
Se cumplieron 201 años del nacimiento de
Juan Bautista Alberdi y creo que es un buen momento para homenajearlo. Desde ya, no me refiero al Alberdi parcializado (o mutilado) usado como ícono por
cierto liberalismo, sino al observador lúcido y crítico certero de los problemas nacionales y americanos (al que me dediqué
aquí y
acá, por ejemplo).
El título del post está inspirado por
una conferencia de
Alberto Methol Ferré,
"De la Separación a la Integración - Alberdi, Perón y el nuevo ABC", dictada en La Plata en 2004 y en la que Methol establece una continuidad entre el pensamiento integrador del ilustre tucumano y la concepción y el accionar del mayor líder popular argentino del siglo XX. Aquí van algunos fragmentos:
La pregunta"Un doble movimiento, sucesivo, preside nuestra historia latinoamericana desde la Independencia de la mayoría de nuestros países en la segunda y tercera década del siglo XIX.
Primero un movimiento de Separación de nuestras repúblicas entre sí, un aislacionismo vuelto normalidad y una cuasi exclusividad de nuestras relaciones con Europa y Estados Unidos. Luego, desde las décadas del '60 y '90 de la segunda mitad del siglo XX, viene un movimiento creciente de Integración de nuestros países con diversas agrupaciones.
Dos movimientos sucesivos, inversos. Que caminan al revés el uno del otro. Y abrimos ahora el siglo XXI reafirmando la Integración. Hasta la primera mitad del siglo XX dominó totalmente la Separación, el cada uno en su casa. Ahora domina la preocupación por la Integración.(...)
Quizá la Integración nos remite a una re-integración a nivel histórico más alto y más íntimo de nuestro punto de partida americano en el Imperio Hispánico que había culminado su primera unidad entre 1580 y 1640. O en el designio de los Libertadores Bolívar, San Martín, Artigas, Lucas Alamán, que vivieron la necesidad de la Integración, y ¿sintieron la Separación como un fracaso? ¿Retomamos, re-nacemos una historia nuestra perdida? ¿Nos integramos por una más real y adecuada Independencia?
Alberdi, en su discurso de 1837 en el Salón Literario, se preguntaba en relación a la Independencia de las separaciones:
“Pero, señores, no pudiéramos saber por qué y para qué estamos en este movimiento: porque estoy creído que mal nos será dado caminar si no sabemos de dónde venimos y a dónde vamos. Aquí tenéis nuestra revolución en presencia de la filosofía, que la detiene con su eterno por qué y para qué.”(...)
Tomemos entonces un buen guía: Juan Bautista Alberdi. El mejor guía. Desde su planteo inicial encontraremos las raíces de nuestras respuestas de hoy para el Mercosur o la Unión Sudamericana en marcha. Alberdi será el primer lazarillo de nuestro itinerario ¿Quién mejor? Se planteó las bases de un destino separado, y la necesidad de un destino Integrado.
De Alberdi(...) Alberdi, cuyo pensamiento fue siempre desde y para la Argentina separada, no perdió nunca de vista su ligazón con América Latina, y menos aún con América del Sur. De esto queda el testimonio notable de su tesis de graduación universitaria
“Memorias sobre la Conveniencia y Objeto de un Congreso General Americano” (1844). Desde la Separación, Alberdi no perdió de vista la Integración. La Memoria era en momentos que el presidente chileno Bulnes convocaba a un Congreso General de Plenipotenciarios americanos, al que ya habían adherido Brasil, la Confederación Argentina de Rosas, Perú, Bolivia, Ecuador, Nueva Granada, México. Se trataba para Alberdi de un programa de una futura existencia continental, un orden y asociación continental. Era ante todo una lucha contra la pobreza, la despoblación y el atraso de nuestros países, de los desiertos sin ruta, de la recomposición geográfica, de la unión comercial, uniformidad de la moneda, de política bancaria y crédito público, reválida de títulos universitarios, programas de colonización, etc. Alberdi se inspiraba en el
Zollverein alemán, que fue la base en el siglo XIX de la creación unificada de Alemania. Pero la asamblea convocada no se realizó. Los Congresos hispanoamericanos terminaron su itinerario, luego del de Bolívar en 1826, con el de Lima (1847), Santiago de Chile (1856) y Lima (1864). No se reunieron más, y a fines del siglo XIX (1889) comenzaron a ser Panamericanos, con la hegemonía naciente de los Estados Unidos. Alberdi, en 1844, no quería que se invitara ni a Brasil ni a los Estados Unidos a participar en la Unión hispanoamericana. En 1880, Alberdi todavía pensaba posibles uniones parciales, bloques de países. Siempre añoró la unión de la América del Sud.(...)
El programa integrador de Alberdi no fue asumido. Sólo fragmentos se pusieron luego en marcha. Uno de los más importantes ha sido el económico social que, en nueva dinámica, impulsó al abrirse la segunda mitad del siglo XX, la CEPAL de Raúl Prebisch. Pero lo más esencial será retomado desde la modificación estratégica sustancial que señalará “el Nuevo ABC” del presidente argentino Perón, en 1951.
A Perón, el Nuevo ABCAlberdi, tan cercano a las luchas por la Emancipación, mantuvo siempre una atención geopolítica al conjunto de América Latina. El corto e intenso tiempo de la Emancipación fue una tensión incesante entre Separación e Integración. Venció la Separación. Fue un proceso creciente e inexorable desde la segunda mitad del siglo XIX, ensimismado cada vez más en historias “nacionales” aparte. Luego de la Guerra de la Triple Alianza y del Pacífico, la Separación se asentó definitivamente. Sólo importaban las cuestiones de cada uno en su casa. Europa y Estados Unidos se hicieron vecinos de ultramar y nuestros vecinos latinoamericanos cayeron en el olvido. Solo los “raros” podían entretenerse con cuestiones latinoamericanas.
La primera mitad del siglo XX fue el apogeo de la Separación, de la alienación europeísta y de la hegemonía norteamericana, objetivada en Chapultepec y la OEA. Pero esto no significa que la Integración muriera. Por el contrario, había ido retomando paulatina fuerza desde la generación latinoamericana del 900, hasta culminar en la propuesta del Nuevo ABC de Perón en 1951. Esto marcará el regreso definitivo de la Integración como política central latinoamericana. Pero la recreación de Alberdi y su designio de desarrollo, vendría no de la exclusión de Brasil, sino por lo contrario: por hacer de la Integración de Argentina y Brasil el corazón y la base de la Integración latinoamericana.
Veremos sucintamente el renacimiento de la Integración en el siglo XX, que domina en esta apertura del siglo XXI con el Mercosur y la Comunidad Andina poniendo el escalón de una zona de libre comercio, para alcanzar la Unión Sudamericana. Vuelve más poderosa de sus crisis, la dinámica de la Integración.(...)
En 1951 Perón retoma el ABC en otras condiciones históricas, ya no sólo de agropecuarios sino en lucha por construir la sociedad industrial. Así la Integración se vuelve necesaria para constituir un mercado común de escala suficiente para las industrializaciones de Argentina, Chile y Brasil.
El mismo Perón resume así lo medular de su enfoque en un artículo firmado por Descartes en el diario Democracia el 20 de diciembre de 1951, hecha ya su propuesta de Nuevo ABC al Brasil de Vargas y al Chile de Ibáñez. Y que se titula
“Confederaciones Continentales”. Lo más esencial dice así:
"Varios estudiosos del siglo XIX ya habían predicho que al siglo de la formación de las nacionalidades, como se llamó a este, debía seguir el de las Confederaciones Continentales."
"América del Sur, moderno continente latino, está y estará cada día más en peligro. Sin embargo, no ha pronunciado aún su palabra de orden para unirse.""La unidad comienza por la unión y ésta por la unificación de un núcleo básico de aglutinación."
"El futuro mediato e inmediato, en un mundo altamente influido por el factor económico, impone la contemplación preferencial de este factor. Ninguna nación o grupo de naciones puede enfrentar la tarea que un tal destino impone sin unidad económica.""El signo de la Cruz del Sur puede ser la insignia de triunfo de los penates de la América del hemisferio austral. Ni Argentina, ni Brasil, ni Chile aisladas pueden soñar con la unidad económica indispensable para enfrentar un destino de grandeza. Unidas forman, sin embargo, la más formidable unidad a caballo sobre los dos océanos de la civilización moderna. Así podrían intentar desde aquí la unidad latinoamericana con una base operativa polifacética con inicial impulso indetenible.""Desde esa base podría construirse hacia el norte la Confederación Sudamericana, unificando en esa unión a todos los pueblos de raíz latina. ¿Cómo? Sería lo de menos, si realmente estamos decididos a hacerlo."
"Si realmente esta confederación se espera para el año 2000, qué mejor que adelantarnos, pensando que es preferible esperar en ella a que el tiempo nos esté esperando a nosotros."
"Unidos seremos inconquistables; separados, indefendibles. Si no estamos a la altura de nuestra misión, hombres y pueblos sufriremos el destino de los mediocres. La fortuna nos ha de tender la mano. Quiera Dios que atinemos a asirnos de ella. Cada hombre y cada pueblo tienen la hora de su destino."Este texto de Perón es de claridad meridiana. Es de señalar que para Perón era muy importante la participación de Chile por la bioceanidad de la Alianza propuesta. Pero la esencia es la unidad de Brasil y Argentina: esta es la "base operativa, polifacética, con inicial impulso indetenible".
Brasil es la mitad luso-mestiza de América del Sur y Argentina su principal país hispano-mestizo. Su alianza incluye necesariamente su frontera, que son Bolivia, Paraguay y Uruguay. La integración de América del Sur tiene ya su piedra fundamental.
El Nuevo ABC fue destruido por la oposición que llevó a Getulio Vargas a su trágico fin.(...)
Recapitulación final. Hemos visto las vastas perspectivas de Alberdi. Perón será su gran continuador. Trascendidas ya las Bases argentinas para la superación agropecuaria del desierto, Perón puso las Nuevas Bases para el nuevo tiempo de la lucha por la sociedad industrial moderna latinoamericana, su Integración y su más radical Democratización."
No tengo dudas de que, entre tantos hechos que quizás no alcanzamos a calibrar en toda su magnitud en este momento histórico que está viviendo América del Sur, Arturo Methol Ferré se hubiera sentido muy feliz de asistir a
éste. Y Alberdi y Perón, también.
P.S.: Este post no estaría completo sin un reconocimiento a
Abel, que siempre tiene la bandera de
la Patria Americana ahí arriba.