Curioseando con Google me encontré con este artículo del autor del libro "La Argentina en Martí". Ahí me enteré de que el poeta cubano colaboró con nuestro diario amigo como corresponsal en Estados Unidos entre 1882 y 1891, y entre otras cosas, que fue nombrado cónsul de nuestro país en Nueva York, cargo que abandonó para dedicarse de lleno a la lucha por la independencia de Cuba. Un detalle curioso (o no): la primera crónica que publicó Martí en La Nación fue censurada por la dirección del diario, por considerarla "demasiado radical"...
Buceando por otros lados descubrí este párrafo, que liga a la figura de Martí con la de Domingo Faustino Sarmiento:
"Después de 1874, cuando entrega el mando a Avellaneda, Sarmiento sigue su carrera política y la escritura epistolar, atento a la patria hispanoamericana, como lo atestigua la carta abierta que en 1887, poco antes de morir, le escribe en La Nación a Paul Groussac, un ilustrado crítico extranjero asentado en Buenos Aires, para solicitarle que difunda en francés un artículo del poeta cubano José Martí sobre la Estatua de la Libertad en Nueva York." [1]
¿Habría sido el cubano un admirador incondicional de los Estados Unidos, como en buena medida lo fue nuestro Sarmiento? No me parece una cuestión importante hoy día, por lo menos no tanto como rescatar su texto de 1891, "Nuestra América". Dedicado a la América que se extiende desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego, a su historia, su identidad, sus luchas, sus sueños de unidad, sus formas de gobierno. Y justamente en su blog, un profesor de la Universidad de Texas en Arlington contrapone las ideas de Martí con las del sanjuanino:
"(...) La identidad autóctona. “Con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro del llanero.” Una de las dimensiones más contestatarias y modernas de "Nuestra América" es la desarticulación de la fórmula sarmientina de Civilización vs. Barbarie, la cual conlleva toda una reconceptualización de la relación entre el continente latinoamericano y el resto del mundo occidental del momento.(...)
(...) Martí establece una serie de oposiciones simbólicas sobrepuestas. El término"civilización" es ligada al "criollo exótico" y a la "falsa erudición." Luego, podríamos añadir a esta cadena de asociaciones, a los "políticos exóticos," los que imitan sin crear lo nuevo. Por otro lado, tenemos "barbarie," que Martí reconstruye como término afirmativo por medio de vínculos al "hombre natural," el "mestizo autóctono," "la naturaleza" y el gobernante creador. Los contornos disciplinantes de los argumentos de Domingo Sarmiento -- la imposición de la letra civilizada, importada, a un terreno y una cultura nacional -- es invertida por el rechazo del "libro importado" y la exaltación del "tronco" cultural netamente americano. Si Sarmiento concibió el subdesarrollo en términos orientalistas, haciendo del campo argentino un salvaje Sahara americano, Martí condena a los afrancesados, los madrileños, los yanquis y los traidores latinoamericanos que se sumen a ellos y el régimen colonial que perdura en el presente a pesar de la independencia política."
Para terminar, algunos párrafos escogidos de "Nuestra América":
"(...) Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.
No hay proa que taje una nube de ideas. Una idea enérgica, flameada a tiempo ante el mundo, para, como la bandera mística del juicio final, a un escuadrón de acorazados. Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos. Los que se enseñan los puños, como hermanos celosos, que quieren los dos la misma tierra, o el de casa chica, que le tiene envidia al de casa mejor, han de encajar, de modo que sean una, las dos manos. Los que, al amparo de una tradición criminal, cercenaron, con el sable tinto en la sangre de sus mismas venas, la tierra del hermano vencido, del hermano castigado más allá de sus culpas, si no quieren que les llamen el pueblo ladrón, devuélvanle sus tierras al hermano. Las deudas del honor no las cobra el honrado en dinero, a tanto por la bofetada. Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que vive en el aire, con la copa cargada de flor, restallando o zumbando, según la acaricie el capricho de la luz, o la tundan y talen las tempestades; ¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.(...)
Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa, y la levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación. El vino, de plátano; y si sale agrio ¡es nuestro vino! Se entiende que las formas de gobierno de un país han de acomodarse a sus elementos naturales; que las ideas absolutas, para no caer en un yerro de forma, han de ponerse en formas relativas; que la libertad, para ser viable, tiene que ser sincera y plena; que si la república no abre los brazos a todos y adelanta con todos, muere la república. El tigre de adentro se entra por la hendija, y el tigre de afuera. El general sujeta en la marcha la caballería al paso de los infantes. O si deja a la zaga a los infantes, le envuelve el enemigo la caballería. Estrategia es política. Los pueblos han de vivir criticándose, porque la crítica es la salud; pero con un solo pecho y una sola mente. ¡Bajarse hasta los infelices y alzarlos en los brazos! ¡Con el fuego del corazón deshelar la América coagulada! ¡Echar, bullendo y rebotando, por las venas, la sangre natural del país! (...)" [2]
[1] Grandes escritores latinoamericanos Nº 2 - Domingo Faustino Sarmiento, Colegio Nacional de Buenos Aires - Página/12, 2006.
[2] Ídem anterior, Nº 3 - José Martí.
¿Podría ser éste el Manifiesto liminar de la Internacional Populista que imaginan nuestros amigos?
12 comentarios:
Jorge:
El tema es de lo más interesante y prometo cumplir opinando, pero ahora estamos con otras cosas en la cabeza.
Una buena, Enero es el mes del señor Chavero en Encuentro.
Saludos
Grande Jorge!!!! Me encantó la selección que hizo y el hallazgo del Sarmiento vs. Martí.
"La salvación está en crear". Emocionante.
Abrazo y siga haciendo post como estos. Se lo vamos a afanar co consecuencia.
Abrazo
Mis felicitaciones por un post tan bien armado. Sobre todo por la honestidad de linkear el post de La Barbarie donde Omix y Eva permiten matizar la comparación anacrónica que hace el texano entre el Sarmiento europeísta de Facundo (¿1845?) y el Martí de 1890.
El hallazgo -para mí- es que los referentes argentinos del revolucionario cubano fueron los epítomes del "régimen falaz y descreído"; Quintana, Sáenz Peña, Mitre, ¡qué nenes!
Esto nos ayuda a no olvidar que el antiimperialismo (antinorteamericano) de Perón en el '45 se mantenía en la línea tradicional de la oligarquía proinglesa, lo que, para entonces, era un callejón sin salida (claro que Braden, el representante de los ruralista del Medioeste se la sirvió en bandeja).
Un abrazo.
Julián:
Espero tu opinión, no hay apuro, éstas son cosas que para pensarlas hay que apartarse un poco de lo cotidiano. Gracias por el dato de Encuentro.
Mendieta:
Gracias por el elogio. En la misma línea de Martí podríamos remontarnos al maestro de Bolívar, Simón Rodríguez, con su frase "O inventamos, o erramos".
Roberto:
Te agradezco y me alegro que hayas notado el diferente punto de vista que introducen Omix y Eva en el post de La Barbarie. En particular son muy interesantes los dos textos que linkea Omix. Igualmente creo que la oposición que establece Conway no deja de ser válida ya que la falsa antinomia "civilización o barbarie" atraviesa toda nuestra historia, mucho más allá de la intención original de Sarmiento. No por nada Jauretche la consideró "la madre de todas las zonceras argentinas".
Lo de los referentes argentinos de Martí es realmente llamativo. Yo diría que hay que ubicarse en la época. Martí tiene una actuación destacada en la Conferencia Panamericana de 1889-90 en Washington, en la que también sobresale la posición argentina contraria al panamericanismo ("América para la humanidad"), presentada por Sáenz Peña y Quintana, que finalmente hace fracasar las intenciones yanquis. Está claro que la postura de la elite gobernante en la Argentina no estaba inspirada en ideales antiimperialistas sino en su conveniencia de seguir privilegiando los vínculos con Europa, en especial Gran Bretaña. De todos modos no me extrañaría que Martí los haya considerado un aliado estratégico en su lucha independentista.
Lo de Perón y los EEUU daría para largo, su ascenso al poder coincide con la declinación de la influencia inglesa y el ascenso del poderío yanqui. Recordemos que ya Pinedo en su plan de 1940 proponía establecer mayores lazos económicos con los yanquis. Ese tema está muy bien tratado por Carlos Escudé, y en Internet se puede recurrir a la Historia de las relaciones exteriores de la Argentina en el sitio del CEMA.
Gracias de nuevo y un abrazo a todos.
Muy bueno el post. Es interesante cierto despertar por esos personajes intelectuales-luchadores políticos de fines del XIX principios del XX. Y todos con la misma preocupación entre lo continental, el imperialismo y un orden justo.
Y ademas de Martí también Justo escribía en La Nación.
Salutti
Avallay:
Así es, en la medida de nuestras posibilidades hay que seguir rescatando la vida y obra de estos luchadores como Martí, Manuel Ugarte, José Vasconcelos, etc. Que son en definitiva los que soñaron y pelearon por la Patria Grande.
Gracias por el comentario. Un abrazo.
conocés alguna pagina en donde pueda descargarme el lobo estepario?
gracias...
Cómo no, mi estimada. Acá está.
Muchos saludos.
Jorge: La selección de textos que realizaste es muy clara y no veo que puedo agregar, por lo tanto agregaré impresiones personales.
Es verdad que la figura de Sarmiento no puede ser puesta en consideración enfretándole la de Martí, pero estoy de acuerdo con vos cuando nombrás algunos apuntes del susodicho. El pensamiento de Sarmiento está completamente atravesado y obsesionado con romper la dicotomía civilización-barbarie por el triunfo y la implantación de la primera, mientras que Martí logra una interpelación mucho más directa, sentida y policlasista a los pueblos americanos.
Es una gran deuda mía, no haberlo leído(sólo sé de él por su particapación en la Guerra del 1895-1898 en Cuba, aunque esta entrada me gustó más) y resulta sorprendente su relación fluida con la prensa argentina.
Creo que figuras como ésta no pueden quedar ausentes de nuestro entorno, de nuestro sentir latinoamericano. Es decir, casi debería ser obligatorio leer a Martí. Muchas figuras decimonónicas y anteriores están resurgiendo de las cenizas a lo largo de toda latinoamerica, desde Juana Azurduy hasta Bolivar y de San Martín hasta Martí, creo que las generaciones más jóvenes sienten gran interés por estos luchadores y los ven como un prototipo de ideales en un mundo que ya no los contiene en su oficialidad.
Con respecto al Congreso Panamericano de 1889, también es interesante ver que además de los dos grandes lemas, "América para los americanos", y "América para la Humanidad", también están presentes las posiciones latinoamericanistas en oposición a las panamericanas(entendidas como panyanquis).
Lo increiblemente complejos que son la mayoría de los próceres de nuestros países es que uno disentir o no con ellos, pero uno definitivamente no puede no escuchar sus palabras, sus voces reflejadas en escritos realizados al calor de la coyuntura y de las luchas por imponer sus proyectos. Estos hombres, a los que las respectivas historias oficiales han elevado a la categoría de mito o de cuasi santones sin embargo sigue siendo humana, profundamente americana y con un grado de actualidad que estremece, sobre todo en Martí. Sus frases fueron reivindicadas por la juventud nacional-popular de los 60 y 70. También se las ve reflejada en en Jauretche y en Rodolfo Puiggrós con una pasión indescriptible.
No tengo deficiones sobre lo que significa ser latinoamericano, creo que es un tema que da para varios libros, pero estoy absolutamente seguro de que Martí es alguien que nos puede ayudar a entendernos, a vernos reflejados en su figura y a tratar de emprender sin prisa pero sin pausa nuestro necesariamente asumido(afortunadamente) destino sudamericano.
Saludos
Julián:
Coincido con vos, creo que no tiene sentido contraponer la figura de Martí a la de Sarmiento (además de que es muy probable que se admiraran mutuamente). Pero me parece importante mostrar cómo grandes pensadores de América tuvieron un pensamiento integrador claramente alejado de la dicotomía civilización vs. barbarie, inclusive en nuestro país puede mencionarse en ese sentido a contemporáneos de Sarmiento como Lucio V. Mansilla, José Hernández y hasta Alberdi. Lo que no quiere decir que no reconocieran la necesidad de la educación y el progreso social.
Evidentemente Martí está bastante olvidado hoy día, aunque sus poesías como Guantanamera, La niña de Guatemala y tantas otras ya son inmortales. Pero de su pensamiento político poco se habla por aquí. Curiosamente, aunque es un ícono de la Revolución cubana también lo reivindican los cubanos exiliados.
Ojalá que cada vez haya más gente interesada en rescatar y conocer a los padres del pensamiento latinoamericano, desde San Martín y Bolívar y pasando por Martí y tantos otros. Sobre la relación del patriota cubano con nuestro país, no hay que olvidar que en esa época desde el resto de América se solía ver a la Argentina como una gran potencia en ciernes, que desde el Sur podía llegar a equilibrar la influencia yanqui en el continente.
Te dejo algo de lo que se considera el último testimonio de Martí. El 18 de mayo de 1895, en el campamento de Dos Ríos, le escribe a su amigo Manuel Mercado una carta donde figuran estas frases:
"(...) ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber (...) de impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos (...). Cuanto hice hasta hoy y haré es para eso. (...) impedir que en Cuba se abra, por la anexión de los Imperialistas de allá y los españoles, el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de nuestra América al Norte revuelto y brutal que los desprecia. (...) Viví en el monstruo, y le conozco las entrañas y mi honda es la de David."
Al día siguiente, al producirse un encuentro con una patrulla española, Martí muere en combate.
Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Jorge: disculpas te debia la respuesta por el texto de Weber. Lo publicaron en la revista sociedad N 6; en la página de la facultad no está subida. Si podes ir hasta sociales en febrero, seguro que tinene un ejemplar
salutti
Dotor: ¡muchísimas gracias por el dato!
Un abrazo.
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