viernes, mayo 14, 2010

Otra vez Martínez



Hace pocos días Grecia se parecía a la Argentina de 2001, y ahora le toca a España. Claro que lo habitual es ver la similitud de las imágenes y de las recetas de ajuste, y no lo es tanto indagar en las raíces comunes del asunto. El presidente del INTI publicó aquí su opinión al respecto, muy alejada del mainstream y que vale la pena leer:


El origen del drama
por Enrique M. Martínez

Es muy importante entender las causas reales y profundas de la crisis griega y de la amenaza de extensión a España, Portugal e Irlanda. Estas situaciones se deben aprovechar para reflexionar. Se dice que las escenas griegas nos llevan al 2001 argentino. Es cierto. Pero no sólo por los ataques a ciudadanos desesperados e indefensos. O no sólo porque las recetas de ajuste y de salvataje sólo bancario aumentan la pendiente del tobogán y empujan hacia el agujero negro. Sino también –esencialmente– por el origen del drama.

Allá y aquí se eliminó la posibilidad de contar con independencia para fijar la paridad cambiaria. Acá con el uno a uno y allá con fijar el euro como moneda única. Esa medida nos convirtió –a nosotros entonces y a los griegos ahora– en provincias pobres y de menor productividad, de regiones ricas, que además debían soportar la presión de vender bienes al mundo, por parte de otros países poderosos fuera de esa región, como China.

El resultado fue inmediato. Déficit comerciales monstruosos, que se debieron cubrir buscando financiación, lo cual creó una espiral suicida donde ganaron los bancos y los especuladores.

Argentina devaluó en 2002, ordenó su administración macroeconómica a partir de 2003 de un modo ejemplar y negocia su deuda externa de manera hábil. Además cuenta con un menú de recursos naturales que en el actual contexto le genera con cierta facilidad excedentes comerciales internacionales de envergadura y queda menos expuesta a nuevas crisis.

Grecia, España o Portugal se alinearon como patio trasero de la UE. Proveedores de mano de obra más barata para ensamblar bienes con tecnología alemana o japonesa o norteamericana y esencialmente vendedores de turismo. Con esa acompañaban. Hasta se creían ricos, como los españoles cuando discriminaban inmigrantes. Cuando la especulación financiera global tuvo su periódica explosión de burbuja, el turismo es lo primero que se resintió, como siempre. Y allí van los tres países a aumentar su deuda pública, porque no tienen cómo pagar sus importaciones y los intereses de la deuda anterior. La raíz del problema no es financiera. Es de estructura productiva. Aquí y allá. Los financistas lucran con la crisis y la agravan. Pero en su origen, no son la causa. Aquí vamos zafando con las exportaciones primarias y una buena administración.

Allá están en una trampa mortal. Y aparecen las recomendaciones para no caer en la receta del ajuste. Por caso, Paul Krugman. Este economista, reciente Premio Nobel, ocupa el pícaro rol pseudoprogre, en que con inteligencia propone salidas que no afectan el fondo de las cosas, pero permitirían ir tirando. Eso rol lo ocupaba aquí Roberto Lavagna, hasta que le brotó la aspiración política. Krugman dice que Grecia debería salir del euro y devaluar, con lo que podría aumentar sus exportaciones y equilibrar las cargas tanto de finanzas como de trabajo. Lo que Krugman no dice es que si esas exportaciones aparecen –es muy probable que suceda– serán de filiales de corporaciones trasnacionales que usen mano de obra barata griega para ensamblado. Se calmarán las aguas, pero los griegos vivirán uniformemente peor. La crisis es tan profunda, tan reiterada, tan evidente en sus causas primeras que Krugman, Stiglitz, nuestros buenos economistas y tantos otros serios analistas, debieran ir animándose a construir encuadres teóricos que señalen el auténtico camino de salida, sin atajos ni espejismos. Ese compromiso no es otro que sostener que el mundo sólo será vivible con serenidad cuando cada pueblo disponga de la tecnología para producir con eficiencia la mayor parte de los bienes básicos que necesita consumir, sin tener que depender del comercio internacional más que como un complemento, menor en términos macroeconómicos. Si Grecia debe vender el alma de su gente, transformada en televisores o automóviles de marca alemana o china, para poder seguir andando; si ésa se considera la opción virtuosa al cruel ajuste recetado por el mundo miserable de las finanzas, si ése es el modelo, no tenemos futuro. Ni ellos ni nosotros.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Es respetable lo que plantea Martínez, pero me parece, por lo que estuve investigando en la red, que el déficit comercial griego es anterior a la época del abandono del dracma por el euro(2001). Más específicamente hay que situarlo en el ingreso de los helenos en la antigua Comunidad económica europea, el 1/1/81. Es cierto que a partir del 2001, el déficit en la balanza comienza una tendencia alcista hasta casi triplicarse un par de años después.

Lo importante que muestra esta crisis es que la construcción de la mentalidad europea va a llevar más tiempo de lo previsto, si es que alguna vez se alcanza ese fin. Digo esto porque cuando las cosas van bien son todos europeos, pero cuando las cosas van mal se atribuyen los problemas a las subunidades nacionales .

Un asunto secundario actualmente, aunque no así en el futuro, es saber como la crisis económica europea terminara repercutiendo en el sistema político de los países de la unión y redefiniendo o sepultando el clivaje derecha-izquierda. Digo esto no solo porque resulta irónico ver como las medidas de ajuste son encaradas por miembros de la internacional socialista - el movimiento panhelénico socialista (PASOK), cuyo presidente es primer ministro de Grecia y presidente de la internacional desde el 2006, y el partido socialista obrero español (PSOE)- sino porque son partidos que, casi bipolarmente, han pasado de ser la izquierda moderna y progresista a tomar medidas que podrían ser calificadas como de derecha, en menos de… 24 hs.

O sea, y pongo como ejemplo a España, el “bambi” Zapatero esta liquidado ya que tiene que tomar medidas que le corroen su base de sustento político, pero la alternativa bipartidista, encarnada en Rajoy, tampoco la tiene fácil, si consideramos que su partido esta envuelto en varios escándalos de corrupción relacionados a la burbuja hipotecaria y que el FMI esta pidiendo profundizar el ajuste y crear mas impuestos (vg. Elevar el IVA) ,lo que repercutiría en un futuro gobierno del PP.

Parece que al igual que los yanquees con los “teapartiers”, en Europa también habrá un recambio dirigencial.

De todas formas, la crisis no parece tan grave, ya que la noticia de hoy en España es la suspensión del juez Garzón, mientras que las consignas de izquierda a derecha de la pantalla es: “España no es Grecia”, que es la forma elegante de decir “coño, no nos confundan con esos parias”.

Buen sábado, Rafa. Martin SZ.

Abel B. dijo...

Rafa:
Tengo que decirte ahora - como creo que lo hice en una oportunidad anterior - que Enrique Martínez me parece un hombre cuyos ideales podemos compartir, pero cuyos planteos no nos sirven para construir.
Creo que en ese momento critiqué el hecho que el INTI, a pesar de todas las buenas intenciones desplegadas, no dejaba de ser en su accionar concreto un laboratorio de pruebas con costos reducidos para grandes empresas.
Puedo haber sido injusto: no soy un conocedor profundo del INTI hoy; quizá su trabajo de divulgación y creando conciencia compensa el hecho que su presupuesto no le permite ser un actor eficaz en el proceso productivo industrial, como lo es el INTA en el agrario. Repito: esa es mi evaluación honesta, pero puedo estar equivocado.

Lo que me parece evidente es que en esta nota Enrique Martínez está diciendo que los países no pueden desarrollarse ni dar bienestar a sus pueblos hasta que no logremos un sistema socialista-ecológico mundial. Si fuera cierto, sería una mala noticia para todos. A mí me parece una insigne pavada. También en esto puedo estar equivocado, pero el funcionario que dirige un instituto que debe apoyar a la industria debería demostrar mucho más sólidamente estas afirmaciones.
Por ahora me parecen los viejos postulados del Club de Roma con una salsa progre.

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En otro plano, las afirmaciones de Martín SZ sobre los orígenes de la crisis griega, y el clima político europeo, me parecen correctas.
Eso sí, el asunto recién empieza.

Un abrazo

PD: Como siempre, estoy atrasado en mis lecturas en la blogosfera. Por eso recién ahora te felicito por tu post anterios. Y coincido que Ramón Carrillo, Arturo Oñativia y Floreal Ferrara representan una trilogía que da significado a un nombre que la burocracia y los intereses han vaciado de sentido: la Salud Pública

parcass dijo...

Estimado Rafa:

1.Si, este nato del INTI se olvida de la fenomenal produccion de pobreza que genero el duo Remes-Lavagna.
Y que la dueda argentina practicamente no se pago.


2.Tambien se ve que no tiene la mas palida idea de que economia tiene Espana(7 ma. economia del mundo,creo).

3.Y aca creo que se plantea un poco algo que discutiamos con Ud no hace mucho:es viable una union economica entre gobiernos de distinta indole,que por lo tanto tiene programas y objetivos politicos distintos?.Para mi no.

Dije algo parecido en lo de Abel,dos veces creo y tiraron por la ventana, bueno no,casi.

Coincido totalmente con SZ.
Cordiales Saludos
AB

Rafa dijo...

Martín:
Muy acertado tu comentario. Creo que lo que decís del déficit comercial griego avala que hay un problema de raíz en la constitución de la unidad europea y la adopción de la moneda única, sobre todo por parte de sus miembros más débiles.

Estoy de acuerdo con vos sobre lo difícil del logro de la mentalidad europea y yo también dudo que alguna vez se alcance. Igualmente creo que la cosa va más allá de un problema de mentalidad, ya que hay problemas estructurales que se agudizan con la crisis y ejercen un efecto centrífugo.

Sobre el futuro del eje antagónico izquierda-derecha en Europa tengo una visión bastante escéptica. Creo que puede seguir habiendo diferencias en temas como los de inmigración, pero no en las medidas económicas y de ajuste. Es muy probable que se dé el recambio dirigencial que vos decís, pero al igual que lo que está asomando en USA no veo un panorama alentador. España no es una excepción y más allá de su orgullo nacional hay que ver cómo aguanta este cimbronazo.

Gracias y un abrazo.

Florencio F. Boglione dijo...

Lo que dice Martinez, es un planteo que comparto, puede sonar ingenuo pero esta claro que la crisis es sistémica, la actual etapa de desarrollo no solo no resuelve los problemas de desigualdad, ademas se enfrenta con el agotamiento de sus fuentes de energía y genera posibles escenarios de catástrofes medio ambientales. El "crecimiento sin fin" no es sustentable en el tiempo, sin generar "ajustes" drásticos, quizás tengamos suerte y no nos toquen vivirlos en carne propia.

Saludos Cordiales.

Anónimo dijo...

Es que el problema de raíz en la constitución de la unidad europea estriba en que esta confederación (muy imperfecta) de estados parece estar alcanzando, por lo menos en la modalidad actual, un límite político preciso. A pesar de la creación de burocracia en Bruselas , y de interminables reuniones de ministros a lo largo de los años, sigue siendo no mucho mas –aunque no es poco- que el viejo mercado común europeo del siglo anterior, pero con moneda propia.

Incluso con la aprobación del tratado de Lisboa – entro en vigencia el año pasado- se crea una política de seguridad, defensa y exterior común, pero no una económica central, mas allá de la institucionalización en el tratado del BCE. El pacto, en lo referente a las políticas económicas de la UE, solo dice que los estados miembros “las coordinaran en el seno de la unión”.

En lo referente a la mentalidad europea, la UE no tiene una liturgia que sirva para identificarse, ni un destino común del que se sientan participes todos sus ciudadanos. Su construcción no es un fin para los europeos del s. XXI - como si lo fue, por ejemplo, para nuestros antepasados de fines del XIX la construcción de nuestro estado-, sino un medio del siglo XX usado por cada país para agrandar, fortalecer y extender su mercado interno y constituir un estado social o de bienestar. Es este el único programa común europeo. Exitoso, pero quizás esta llegando al fin de sus posibilidades.

Acá entra lo del recambio dirigencial: Zapatero (1960) o Sarkozy(1955)- para dar dos ejemplos- son políticos nacidos durante la segunda posguerra cuyo marco conceptual toma como centro al estado de bienestar nacional, constituyendo la derecha o la izquierda nada mas que la intensidad con que ese fin se realiza( Por eso, entre otras razones, en la Argentina no hay, mas allá de las nominaciones, centro-derecha o centro-izquierda, porque el centro -Estado de Bienestar- no existe). Ahora bien, y sin entrar en juicios de valor sobre las bondades de esa formación estatal, si para salvar a los países, los dirigentes de izquierda a derecha prometen ajustes destructores del estado social, entonces esa diferenciación deviene fútil y ellos, innecesarios. Dirían los yanquees: están un lugar inadecuado en un momento inoportuno.

Igual, y no quiero aburrir, mi intuición –seguramente equivocada- es que si los problemas no llegan a Francia( creció un 0.1% el primer trimestre de 2010) el temporal del euro es superable, aunque algún país quede sumergido en la marea. Caso contrario, si la borrasca se posa sobre Champs-Élysées y la suerte del principal socio comercial y político de Alemania se pone negra, la crisis quizás transmute rápidamente de económica-nacional a política-europea.

Una sola cosa mas: a los lituanos, que son los próximos a incorporarse a la zona Euro posiblemente en enero de 2011, les dedico la frase de bienvenida de un famoso conde transilvano a su abogado británico: ¡entre con libertad y por su propia voluntad! […] ¡Bienvenido a mi casa. Venga libremente, váyase a salvo, y deje algo de la alegría que trae consigo!

Saludos, Rafa, y cualquier cosa, borre. Martin SZ.

P.D.: por su intermedio, Rafa, le quiero agradecer a Abel que me haya honrado con la publicación de mi comentario en forma de post en su blog.

Rafa dijo...

(Con las habituales disculpas por la demora)
Abel:
No creo que cuadre ponerse a discutir acá sobre Martínez. Además, una cosa son sus ideas y otra la función que cumple. En cuanto a esto último, él es un funcionario subordinado al ministerio de Industria y Turismo (Giorgi), así que la responsabilidad por sus acciones hay que buscarla por ahí. No estoy muy al tanto de las actividades del INTI pero te puedo mencionar, aparte del asesoramiento a empresas, que se encarga de la certificación de los surtidores de combustible de todo el país. O que también realiza análisis de calidad de productos de consumo masivo y los da a publicidad. Son ejemplos que tengo presentes de acciones de interés público por parte del INTI.

Sobre sus ideas, no creo que él acá proponga un "sistema ecológico-socialista mundial". Me parece que apunta más a la necesidad de desarrollo e integración interna de las economías nacionales de los países más débiles, previo a una unificación continental con socios más poderosos.

Te transmito el agradecimiento de Martín por levantar su comentario en un post tuyo. ¡Qué buen feedback!

Gracias por tus felicitaciones y por compartir lo de Ferrara. Un gran abrazo.

Rafa dijo...

Don Parcass-AB:
Le recomiendo que lea de nuevo el post. El "ñato" del INTI no dice nada a favor de Lavagna (más bien lo contrario) ni tampoco sobre el pago o no pago de la deuda.

Que España sea la 7ª economía del mundo no significa que sea sólida. Ya hace rato que tiene una desocupación del 20%. Y una estructura económica basada en el turismo, los servicios, la especulación inmobiliaria y no mucho más, la veo sumamente vulnerable en crisis como ésta. Italia, con todos sus problemas y una deuda pública mayor que la de España, está mejor parada gracias a una estructura económica más sólida.

Lo de la unión económica entre países muy disímiles no es sin duda algo sencillo (Ud. habla de los gobiernos, creo que la cosa va más allá). Por lo que estuve leyendo, en Europa se priorizaron (quizá con demasiado apuro) los objetivos de política fiscal y la unificación monetaria, y ahí está parte del origen del problema.

Sobre el comentario de Martín, estamos de acuerdo.

Un saludo cordial.

Rafa dijo...

Florencio:
Coincido con vos en tu descripción y que la crisis de fondo es sistémica. De todos modos, ahora se están intentando soluciones financieras a la crisis actual y como leí en algún lado, las medidas financieras sólo sirven para ganar tiempo. Las actuales, quién sabe hasta cuándo.

Por tu comentario creo que te va a interesar el material de los debates que se están haciendo ahora en el INTI, por ejemplo el primero trató justamente sobre crecimiento, sustentabilidad, etc. Te dejo el link.

Gracias y saludos cordiales.

PD para Abel por si pasa por acá: la similitud del trabajo de Martínez con lo del Club de Roma ya la había pensado yo, lo de la "salsa progre" lo agregás vos! De todos modos creo que está encarado con seriedad y vale la pena prestarle atención.

Rafa dijo...

Martín:
Excelente tu 2º comentario y vale para varios posts como el que te dedicó Abel, para cuándo tu propio blog!!??

Lo que decís sobre los dirigentes europeos de izquierda y derecha lo comparto totalmente. Y acá tenés noticias frescas: Francia e Italia se suman al ajuste (también anunció algo Merkel en Alemania).

De paso agrego que hace pocos años un conocido anduvo por España y Portugal y me contaba cómo volvían a florecer los viejos pueblos de pescadores de las costas lusitana y gallega, gracias a la $$$ puesta por la UE. Ahora eso hay que pagarlo.

Gracias de nuevo. Otro abrazo.

oti dijo...

"Ese compromiso no es otro que sostener que el mundo sólo será vivible con serenidad cuando cada pueblo disponga de la tecnología para producir con eficiencia la mayor parte de los bienes básicos que necesita consumir, sin tener que depender del comercio internacional más que como un complemento, menor en términos macroeconómicos."

Esto es lo sustancial. Implica, como es obvio, un cambio radical en las concepciones globalistas.

Abel B. dijo...

El comentario de Oti me parece oportuno, porque con esa cita de Martínez enfoca con claridad el planteo que a mí me pareció (lamento la descortesía; es el estilo informal que uso con amigos como vos) "una insigne pavada".

Por otro lado, creo que Oti se queda muy corto en su observación "Implica un cambio radical en las concepciones globalistas" Necesitaría un cambio muy profundo en la realidad de todos los países Ahora ¿tenemos claro cómo serían esos cambios y estamos dispuestos a aceptarlos? Pol Pot parecería un socialdemócrata moderado.

Igual, ya me comprometí a discutir esto en mi blog.

Un abrazo

Rafa dijo...

Oti:
En ese párrafo está una de las claves de lo que hay que pensar para el futuro. De todos modos creo que ahí Martínez plantea un objetivo de máxima que para muchas unidades nacionales (consideradas por separado) puede ser poco realista. La integración a niveles regional y continental entre países de un grado de desarrollo similar es un objetivo atendible. Lo que sí, creo que la crisis europea enseña que esa integración no debe servir para la especulación financiera o para eternizar relaciones desiguales entre sus miembros más fuertes y los más débiles. Y que tampoco se deben priorizar los objetivos fiscales o monetarios a las soluciones de los problemas estructurales de las economías nacionales.

Gracias, un abrazo.

Rafa dijo...

Abel:
Podés usar y abusar de la descortesía y la informalidad, estás en tu casa!! No creo que sea realista pensar en cambios radicales de inmediato, pero sí en que hay que ir repensando las "concepciones globalistas". Algo de lo que pienso lo puse en la respuesta a Oti y estoy por sacar otro post al respecto.

Un abrazo.

Eduardo Collado dijo...

Muchísimas gracias por la info, muy interesante

Florencio F. Boglione dijo...

Rafa: gracias por el link del Inti, parece interesantes los debates.
Saludos Cordiales.

oti dijo...

Lo que dice Martínez en el párrafo transcripto implica que los países no deben basar su producción en lo que les sale "barato" producir. Esto es contrario a la concepción globlista que promueve la deslocalización de la producción hacia regiones cada vez más baratas en mano de obra. Lo último más barato que quede quizá sea África, pero, confío, la globalización se desintegrará antes de que usen a África.

Otra cosa que implica lo que Martínez dice es que habrá países que necesitarán cambiar materias primas por tecnología, pero no para hacer negocios proexportadores sino para satisfacer las necesidades de cada pueblo nacional.

Por ej., los chinos deberán adquirir tecnología alemana y americana no para seguir exportando barato a Occidente, sino para desarrollarse como país, desarrollar a su pueblo, a sus campesinos, su infraestructura, sus ciudades interiores, lejos de la costa.

Para Argentina es lo mismo. Argentina necesita FF.CC de alta tecnología. Puede hacer convenios con Alemania para eso. Necesitamos mejorar mucha infraestructura, maquinaria para la industria, etc. Pero no con la idea de convertirnos en una plataforma proexportadora, sino con la de mejorar las características sociodemográficas de nuestra población, crear ciudades, mejorar los medios de transporte públicos, la provisión de energía, la infraestructura escolar, sanitaria, etc.

Creo que esas son las ideas que valen la pena, sobre todo hoy, cuando la globalización ya está siendo historia (de la mala).

Rafa dijo...

Eduardo:
Muchísimas gracias a vos por tu comentario y felicitaciones por tu excelente sitio web.

Florencio:
Gracias a vos y me alegro de que lo del INTI te haya interesado.

Oti:
Gracias por tu excelente comentario, que comparto totalmente.

Saludos cordiales para todos.