"Algunos de nosotros que ya hemos empezado a romper el silencio de la noche hemos descubierto que el llamado a hablar es con frecuencia una vocación de agonía, pero tenemos que hablar... Estamos llamados a hablar por los débiles, por los sin voz, por las víctimas de nuestra nación, y por aquellos a los que ésta llama enemigos, porque ningún documento salido de manos humanas puede convertir a esos humanos en algo menos que nuestros hermanos... Pienso en ellos, también, porque me queda claro que no habrá ninguna solución significativa en tanto no se dé algún intento de conocerlos y escuchar sus lamentos".
"La verdadera compasión es más que arrojar una moneda a un mendigo; no es algo caprichoso y superficial. Consiste en ver que un edificio que produce mendigos necesita reestructuración. Una verdadera revolución de valores pronto verá con inquietud el patente contraste entre pobreza y riqueza. Con justa indignación, verá al otro lado de los mares y observará a capitalistas de Occidente invertir sumas enormes en Asia, África y Sudamérica, sólo para llevarse las ganancias sin ninguna preocupación por el mejoramiento social de los países, y dirá: "no es justo". Verá nuestra alianza con los terratenientes de América Latina y dirá: "no es justo". La arrogancia de Occidente de sentir que tiene todo que enseñar a los demás y nada que aprender de ellos, simplemente no es justa..."
"Nuestra única esperanza hoy día reside en nuestra habilidad de recuperar el espíritu revolucionario y salir a un mundo a veces hostil para declarar nuestra hostilidad eterna a la pobreza, al racismo y al militarismo. Con ese poderoso compromiso nos atreveremos a cambiar el estado de las cosas".
"Este llamado a una hermandad mundial que eleve la preocupación por el prójimo más allá de la tribu, raza, clase y nación de cada uno es en realidad un llamado a un amor incondicional, que abarque a toda la humanidad. No podemos gastar más en adorar el dios del odio o hincarnos ante el altar de la represalia. Los océanos de la historia se vuelven turbulentos con las mareas cada vez más altas del odio. La historia está repleta de las ruinas de naciones e individuos que recorrieron ese camino suicida del odio".
"Hoy aún nos queda una alternativa: la coexistencia no violenta, o la coaniquilación violenta. Tenemos que pasar de la indecisión a la acción. Si no actuamos, seguramente seremos arrastrados por los largos, oscuros, vergonzosos pasillos del tiempo reservados para aquellos que tienen poder sin compasión, poderío sin moralidad, y fuerza sin visión..."
"Ahora, empecemos. Volvamos a dedicarnos a la larga y amarga, pero hermosa lucha por un mundo nuevo".
Reverendo Dr. Martin Luther King, discurso en la Iglesia Riverside, Nueva York, 4 de abril de 1967.
3 comentarios:
Gracias Hal, por la visita en pleno ajetreo electoral. En esto coincidimos, jaja!!
Un abrazo.
No solo comento tarde, me veo obligado a coincidir con HAL.
Un abrazo
Bueno Manolo, a veces puede pasar... lo de coincidir con Hal, digo. :P
Un abrazo, amigo.
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