Allanamiento
Hoy anduvo la muerte buscando entre mis libros alguna cosa... Hoy por la tarde anduvo, entre papeles, averiguando cómo he sido, cómo ha sido mi vida, cuánto tiempo perdí, cómo escribía cuando había verduleros que venían de las quintas, cuando tenía dos novias, un lindo jopo, dos pares de zapatos, cuando no había televisión, ese mundo a los pies, violento, imbécil, abrumador, esa novela canallesca escrita por un loco... Hoy anduvo la muerte entre mis libros buscando mi pasado, buscando los veranos del 40, los muchachitos bajo la manguera, las siestas clandestinas, los plátanos del barrio, asesinados, tallados en el alma... Hoy anduvo la muerte revisando mi abono del tranvía, mis amigos, sus nombres, las noches del Café Montevideo, las encomiendas por la Onda con olor a estofado, revisando a mi padre, su Berreta, su Baldomir, revisando a mi madre, su hemiplejia, al Uruguay batllista, a Arístides querido, a mis anarcos queridos bajo bandera, bajo mortaja, bajo vinos y versos interminables... Hoy anduvo la muerte revisando los ruidos del teléfono, distintos bajo los dedos índices, las fotos, el termómetro, los muertos y los vivos, los pálidos fantasmas que me habitan, sus pies y manos múltiples, sus ojos y sus dientes, bajo sospecha de subversión... Y no halló nada... No pudo hallar a Batlle, ni a mi padre ni a mi madre, ni a Marx, ni a Arístides, ni a Lenin, ni al Príncipe Kropotkin, ni al Uruguay ni a nadie... ni a los muertos Fernández más recientes... A mí tampoco me encontró... Yo había tomado un ómnibus al Cerro e iba sentado al lado de la vida... Pasé frente al Nocturno y la vida había pintado unos carteles... Pregunté en una esquina por la hora, y en la bolsa del hombre que me dijo la hora iba la vida, junto con su almuerzo... Hoy dejaré las puertas y las ventanas de mi casa, abiertas... y la noche entrará por todas las ventanas de mi casa, por todas las ventanas de todo el barrio, por todas las ventanas de todos los cuarteles y de todas las cárceles, por todas las ventanas de los hospitales... la noche entrará, cabeceando, saltará para adentro, sombra a sombra a la luz del farol... y se echará en el piso como un perro... y aguardará hasta la madrugada... Hoy... dejaré las puertas y las ventanas de mi casa, abiertas, para siempre...
Alfredo Zitarrosa
Fragmento de Guitarra Negra
Según la nota, al finalizar el acto el cuarteto de guitarras que acompañó a Don Alfredo interpretó la Milonga de pelo largo, que cuando la escucho por AZ me pone la piel de gallina. Aquí está, en una versión de su autor, Gastón Ciarlo (Dino).
3 comentarios:
Aleluya por su rescate cultural! Guitarra negra es algo excepcional. Quien, sino Zitarrosa, se iba a acordar del Príncipe Kropotkin.
Desde luego disiento en algo con su "Uruguay for export" - esa rebeldía de la izquierda por no depender del vacaje, en fin - aunque artísticamente es de gran valía y por cierto, "flor show" es una imagen perfecta, casi una película.
Gracias don U! Me alegro de que le guste, y verá que este post tiene su yapa. Sin ánimo de polemizar, permítame acotar que a los Nac&Pop también nos toca de cerca el tema vacuno (en estos días la blogósfera está que arde al respecto!), desde que el General dijo aquello del país de "las vacas gordas y los peones flacos". Justamente puse la letra de "Uruguay..." en una de las primeras entradas del blog, quizás para matizar con un poco de humor la polémica Gobierno vs. entidades del agro.
Aquí le paso otra perlita sobre el mismo tema, en un blog que seguramente le llamará la atención:
http://tarariras.blogspot.com/2004/06/guitarra-negra-no-obtiene-certificacin.html
Gracias de nuevo. Muchos saludos.
Alfredo, quien sabra realmente valorar tu vida tus obras tu compromiso como se merece, me alegra que aun hoy en este mundo economico con sentimientos financieros con transacciones musicales fuistes un adelantado hace 30, 40 años atras, y es mas hoy 2007 mundo moderno civilizado, alegrate o en realidad amargate porque hoy mundo computadora hoy celular hoy camara digital seguis siendo un adelantado tu sencibilidad tu musica son abrigos de los jovenes como yo que caminamos mirando a nuestros hermanos sin aliento con frio y donde la gente mira sin mirar donde la soledad es estado natural gracias Alfredo por darnos de tu poesia a los locos como yo a los ilusos gracias Guitarra negra
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