sábado, noviembre 21, 2009

Sovereignity's Day


Hoy es un día de esos en que algo me hace ruido. Supongo que es el hecho de que se recuerde el Día de la Soberanía en un país que hace pocos años parecía haber dejado pasar esa palabra a mejor vida, y todavía no parece saber muy bien qué es lo que quiere. Encima, el que quebró la maldición de José Mármol repatriando los huesos del Restaurador, fue el máximo exponente de esa época en que faltó poco para que entregáramos hasta los calzones.

Igualmente y acompañando el homenaje a los héroes de la Vuelta de Obligado, creo que es una buena ocasión para echarle un vistazo a la obra del historiador y académico canadiense H.S. Ferns (1913-1992), uno de los mayores estudiosos de las relaciones entre Argentina y Gran Bretaña en el S. XIX. Gracias a un acceso temporario a la base bibliográfica JSTOR pude conseguir algunos de sus escritos y de ahí extraigo sus referencias a los sucesos de 1845, sus causas y sus consecuencias. De entrada va su mirada histórica sobre don Juan Manuel. No necesariamente habrá que coincidir en todo con él, pero aporta una visión desapasionada, alejada de las a veces hartantes polémicas, de los clichés de la historiografía mitrista y del revisionismo nostalgioso.


"(...) Los hombres que habían arrendado vastas praderas para ganado vacuno durante el gobierno de Rivadavia –los Anchorena, los Viamonte, los Lezica, los Vélez, los Díaz- se apartaron rápidamente del régimen urbano y liberal y más tarde se los encontró firmes en las huestes del gran caudillo gaucho, General Juan Manuel de Rosas."

"Rosas puede ser mirado legítimamente como el arquitecto de la estructura de poder argentina. Él no se preocupó principalmente de la construcción de un aparato estatal. Construyó un ejército cuyos propósitos son claros a esta distancia de su época. El ejército proveía un marco social jerárquico que teóricamente abarcaba a todas las personas, y en la práctica a todas las personas que no se ubicaban de alguna manera en el sistema social como empleador o como trabajador. Era la forma de extender la frontera; de distribuir la tierra sobre principios jerárquicos; de preservar la independencia nacional y de ayudar a los gauchos de todas partes de la república a encontrar un lugar en una sociedad dirigida por y en el interés de los estancieros. Rosas era una especie de William Jennings Bryan rico, ya que representaba un elemento social rico en tierras pero pobre en capital. Adoptó políticas y técnicas apropiadas a la condición de su clase, p.ej. circulante en papel, bajos arriendos de tierra, bajos impuestos a la propiedad, y una inveterada hostilidad hacia los bancos. En efecto, él logró el ideal agrarista de suprimir todos los bancos."

"Los comerciantes ingleses con intereses establecidos en Argentina, y los criadores de ovejas escoceses e irlandeses que surgieron durante los años 1830 y 1840, encontraron en Rosas un político suficientemente amigable. Él mantenía el orden, protegía la propiedad y posibilitaba el comercio. En el exterior, sin embargo, Rosas no era mirado con una luz tan favorable. Durante los años 1840 circulaba una literatura anti-Rosas en Gran Bretaña, y la comunidad mercantil británica fue persuadida, por ejemplo en 1844, de que una intervención en los asuntos del Río de la Plata era deseable. El Comité de Tenedores de Bonos Hispano Americanos (*) estaba activo, haciendo lobby tanto en Londres como en París. En 1845, Lord Aberdeen abandonó brevemente la política de Castlereagh de no intervención, y se permitió colaborar con los franceses en un esfuerzo para liberar el bloqueo argentino del Río de la Plata, que era parte de las operaciones militares de Rosas contra Uruguay. Rosas se rehusó a romper relaciones con Gran Bretaña. Se limitó meramente a expulsar del río a los barcos de guerra británicos y a ofrecer un pago simbólico de la deuda en default de 1824." (**) (1)

"(...) En los años 1840 los comerciantes británicos en Liverpool y Londres se impacientaron por las condiciones relativamente estáticas del intercambio con el Río de la Plata. Revisando el estado del comercio sudamericano en 1841, Lord Palmerston clasificó al Río de la Plata como una de aquellas grandes arterias de comercio potencial que deberían ser “abiertas” mediante negociación. Lord Aberdeen era remiso a fiarse sólo de las conversaciones. En parte para complacer a los intereses mercantiles y en parte para complacer a los franceses, propició un proyecto anglo-francés con vistas a la apertura del Río de la Plata y el Paraná al intercambio directo entre el mundo exterior y el interior de la República Argentina y el Paraguay. El único efecto de este recurso a la fuerza fue el de perjudicar el comercio existente y de promover un urgente pedido de la comunidad británica en Buenos Aires para abandonar tales esfuerzos y así mejorar sus perspectivas." (2)

"(...) En 1845 Lord Aberdeen, en un erróneamente evaluado abandono de la entonces establecida política británica de no intervención en los asuntos domésticos y relaciones internacionales de los estados sudamericanos, consintió en enviar una expedición naval conjunta anglo-francesa dirigida a quebrar el bloqueo argentino del Río de la Plata. El resultado fue instructivo. Quedó demostrado que Gran Bretaña no gobernaba las olas del Río de la Plata, y en 1849 el gobierno británico firmó un tratado por cuyos términos todos los barcos capturados a la Argentina serían devueltos en perfectas condiciones y que los buques de guerra británicos en aguas sudamericanas quedaban obligados a saludar la bandera argentina con 21 cañonazos en reconocimiento ceremonial de la soberanía argentina. Así terminó el último intento manifiesto de Gran Bretaña de emplear la violencia en las relaciones anglo-argentinas." (1)


(1) H.S. Ferns, Britain's Informal Empire in Argentina, 1806-1914, Past & Present, Nº 4, Nov. 1953, p.60-75.
(2) H.S. Ferns, Investment and Trade between Britain and Argentina in the Nineteenth Century, The Economic History Review, New Series, Vol. 3, Nº 2 (1950), p. 213-218.

(*) Como puede verse, los fondos buitres y la ATFA no carecen de antecedentes históricos.
(**) Se refiere al empréstito firmado con la Baring Brothers por el gobierno de Bernardino Rivadavia.


Desde ya que en su mayor parte los textos de Ferns demuestran documentadamente que Inglaterra mantuvo relaciones amistosas con casi todos los gobiernos argentinos desde el tratado angloargentino de 1825 en adelante (hasta Thatcher, probablemente), y que la empresa bélico-comercial de 1845 fue una excepción. Casi siempre, los británicos y quizás más todavía sus socios argentinos, lograron sus objetivos por vías pacíficas (entre ellos). Pero esa es otra historia.

(La ilustración es de origen inglés, está sacada de aquí)


P.S.: a Don Alfredo, nunca está de más verlo, escucharlo y disfrutarlo.

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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Rafa:

Excelente comentario.Mas hecho por un peronista.

No conocia a este autor,(buen..no conozco a la mayoria)voy a ver si encuentro algo.

Cordiales Saludos
AB

Ulschmidt dijo...

Los unitarios de Montevideo vendieron bien su proyecto a los europeos, pero no cuajó. Ese otro-país-posible (Montevideo+el interior del Uruguay+Mesopotamia+el área misionera+Paraguay?+Rio Grande Do Sul?) que también fue el país que no fue para Artigas y que tampoco fue el país al que postreramente apeló el Mariscal López cuando se enfrentaba al Brasil...

Rafa dijo...

Don AB:
Gracias por el elogio. Le recuerdo que el movimiento peronista es muy amplio, y además la identificación del peronismo con el revisionismo y el rosismo es posterior al '55. La cosa empezó cuando Aramburu largó aquello de "Mayo-Caseros-'55", y Jauretche contestó con lo de "Flor de revisionistas estos 'libertadores'!"

Hay libros de Ferns editados acá aunque debe ser difícil encontrarlos hoy día (yo no tengo ninguno). A lo mejor por Internet se consiga algo.

Un saludo cordial.

Sr. U:
Efectivamente, la propaganda antirrosista en Europa estuvo a cargo de Florencio Varela y otros exiliados unitarios en Montevideo. Del proyecto de "otro país" que Ud. menciona no conozco demasiado, pero aquí dice que "con Obligado finaliza el proyecto "secreto" de independizar la Mesopotamia (gestionado por los interventores de Francia e Inglaterra) en el "Tratado de Alcaraz", y firmado entre Urquiza y las Provincias mesopotámicas con acuerdo con los jefes unitarios exiliados en el Uruguay y Brasil."

Mucho no me cierra porque ese tratado entre Corrientes y Entre Ríos es del '46 y en principio Urquiza todavía seguía a las órdenes de Rosas. Tengo que indagar un poco más.

Muchas gracias y un gran saludo.

Matías dijo...

Ya le dije que me encantan estos fragmentos que postea, ¿no Rafa? Los aprecio mucho. Que no se corte. Abrazo.

Rafa dijo...

Matías:
Muchísimas gracias por tu comentario y tu chivo en Twitter!!

No te preocupes, no se va a cortar, le pienso dar manija a los fragmentos de la Historia que me interesan cada vez que pueda.

Un abrazo.