Alberto Morlachetti y su trabajo por los chicos
Alberto Morlachetti nació en Córdoba pero se define oriundo de Avellaneda, el lugar donde se crió y al que pertenece. Su infancia no fue fácil, trabajó desde chico, aunque eso no le impidió graduarse como Sociólogo en la Universidad de Buenos Aires. Trabaja desde hace más de treinta años por la niñez, dio origen a una gran obra a través de la Fundación Pelota de Trapo, y es un referente social para los vecinos de Avellaneda como para muchas otras personas y organizaciones del interior del país. No se define perteneciente a un partido pero tiene un claro juicio al hablar de la situación política.
Valora la belleza, la ternura y defiende la vida con ferocidad; habla de grandes ideales con datos muy concretos. Por momentos parece cansado de ver que poco ha cambiado, pero luego se entusiasma y arremete con palabras llenas de esperanza. Algo misterioso y con una intensa vida a las espaldas, Morlachetti es sin duda un hombre fascinante.
Materia prima no renovable. "Los niños son la única materia prima no renovable. Los niños son lo que se debe cuidar. El futuro es hoy, hoy están creciendo sus huesos, su sangre, como decía Gabriela Mistral. Nadie los cuida, y es por eso que el 70 por ciento de nuestros pibes viven bajo niveles de pobreza. No estamos cuidando a nuestros hijos y el futuro está hecho de ellos, nada más que de ellos", expresa.
El inicio. La primera de las obras que encabeza fue Casa del Niño de Avellaneda, con el objetivo de reforzar las estructuras de crianza; reforzar aquellos vínculos que los padres van dejando de lado por razones de pobreza. Los chicos llegan a la mañana temprano y se van a la tardecita. Casa del Niño tiene hoy una población aproximada de doscientos chicos: desde los 45 días a los 3 años van a la guardería y de los 4 a los 14 años están en la Casa. Brindan desayuno, almuerzo y merienda para los chicos que asisten en contraturno del horario escolar; si bien aún no son una escuela, es uno de los desafíos para el futuro. "Una buena alimentación y un buen estímulo a través de los colores, los cuadros, el teatro. Casa del Niño es una estructura muy bella que refleja eso", dice Morlachetti, para quien el arte y la belleza es parte fundamental para el desarrollo humano.
En Casa del Niño funcionan consultorios pediátricos, en los que atienden médicos del hospital Garrahan. Este es un servicio totalmente gratuito abierto a la comunidad ya que "para nosotros la salud es un derecho humano, por lo tanto debe ser gratuito."
Hogares de libertad. La segunda obra a su cargo es Pelota de Trapo, a través de la cual la experiencia nacida en Avellaneda se dio a conocer. Pelota de Trapo y Juan Salvador Gaviota son dos hogares, en los que viven 40 y 20 chicos respectivamente. "Trabajamos con chicos que tienen una condición de abandono, con una orfandad social, pero que tienen padres. Se desintegra el núcleo familiar, y entonces el chico pasa a vivir en la calle, a estar en el lejano país de la intemperie", describe Morlachetti. La relación vincular con el responsable adulto es el sostén de estos hogares. Así lo explica Alberto: "Se establece una relación vincular con el educador, el educador está ahí, no hay turnos rotativos, vive y se desarrolla ahí. No es un hogarcito, no es una familia sustituta. El educador establece un vínculo con el chico, ese vínculo seduce al chico, seduce para una vida mejor. En ninguna forma le corta las alas, la libertad de un chico es un insumo básico."
Seducir para la vida. Algunos chicos ingresan con delitos primarios, y la casi nula reincidencia es uno de los orgullos de quienes trabajan en Pelota de Trapo. "La figura referencial es muy fuerte, porque los chicos que vienen a Pelota de Trapo o a Juan Salvador, vienen de un sistema que los ha seducido para la muerte. Entonces la tarea fundamental del educador es seducir para la vida. Y seducir para la vida significa volver a acariciarlos, volver a nutrirlos, entender que un beso no es una ridiculez, sino que es la mejor sensación entre dos seres humanos que se quieren. Y eso no es fácil, eso no lo pueden hacer los celadores de los institutos ni los guardacárceles de los servicios penitenciarios", cuenta.
Un niño sin niño. "El chico deviene adulto en contacto con adultos, y deviene humano en condiciones humanas, … por eso el chico en los institutos o los adultos en las cárceles establecen contacto con la institución, con las paredes, no con personas, todos rotan, y nunca nadie queda fijo, para amar; y la gente nació para amarse (…) La magia de los reyes magos, esconderse en algún pesebre, esto es tan necesario como frotar la lámpara de Aladino para pedirle los tres deseos al genio, sin esto no hay niñez. Como no hay niñez, no les das los insumos básicos de la crianza humana: pan, ternura, caricia, guardar su primer dientecito de leche, su primer cuaderno, son cosas básicas que hacen al niño. Si vos le sacás todo eso a un chico no existe niño, existe otra cosa, es ‘un niño sin niño’ como decía Serrat."
El trabajo de aprender. La imprenta es otra de las obras surgidas de la sensibilidad de Morlachetti, donde el trabajo es concebido en clave educativa, como fuerte factor pedagógico para los chicos que muchas veces son apartados de las estructuras escolares porque no entran en los esquemas curriculares. "Muchos de estos chicos en estas escuelas son resistidos, porque la escuela tiene una currícula fija, que no puede entender que estos chicos cometan travesuras. Y se confunde a veces la travesura con un delito, y nosotros entendemos que eso es un horror pedagógico. Nunca hay que confundir travesura con delito", explica.
En la imprenta los chicos aprender a escribir, a realizar operaciones matemáticas básicas, y los hábitos de una responsabilidad compartida. Con el mismo criterio surgió una panadería, y luego una granja en Florencio Varela.
Comunicar. "Creamos la Agencia de noticias porque creíamos que debíamos tener una agencia de noticias de niñez y juventud propia. Al principio estaba pensada solamente para los hogarcitos, y hoy tenemos 60 mil lectores", cuenta casi con sorpresa. Todos los días se cargan notas en la página web, se envían correos a los miles de lectores, que aumentan a razón de tres a cinco por día. Además se publica un boletín impreso que se distribuye a los suscriptores semanalmente. El contenido de ambas publicaciones proviene de material publicado por otros medios, noticias propias o de la red de organizaciones con las que están ligados en el interior del país.
Plantar un árbol. "Cuando fundé Pelota de Trapo los chicos que llegaban con toda su carga de violencia tenían que plantar un árbol, y entonces se planteaba toda la discusión de cómo había que plantarlo -porque era en un terreno de deshecho industrial- si hay que ponerle tierra negra, si un balde, entonces si era medio lleno, o lleno del todo… porque era más pesado para trasladarlo, y eran tan tránsfugas… y yo los quería tanto. ¿Por qué yo hacía plantar un árbol? Porque yo creía que iba a ser una plaza, iba a ser la plaza más hermosa de todas, porque yo creí que Pelota de Trapo iba a desaparecer… evidentemente han pasado muchos años y Pelota de Trapo está. Todas esas cosas salieron bien, yo no me puedo quejar, pero de todas formas nosotros trabajamos sobre un universo muy acotado. Nosotros podremos atender muchos chicos por día, y es un número insignificante dentro de nueve millones de pibes que se están muriendo por la pobreza."
Más obras. La biblioteca es gratuita y abierta al barrio, donde muchos chicos concurren a estudiar a diario. La Escuela de Educadores se suma a la lista: es concurrida por gente de todo el país y también de Uruguay y forma docentes para atender niños en los hogares Pelota de Trapo y otros. En las mismas instalaciones funciona la Escuela Gráfica, donde se forman hasta llegar a ser oficiales gráficos, que ingresan al mercado a través de un sistema de pasantías que les permite realizar prácticas en el último periodo del aprendizaje que dura alrededor de 18 meses.
Vinculados. "En 1987 nació el Movimiento de los Chicos del Pueblo, junto a la figura del obispo Novak, y en ese momento el padre Carlos Cajade, que acaba de morir. Después surgieron las marchas, por supuesto nuestros movimientos deben ser necesariamente pasivos", dice Morlachetti, que está planeando sus vacaciones: subirse al auto y recorrer las obras del interior del país, solo y sin demasiadas previsiones, es su idea del tiempo libre para éste verano.
¿Qué necesitamos? "Habrá que erradicar el hambre, traer trabajo a la gente, alegría a los hijos, educación a nuestros niños, de lo contrario no hay futuro, no hay nación para nosotros. Una nación es rica cuando su pueblo es rico. Todo aquello que vaya en contra de nuestra Constitución es una deuda magna, si hay hambre de nuestros niños es una deuda magna, si no hay escuela para nuestros niños es una deuda magna. ¿Qué nos pasó a la humanidad para que lleguemos a donde estamos? Una humanidad donde contás hasta tres y se muere un niño. Una humanidad que tributa 30.000 niños a la muerte todos los días. Creo que alguna vez tenemos que ponernos de acuerdo los seres humanos en otro tipo de sociabilidad humana, ¿cuál es? no lo sé. Distinta por supuesto", concluye.
Itatí Cabral
4 comentarios:
¿Estas seguro que fue en el Diario de Bartolo? Espero que ese escritor de pasquines ya no esté mas en el prestigiosísimo matutino. Sls. Gonzalo.-
Igual mas allá de la humorada, no conocía la obra de este tipo, un groso, uno mas de todos los ejemplos anonimos que hay dando vueltas pero que no miden rating, me encantó lo de "deuda magna", lo tomo por que soy de los que creen que las buenas invenciones hay que pipularizarlas y su copyright es un delito. Esto es similar a lo que habia escrito unos dias atras en cuanto a "repensar" la democracia y es cierto, ojalá que aprendamos que son el futuro, pero partiendo de las necesidades urgentes actuales, tambien son el PRESENTE. Sls. Gonzalo Fossa.-
Así es Gonzalo aunque no lo creas, supongo que Itatí Cabral es una niña (no la conocía) y espero que no haya dejado su puesto para que lo ocupe la Coca Sarlo :P.
Un abrazo
Ojalá que no... Sls. Gonzalo.-
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