domingo, enero 10, 2010

El zorro y las gallinas



Hace un par de días escuché a un kinesiólogo -excelente persona por demás- explicarle a su secretaria cómo el uso de las reservas del Banco Central para el Fondo del Bicentenario hacía que el dinero en su bolsillo perdiera valor. La cosa se derivó luego hacia las presuntas psicopatologías de la presidenta y su esposo, y después ya no escuché más.

Es sólo un ejemplo de lo fácil que sigue calando el discurso conservador-ortodoxo y creando sentido común en la cabeza de la gente, pese a los desastres a que nos sometieron los ejecutores de las políticas de ese signo. Y encima, ahora con el affaire Redrado, tenemos ese discurso amplificado, repetido y machacado hasta el hartazgo por la Cadena Nacional de Medios Opositores.

No voy a ponerme a reflexionar sobre los errores técnicos, jurídicos o políticos en que incurrió el Gobierno para desencadenar o caer en esta tormenta en un vaso de agua, como bien la llama hoy Eric Calcagno. Para el análisis jurídico siempre es recomendable el blog de Gustavo Arballo, y en lo político (además de blogs variados) vale la pena leer la nota de Luis Tonelli en Debate (de la blogósfera económica no leí nada, pero supongo que está que arde...). Prefiero dedicarme a lo que creo el meollo de la cuestión, algo que ya tocó el muy buen post de Sebastián en La Barbarie. Y pienso que el Gobierno está pagando el costo de haber mantenido una rémora del modelo de los '90 pensando que podía convivir pacíficamente con ella, quizás para mantener tranquilos a "los mercados" (algo similar a lo que ocurre con la Ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz, y se podría seguir la lista).

Además de las notables columnas que Alfredo Zaiat sigue publicando hoy día, quiero recordar una que él sacó el 1º de junio de 2003, a pocos días de la asunción de Néstor Kirchner y en medio de un conflicto entre el entonces presidente del BCRA, Alfonso Prat Gay, y el ministro de Economía Roberto Lavagna (la versión es la que figura en su libro ¿Economistas o astrólogos?). Sus conceptos siguen siendo tan válidos hoy como en ese momento.


Una trampa
por Alfredo Zaiat

Variadas ideas absurdas en materia económica se han instalado como verdades absolutas durante el reinado del neoliberalismo en los ‘90. Algunas, incluso, han recibido la aprobación de economistas y políticos que se ubican en la vereda de enfrente de la ortodoxia. De esas máximas intocables que debe respetar todo gobierno que aspira a tener en orden la economía se destaca la que sostiene la obligación sagrada de mantener la “independencia” del Banco Central. Muchos engaños se han repetido hasta el cansancio durante esa larga década de la convertibilidad, pero el de la autarquía de la entidad monetaria se ha ganado el premio mayor. Farsa que aún continúa.

Para aquellos que se están rasgando la vestidura por esta herejía que violenta el manual básico Kapelusz de cómo deben ser las instituciones económicas de un país, se recomienda la lectura de Greenspan (Ediciones Península, Barcelona, 2001), la biografía del todopoderoso titular de la Reserva Federal (banca central de Estados Unidos) de Bob Woodward, reconocido periodista del Watergate y editor de The Washington Post.

La independencia del Banco Central como valor supremo fue introducido por el discurso neoliberal señalando los antecedentes del Bundesbank, luego reconvertido en Banco Central Europeo con el lanzamiento de la moneda única, y de la Fed. Se olvidaron de dos aspectos sustanciales en esa traslación automática de una forma de distribución de la gestión de la economía. Primero, que la Unión Europea y Estados Unidos son potencias, con altibajos pero con un sendero de crecimiento sostenido y con monedas fuertes aceptadas fuera de sus propias fronteras. Segundo, que ni el BCE ni la Fed son tan independientes como dicen los que dicen que saben –para más información se sugiere otra vez la obra arriba mencionada–.

El argumento principal utilizado para defender la autonomía al Banco Central del poder político y del Ministerio de Economía remitía al descalabro provocado por la emisión monetaria para financiar los desequilibrios de las cuentas públicas. El saldo de esa política fue la hiperinflación de Alfonsín. La “independencia” del Central de los ‘90 fue ejercida, más que por esa cualidad conferida por la reforma de la Carta Orgánica de la entidad, por la propia Convertibilidad que ponía límites a la expansión monetaria como función de la compra de divisas en un régimen de tipo de cambio fijo 1 a 1.

Esa publicitada autarquía fue una inteligente pantalla para transformar al Banco Central en una herramienta de negocios para pocos. Capturado por fundamentalistas del CEMA (Roque Fernández, Pedro Pou & cía.) y funcionarios políticos del menemismo con línea directa a la Casa Rosada, el BC de los ‘90 no fue independiente y fue uno de los responsables del colapso del sistema financiero.

El papel del Banco Central en la economía no se define por su independencia, sino por cómo acompaña la política económica. En los ‘80 fue la nafta que alimentó el incendio de la inflación; mientras que en los ‘90 fue la topadora que aceleró la concentración y extranjerización del mercado con las consecuencias conocidas. Ahora, en cambio, debería ser la palanca que colabore para impulsar el crecimiento.

La economía argentina no es la estadounidense ni la europea, sino que es una economía subdesarrollada que está tratando de salir de la peor crisis de su historia. Pretender instituciones del Primer Mundo, que además son distorsionadas aquí en su rigurosidad, para el Tercer Mundo, con el aval del FMI, esconde, en realidad, otras motivaciones. La proclamada “independencia” aspira a reservar nichos de negocios y su manejo, sin interferencias, al propio sistema financiero, a través de representantes directos o de políticos y economistas de la city que actúan de mandantes de sus intereses en el directorio del Central.

Sería útil pasar el lampazo por esa trampa de la “independencia” del Banco Central.


A. Zaiat, ¿Economistas o astrólogos? La economía de los noventa, Colección Claves para Todos, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2004, p.99-101.


La batalla cultural necesaria para imponer estas "herejías" también sigue vigente. Porque por ahora, y al contrario de la gallina de la ilustración, gran parte de las "gallinas" que nos rodean siguen repitiendo las palabras del zorro.

6 comentarios:

Félix Lunático dijo...

De la torpeza del gobierno a la supuesta batalla cultural...

ABA y ABAPRA (el sector financiero más concentrado) salió en defensa del fondo llamado pomposamente del Bicentenario. Eso define de que va la cosa.

El gobierno se especializa en inventar problemas en donde no lo hay. El juego con Redrado para ver quien la tiene más grande es característico de estilo K. Al respecto, vengo de leer el blog Artepolìtica y allì los pocos kirchneristas lúcidos y no obsecuentes advierten que ya los tienen podridos estas peleas al cohete de los K.

Tuvieron durante cinco años a un neoliberal al frente del BC que cumplió en armonía las intrucciones de la presidencia, ahora por una cuestión de forma (que no es de fondo) se le lanzan a la yugular con la impostura nacional y popular.

En reemplazo de Redrado quieren poner a otro neoliberal, no les interesa modificar la carta orgánica del BC, como no les importó durante seis años. ¿A quién carajo pretenden engañar con este verso de la batalla por el BC?.

Anónimo dijo...

Carpintero dijo...
El gobierno seguramente comete algunas torpezas, ahora los que hacemos podemos claro equivocarnos pero los que opinan con argumentos neuro esquizoideos como los tuyos ni siquiera están en condición de errar dado que se anulan en la propia e insalbale contradicción que los neutraliza y califica en una excreción soez de lo fátuo. ¿como determinás vos qué cosa es de forma y qué de fondo cuando siquiera podés distinguir lo principal de lo secundario? saludos a patético pino Solanas Pacheco Fernando Ezequiel saraza. Yo defiendo incluso la "impostura nacional y popular" vos ni siquiera te animás a defender con todas las letras la postura antinacional y antipopular que exhibís aunque te falta toda sagacidad como para ocultarlo aunque sea un poco.
Carpintero

Rafa dijo...

Félix Lunático:
Los temas que Ud. toca están tratados en las notas que cito en el post, pero igual le respondo:

- Si el Gobierno toma una medida para reducir el costo de un nuevo endeudamiento o para evitar un ajuste fiscal, en principio me parece correcto. Que el establishment financiero la apoye (o una parte de él) es lógico porque les está yendo bien y esperan un buen año. Otros sectores priorizan lo político (léase el debilitamiento del Gobierno) y son los que fogonean el asunto. Que el Gobierno cometió torpezas es indudable, pero también lo es que hay un mar de fondo político con un olor que apesta. Que esta haya sido una pelea al cohete, todavía está por verse.

- Hubo hace 2 o 3 años un proyecto de Mercedes Marcó del Pont para modificar la Carta Orgánica del BCRA. Los voceros de "los mercados" lo hicieron picadillo y no hubo decisión política de avanzar en el tema. Si el Gobierno hoy día se conforma con un cambio de figuritas eso seguirá siendo una asignatura pendiente. Espero que no sea así.

Yo pienso seguir machacando con la batalla cultural, aunque el Gobierno siga metiendo la gamba.

Carpintero:
Supongo que tu comentario está dirigido a Félix Lunático, así que no tengo nada que agregar.

Saludos a ambos.

Félix Lunático dijo...

Vamos carpintero!!! salga corriendo a pagarle a los chpusangres la deuda del bicentenario!!!
Los nac&pop como Ud. antes se relamían con el trabajo heroico de Alejandro Olmos. Ahora se desgañitan agrediendo a quienes no les compramos las falsas batallas a lupo, quieren reemplazar a Redrado con Blejer. !Grande K!.

Lobo estepario:
Ud. bien lo dijo, hubo un proyecto, y lo hizo añicos el sector financiero. Le faltó agregar el sabotaje del socio presidencial, que con mayoría y cuorum propio no impulsó la modificación de la carta orgánica.
Ud. libra batallas culturales contra la nada, debería convencer primero a su compañero lupo.

Anónimo dijo...

Gracias Felix. Tu comentario dio pié a una replica de Rafa que completa de manera brillante su post original. Gracias Lobo
Carpintero.

dgalantz@yahoo.com.ar dijo...

Muy bueno el post y el blog en su totalidad
Te felicito