domingo, abril 03, 2011

Malvinas



El aniversario de la invasión argentina en 1982 a las Islas Malvinas me llevó a desempolvar algunas notas que aparecieron en medios anglosajones el año pasado, luego de la Cumbre de América Latina y el Caribe en la que el Gobierno argentino logró un apoyo unánime a su reclamo a Gran Bretaña sobre la soberanía de las Islas.

Lo llamativo de esos artículos era que mostraban la fuerte repercusión que había tenido la acción diplomática argentina. Primero fue esta nota de Grace Livingstone en The Guardian, "Es tiempo de hablar de las Malvinas". Tras una reseña histórica que no omite los argumentos favorables a la posición argentina, la autora termina así (traducción propia):

"(...) Esta semana las 32 naciones de América Latina respaldaron unánimemente a Argentina en la reciente disputa sobre el petróleo, porque para la mayoría de las naciones en desarrollo éste es simplemente un asunto de colonialismo. Gran Bretaña puede no haber colonizado formalmente gran parte de América Latina, pero siendo la potencia mundial predominante en el siglo XIX, sus banqueros y comerciantes tenían un dominio total sobre las economías de las nuevas naciones. En 1824, George Canning escribió sobre la independencia de América Latina: "La América Española es libre, y si no manejamos mal nuestros asuntos, será inglesa."

Para una potencia colonial del siglo XIX, las Malvinas ofrecían no solamente oportunidades de pesca y de caza de ballenas, sino también un puerto estratégico en el Atlántico, una base desde la cual eliminar la piratería o vigilar el comercio de las potencias rivales, y un puesto avanzado clave en la ruta al Pacífico y el Antártico.

Hoy el territorio mantiene un valor estratégico similar y tiene la bonificación agregada del petróleo. Gran Bretaña y Argentina han sido conscientes por décadas de los yacimientos de hidrocarburos alrededor de las Malvinas, y los desacuerdos diplomáticos acerca de la exploración petrolera anteceden a la guerra de Malvinas en 1982.

¿No será el momento para que Gran Bretaña deje de comportarse como una potencia colonial del siglo XIX, y atienda el llamamiento de las Naciones Unidas para discutir la cuestión de la soberanía con Argentina?"


Otro artículo que me llamó la atención salió en Newsweek unos días después del anterior. Su autora, Molly O' Toole y su título original aproximado "La nueva guerra de las Malvinas - Por qué Gran Bretaña será derrotada esta vez por Argentina (o debería)". Una parte de la nota puede leerse traducida en este sitio, y algo de lo que sigue viene acá:

"(...) Mientras tanto, entre todos los actores, la presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner está pareciendo la Dama de Hierro de este drama. Antes de esta disputa, Kirchner estaba perdiendo popularidad debido al estancamiento económico. Ahora ha recibido realmente una carta brava —por parte de la misma Gran Bretaña. Alrededor del 80% de los compatriotas de Kirchner creen que las islas son parte de Argentina, así que ella está impulsando con fuerza el tema. En febrero [de 2010], Argentina respondió a los planes británicos de perforación deteniendo un barco que según Buenos Aires estaba transportando equipos para sus nuevas exploraciones petroleras, y anunciando que todo buque que cruzara las aguas territoriales argentinas debía obtener un permiso.

Gran Bretaña rechazó el decreto, pero Kirchner está ganando aliados. Hace dos semanas ella aprovechó un encuentro del Grupo de Rio de 32 países de América Latina y el Caribe para lograr un apoyo unánime para su posición, incluido el de Chile, que había apoyado secretamente al Reino Unido en la disputa de 1982. (...)

El gobierno de Brown [Gordon, ex primer ministro inglés] declaró que Gran Bretaña mantendría sus fuerzas de tierra, aire y mar como disuasoras para proteger tanto sus flota comercial como las Malvinas, donde todavía está instalada una fuerza activa de más de 1,000 soldados británicos. Pero la permanente protección brindada a las aisladas Malvinas, sin mencionar el costo de aprovisionarlas, ha sido por décadas un factor de ineficiencia económica para el Reino Unido. Allá por 1980, el parlamentario inglés Nicholas Ridley, un ministro de Estado conservador, propuso un plan para entregarle la propiedad de las islas a Argentina, que luego arrendaría los territorios a Gran Bretaña, permitiendo a sus 3100 habitantes seguir siendo ciudadanos británicos pero otorgando a Argentina algunos de los beneficios de la soberanía. La propuesta de Ridley fue abucheada en la Cámara de los Comunes. Pero ahora, el apoyo al gasto de dinero en las islas es escaso entre los británicos, al menos comparado con 1982. Un editorial reciente del Guardian urgió al gobierno para que reconsidere el plan de Ridley, argumentando que las Malvinas no pueden seguir siendo más la "costosa molestia" del Reino Unido, porque "el mundo va a insistir con el asunto."

En verdad, el mundo ha recorrido un largo camino desde la última guerra de Gran Bretaña por las islas. La democracia se ha extendido por toda América Latina, y muchas de las tensiones tradicionales entre países del continente se han suavizado, permitiendo una mayor cooperación regional e integración económica. El valor potencial para el Reino Unido de los yacimientos de petróleo de Malvinas es obvio en un momento en que sus reservas del Mar del Norte se están agotando. Pero no se puede saber cuánto petróleo hay realmente allí hasta que comience la exploración, haciendo de ésta una propuesta de negocios extraordinariamente riesgosa. Las buenas relaciones con el bloque comercial emergente de América Latina, conducido por Brasil, pueden ser más valiosas en el largo plazo, así que Gran Bretaña sería inteligente en aceptar ofertas de mediación. Después de todo, la creciente interdependencia de los intereses latinoamericanos le ha permitido a Kirchner lograr un frente unificado para su guerra diplomática con el Reino Unido, lo que a su vez ha asegurado un nivel de legitimidad para el continente, que Gran Bretaña y el resto del mundo no deberían —y no pueden— seguir ignorando."


Se podría actualizar la información contenida en estas notas, por ejemplo con el dato de que la situación financiera actual de Gran Bretaña no es más alentadora que la de hace un año. O que la exploración petrolera en Malvinas no parece estar dando muy buenos resultados. De todos modos, creo que lo más notable de los artículos es la relevancia otorgada a la acción diplomática argentina y las opiniones sobre la conveniencia para los británicos de rever su oposición a las negociaciones de soberanía. Algo que probablemente los argentinos no podamos leer en Clarín o en La Nación.


P.S.: El autor de este blog me atribuye un "cándido optimismo" en este post. No creo haber insinuado en ningún momento que el señor David Cameron vaya a venir con la cabeza gacha a entregarnos la llave de la gobernación de Malvinas. Sí creo que el único camino para una eventual recuperación de las islas en el futuro pasa por la presión diplomática, y sobre todo por el fortalecimiento del bloque regional y la solidaridad de nuestros vecinos en el reclamo. Desde ya, no veo grandes cambios en el panorama actual a corto o mediano plazo, y lo que más me interesaba acá era mostrar miradas anglosajonas bastante más favorables a la posición argentina que la que muestran ciertos medios locales. Así que ese "cándido optimismo" que se me atribuye es bastante relativo. Sobre todo, cuando lo dice alguien que como respuesta postea un artículo que (más allá de algunos señalamientos correctos) postula levantar "una política obrera independiente del gobierno que facilite la disputa de los trabajadores por la conducción política y militar del conflicto". Que me disculpe, pero yo de eso no fumo.

2 comentarios:

Julio-Debate Popular dijo...

Me parece que con esos artículos esta claro. Ellos no defienden nada de Malvinas. No tienen ningún sentido de pertenencia de ninguna persona,incluyendo,los mismos habitantes de Malvinas. Lo ven como una oportunidad para negociar,tanto en las islas como en futuras negociaciones con la parte sur del continente.
Obviamente esta viendo que América del sur y si se puede decir latina se esta siendo fuerte y su conflicto con Argentina por las islas puede perjudicar su posición y la posición de sus aliados en el mundo que también comparten su posición de colonialismo por su condición de aliado.

Rafa dijo...

Julio:
Por supuesto que los ingleses no tienen ningún sentimiento de pertenencia hacia Malvinas, aunque seguramente hay una variedad de opiniones entre los que las quieren mantener como enclave colonial a toda costa y los que tienen más voluntad de negociar.

Creo que lo mejor para Argentina pasa por fortalecer el bloque regional del Sur y de América Latina en general (además de presionar permanentemente en los organismos internacionales). Si nuestra región adquiere un peso más relevante a escala mundial tanto en lo político como en lo económico, llegará un momento en que los británicos entenderán que les conviene más negociar que permanecer en su posición actual.

Gracias por tu comentario. Un saludo cordial.