martes, agosto 17, 2010

San Martín, político


Hace rato que tengo la impresión de que la inmensa gloria militar de José de San Martín ha tenido el efecto colateral (no buscado, ¿o quizás sí?) de ocultar sus facetas de político y estadista, cuyos fines últimos no eran los de triunfar en la guerra contra los españoles y luego disfrutar de la gloria conquistada, sino muy distintos. Como demostración, vaya este fragmento del historiador José Luis Busaniche referido a la campaña libertadora al Perú (junio de 1821):


"Al tiempo que fracasaba la conferencia de Punchauca, quedaba roto el armisticio de Bolívar con los españoles y la guerra se encendía nuevamente en el Norte. Lima es abandonada por los realistas, hecho que San Martín esperaba se produjera en la rada del Callao. Allí fue visitado por el capitán [Basil] Hall a quien le dijo:

"La gente se pregunta por qué no marcho sobre Lima al momento. Lo podría hacer e instantáneamente lo haría si así conviniese a mis designios; pero no conviene. No busco gloria militar, no ambiciono el título de conquistador del Perú; quiero solamente librarlo de la opresión. ¿De qué me serviría Lima, si sus habitantes fueran hostiles en opinión pública? ¿Cómo podría progresar la causa independiente si yo tomase Lima militarmente y aún el país entero?"

"... Muy diferentes son mis designios. Quiero que todos los hombres piensen como yo y no dar un solo paso más allá de la marcha progresiva de la opinión pública;
estando ahora la capital madura para manifestar sus sentimientos, le daré oportunidad de hacerlo sin riesgo. En la expectativa segura de este momento, he retardado hasta ahora mi avance; y para quienes conozcan toda la amplitud de medios de que dispongo, aparecerá la explicación suficiente de todas las dilaciones que han tenido lugar."

"He estado ciertamente ganando, día a día, nuevos aliados en los corazones del pueblo. En el punto secundario de la fuerza militar, he sido por las mismas causas igualmente feliz, aumentando y mejorando el ejército libertador, mientras el realista ha sido debilitado por la escasez y la deserción. El país ahora se ha dado cuenta de su propio interés, y es razonable que los habitantes tengan los medios de expresar lo que piensan. La opinión pública es máquina recién introducida en este país; los españoles, incapaces de dirigirla, han prohibido su uso; pero ahora experimentarán su fuerza e importancia"
.

Y en otro momento le dice al mismo Hall:

"Todo mi deseo es que este país se maneje por sí mismo y solamente por sí mismo. En cuanto a la manera en que ha de gobernarse, no me concierne en absoluto. Me propongo únicamente dar al pueblo los medios de declararse independiente estableciendo una forma de gobierno adecuada y, verificado esto, consideraré haber hecho bastante y me alejaré."

J.L. Busaniche, Colección Los Hombres de la Historia, Nº 21, San Martín. Centro Editor de América Latina - Página/12.

(Nota: será una soberana pavada que se me ocurre a mí, pero en el texto de San Martín yo vislumbro un concepto gramsciano de hegemonía, un siglo antes de Gramsci).


El 12 de julio de 1821, San Martín ingresó triunfalmente en Lima y se hizo cargo del gobierno con el título de Protector del Perú, proclamando la independencia del país el 28 de julio. En ejercicio del cargo tomó medidas como ésta que sigue. ¡Salud, Libertador!


Decreto aboliendo el tributo que pagaban los indios, reconociéndolos a estos como hijos y ciudadanos del Perú (Lima, 27 de agosto de 1821).


Publicado en la Gazeta del Perú y dado a conocer por bando ese mismo día.

"Ciudadanos peruanos:

Después que la razón y justicia han recobrado sus derechos en el Perú, sería un crimen consentir que los aborígenes permaneciesen sumidos en la degradación moral a que los tenía reducidos el gobierno español, y continuasen pagando la vergonzosa exacción que con el nombre de tributo fue impuesto por la tiranía como signo de señorío. Por tanto, declaro:

(...) 4º En adelante no se denominarán los aborígenes, indios o naturales: ellos son hijos y ciudadanos del Perú, y con el nombre de peruanos deben ser conocidos (...)"

En Senado de la Nación, Biblioteca de Mayo. Colección de obras y documentos para la Historia argentina, t. XVII, 2a. parte, Buenos Aires, 1963, p. 27.

Documentos para la Historia Argentina. Colegio Nacional de Buenos Aires - Página/12, Fascículo Nº 6, Buenos Aires, 1999, p. 46.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero la historia muestra que después no actuó en conecuencia a esa hegemonía que planteás, o si?

Saludos,
David

Rafa dijo...

David:
Sin duda que San Martín no actuó buscando una hegemonía para su poder personal sino para la causa independentista. El partido realista era muy fuerte en el Perú, no sólo en lo militar sino también en lo político. Evidentemente, tras la entrevista de Guayaquil, la actitud de Bolívar y su propia situación interna lo convencieron de retirarse de la escena.

Gracias por tu comentario. Muchos saludos.

Anónimo dijo...

Es que fue un personaje enorme. El es el que imprime el cambio de estrategia fracasada de llegar a Lima a través del Alto Perú por el cruce de los Andes, y para eso teje las alianzas con Güemes y su “guerra de recursos” como retaguardia. Además, tiene una importancia fundamental en las sesiones del Congreso de Tucumán.

Hay gente que sostiene que su objetivo era influir en la realidad de España, provocando una reforma liberal del viejo imperio español.

Aparte, como Ud. bien señala, era, creo yo, conjuntamente con Alvear, el mejor militar de Sudamérica, y quizás realzar esa condición era una forma de rescatar a un personaje que todavía seguía siendo polémico en el siglo XIX (Alberdi, por mencionar un nombre importantísimo, no lo trata muy bien en “Pequeños y Grandes Hombres del Plata”).

En fin, conjuntamente con Rosas, Sarmiento y Roca (los cuatro por diferentes razones) uno de los argentinos mas importantes de ese siglo, sino el mas importante.

Saludos, Rafa. Martin SZ

Anónimo dijo...

Rafa, hoy leía en el libro de Patricia Pasquali sobre San Martín.
Me hizo pensar qué hubiera dicho un Pino en esos tiempos...

Cita Pasquali, hablando de la libertad de vientres :

Se comenzó por establecer una medida ya clásica en los Estados hispanoamericanos emancipados, como era la "libertad de vientres" a partir del día de declaración de la independencia, a la que el protector fundamentaba así: "Una porción numerosa de nuestra especie ha sido hasta hoy mirada como un efecto permutable y sujeto a los cálculos de un tráfico criminal: los hombres han comprado a los hombres [...] Yo no trato sin embargo de atacar de un golpe este antiguo abuso: es preciso que el tiempo mismo que lo ha sancionado lo destruya. Yo sería responsable a mi conciencia pública y a mis sentimientos privados si no preparase para lo sucesivo esta piadosa reforma conciliando por ahora el interés de los propietarios con el voto de la razón y de la naturaleza"

Un saludo.

parcass dijo...

Estimado Rafa:

La historia de San Martin ha sido silenciada por mas de un siglo.
La oligarquia politica lo convirtio en una pieza de museo.
Lo mismo paso con Sarmiento,tambien con Alberdi.

Una de las pocas cosas que se puede rescartar del '83 para aca es que las ideas de estos hombres se divulguen y se discutan(con sus errores y contradicciones.)

Muy buen post.

Cordiales Saludos.
AB

Rafa dijo...

Martín:
Sin duda que fue un personaje enorme, y al marchar al Perú se jugó su carrera: los directoriales (que le habían ordenado que volviera para combatir a los federales) lo querían juzgar por desobediencia. Muy oportuna tu mención del libro de Alberdi: JBA le cuestiona a San Martín que por su plan se terminaron perdiendo para Argentina las provincias del Alto Perú (actual Bolivia). Pero es un tema debatible: las primeras expediciones que mandó Buenos Aires al Alto Perú hicieron bastante para ganarse la enemistad de la gente del lugar.

Creo que tiene bastante fundamento la idea de que San Martín pretendía influir en la política española, su actuación en el Perú y sus esfuerzos para llegar a acuerdos basados en la Constitución liberal española de 1812 lo demuestran.

Estoy por sacar otro post sobre la construcción de la figura histórica de San Martín. Alberdi tiende a "bajarle el precio" a sus glorias militares, y en "El Crimen de la Guerra" plantea que el máximo prócer nacional debería ser un civil. Pero por otro lado los defiende a él y a Belgrano por sus posturas monárquicas de 1816, diciendo que eso era totalmente razonable en ese momento histórico.

Gracias y un abrazo.