martes, julio 18, 2006

Auxilio por favor

La anteúltima semana se iniciaron en los ámbitos docentes los debates sobre la Ley de Educación Nacional. Estuve leyendo (muy por arriba) el documento base, del cual diría que contiene una serie de diagnósticos y propuestas muy generales que en principio no me parecen cuestionables. Habrá que ver qué profundidad se le da al debate y si va a servir para establecer políticas concretas y factibles de realización.

El tema es que en Clarín del sábado 8, intrigado por el título principal de tapa "Carrió toma distancia de su propio partido", me pongo a leer un reportaje hecho a la diputada. Donde a la última pregunta: "¿Cuáles serán los ejes de la campaña para 2007?" ella responde lo siguiente:
"—Eso lo va a fijar el partido en diciembre. No va a haber estrategia hasta entonces. Yo estoy preocupada por otras cosas, por la educación especialmente. Porque cambiar la cultura es someter a refutación los viejos paradigmas: pensar lo nuevo y accionar en consecuencia. Por eso acabamos de subir a nuestra página web (http://www.elisacarrio.com.ar/) un ensayo que denominamos La Educación como política central del porvenir. A esa cuestión apostamos."
Evidentemente este documento debía ser muy importante para Lilita, ya que considera al tema de la educación más prioritario que la estrategia electoral. Me puse a leerlo, y...epa, me quedé sin palabras ante tamaño derroche de erudición y de ideales universalistas. Mientras me recuperaba, leí que Pablo de La Barbarie se me había adelantado en el análisis de este texto liminar. Je, en realidad yo ya le había pedido que lo leyera y diera su opinión. Igualmente él me invita a profundizar cuando escribe:

"De todos modos, creo que vale la pena la tarea de leer y discutir ese documento, no por lo que dice el documento en sí mismo, sino por el lugar que ocupa Carrió en el imaginario político porteño, así que vamos a estar mirando El lobo estepario, a ver qué se dice."

Bueno, qué decir...Estamos frente a un documento que nos invita a pensar nada menos que una nueva civilización, dando por sentada la crisis de todos los paradigmas que dieron fundamento a la escuela pública: el Estado Nación, la construcción del sujeto como ciudadano del Estado, el Yo/Conciencia cartesiano, la primacía del conocimiento científico-tecnológico frente a los demás saberes, la antinomia laicismo vs. enseñanza religiosa, el concepto liberal productivista...

Aquí viene mi pedido de auxilio, quisiera que aquellos que visitan esta página me ayuden a dilucidar si este documento nos da realmente las claves de la civilización del futuro, o si es sólo un ejercicio político-filosófico intrascendente (o nocivo, como seguramente opinaría Mario Bunge), sostenido sólo por el argumento de autoridad al que recurre con sus múltiples e insignes citas. Yo solo no lo puedo decidir.
Me gustaría analizar y discutir varios párrafos del texto, pero por ahora prefiero leer otras opiniones.

Por ahora y como una primera aproximación, me voy a guiar aquí por lo sugerido por Pablo. Partamos del hecho de que Carrió está reconocida por mucha gente como la máxima representante de un progresismo intransigente en su ética y sus principios. En relación con esto me planteo las siguientes preguntas (y me las respondo, tratando de ser objetivo):

- ¿Hay alguna referencia en el texto al contexto socioeconómico actual del país? No, prácticamente no la hay.

- ¿Se plantea un debate acerca del deterioro educativo vinculado con los enormes índices de pobreza, indigencia, exclusión social o marginalidad? Y, no.

- ¿Hay alguna postura ideológica sobre las contradicciones pueblo/imperialismo, Nación/antinación, alguna referencia a conflictos sociales (por no decir lucha de clases, válgame Dios)? No, tampoco, más allá de críticas de índole filosófica al capitalismo y al neoliberalismo. Al referirse a la reconquista del tiempo, se proclama una nueva emancipación que no es "ni liberal ni marxista" (tampoco peronista, no se vayan a asustar).

Quizás mis cuestionamientos sean producto de ideas que atrasan cincuenta años, o a lo mejor yo sea solamente otro Jauretche zombie, como dice alguno de los muchachos de Los Trabajos Prácticos...Pero me llama la atención que, en un momento en que bien o mal, con muchísimos errores y falencias, la política vuelve a ocupar la primacía que le corresponde, y hay signos de que el Estado puede volver a convertirse en una herramienta para mejorar la condición de la sociedad, Carrió nos arroje este paquete que nos invita a tirar por la borda todos los logros y paradigmas de la modernidad para lanzarnos hacia lo desconocido. Claro, según ella nada puede ser igual después de Auschwitz... pero ¿sabrá la diputada que en este país hay millones de personas que jamás oyeron hablar de Auschwitz, y que tienen que resolver problemas más urgentes que ponerse a pensar en nuevos paradigmas? ¿encontraremos las soluciones a esos problemas leyendo a Hannah Arendt (a quien no pretendo desmerecer en lo más mínimo)? Bueno, en este reportaje del domingo último leo que Lilita en realidad nos está invitando a diseñar la educación para 2050. No nos va a faltar tiempo para el debate.

Para ir terminando (por ahora), la centralidad que el documento le otorga al psicoanálisis hizo florecer mi inclinación por la asociación libre... así me vinieron a la memoria el mito de Icaro y, Freud sabrá por qué, esta letra de Leo Masliah:

El Concierto

Era un concierto de música culta,
y renacían las fuerzas ocultas
de los antiguos maestros geniales
de los eternos de los inmortales,

era un concierto era el goce más fino,

era un contacto con algo divino,

era solemne era casi sagrado,

era un placer de lo más elevado.
Flautas violines trompetas platillos,

sonaban entre corbatas y anillos

entre bolsillos rellenos de plata

entre las llaves de algún colachata,

entre collares pelucas colgantes

entre tapados de piel entre guantes,

entre abogados y algún escribano

y dos o tres profesoras de piano.
La gente oía con mucho entusiasmo

estaban todos al borde del pasmo

es la música seria la fina

le pone a uno la piel de gallina,

era profundo era algo sublime,

decime vos si no es cierto decime

si el director a pesar de ser joven

no era la imagen del propio Beethoven.
Era el edén para los que asistían,

sonaba justo como ellos querían,

sonaba tan culto tan elevado

que tuvo un triste fatal resultado,

porque de a poco la gente ascendía

bajo el efecto del arte subía

iban en busca quizás de la altura

correspondiente a esa música pura.
Y las butacas quedaron vacías

toda la gente subía y subía

siempre más alto en el aire tomado

por aquel arte supremo elevado,

mientras la orquesta seguía tocando,

toda la gente se iba estrellando

casi a la vez la cabeza en el techo

quedaban todos los cráneos desechos.
Y por la fuerza de los cabezazos

se fue cayendo el teatro a pedazos,

toda la orquesta quedó sepultada,

quedó enterrada, quedó mutilada

y los oyentes seguían sin pausa,

subiendo pero ya por otra causa,
ya no era el arte que los elevaba
era la muerte que se los llevaba.

1 comentario:

sietelocos dijo...

Lo único que digo es que Lilita está cada vez más loca, y además, agrego que no va a ganar una elección nunca más en su vida con este perfil cósmico-religioso-meteorológico que ofrece.

Me pondré a leer más seriamente el documento del Ari de ¿Lilita? así lo puedo criticar con mayor detenimiento. A priori, y efectuando una lectura en "diagonal" me parece poco claro...pero bueno, lo leeré mejor.