristina, Lilita,Diana, vilma,Chiche,Gaby, uy dio!!. Yo me compré un terrenito en Colonia Jorge...
Emma: gracias de nuevo, averigüe nomás.
Artemio: gracias por la visita y el elogio. ¿Te parece que se viene Chantal? Igual en un gobierno de amazonas como vos decís no la veo, me parece que se llega a cruzar con Lilita, con Gaby o con la Pato y se agarran de las mechas. ¿Un terrenito en Colonia, estás preparando la huida de Egipto? :P
Abrazos.
qué bueno esto que encontraste, pero qué bueno!!! igual no sé si la visión de la que parte podría llamarse eurocéntrica: según el análisis este, cabemos en las dos primeras categorías, porque la izquierda mantiene una mirada "jacobina", si se quiere, y el resto de los partidos que entran en el juego democrático, sea cual fuere su base social, asumen una vez en el poder una orgánica de élite, de camarilla, no? a mí todas estas categorías me suenan a reflote de gramsci. Así que si lo quieren importar para nuestro pobrecito progresismo porteño, yo encantadísima.
otra vez, un placer leerlo.
Sol: quizás lo de "visión de izquierda eurocéntrica" lo haya puesto por prevención o prejuicio, porque no me gusta trasladar automáticamente ideas de pensadores europeos a nuestra realidad, siempre busco el filtro de una mirada autóctona. Por supuesto que igualmente me parece un pensamiento provocativo y muy útil para el debate sobre concepciones y estrategias políticas.
Me alegro de que esto te haya gustado, y gracias por la visita. Un beso.
hola me podrias recomendar un libro sobre politica basica, el libro en torno a lo politico es bueno saludos
si el libro en torno a lo politico es bueno?
Perdón Alejandro, no había leído tus comentarios. Aquí tenés una reseña y una recomendación del libro en el blog La Barbarie:
http://labarbarie.com.ar/2007/en-torno-a-lo-politico/
Gracias por la visita. Muchos saludos.
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