lunes, mayo 22, 2006

Sabato I (no es el que Ud. cree)

El amable colega Nómade de La Bestia Política me ha confirmado que los términos "tilingo/tilinguería" y "chantocracia/chantócrata" no figuran en Wikipedia.¡Albricias, este modesto blog es una trinchera contra la malvada globalización! Después de mi entrada anterior creo que ha llegado el momento de hablar de los chantócratas, pero para ello los voy a dejar con altísimo placer en compañía del creador de esta palabra, Jorge Alberto Sabato (aka Jorjón, aka El Mudo), quien es uno de los mentores de esta humilde página (si no lo conocen, acá pueden hacerse una leve idea de quién se trata).

CHANTAS Y CHANTÓCRATAS (1981)

"Ante la triste performance del equipo económico que padecimos hasta hace poco, he oído a numerosas personas calificar de chantas a sus integrantes. Grave, gravísimo error: no son chantas sino chantócratas (1), y la diferencia entre ambos términos es ciertamente de fondo.

Como lo he analizado con todo detalle en mi libro "Ensayos en Campera" (perdón por el autobombo), el chanta es un macaneador superficial que pretende ser lo que no es, pero lo hace sin grandilocuencias y fundamentalmente sin joder a nadie. Porque se trata de un juego y, como tal, inofensivo, en el que el chanta y sus amigos se divierten por igual ya que todos saben que todos saben y en consecuencia nadie saca ventaja. Fidel Pintos, en su célebre personaje póstumo, encarnó magistralmente al chanta y lo ubicó definitivamente en la galería de los personajes porteños.(a)

Pero mientras que el chanta no funciona full-time porque es amateur, el chantócrata, por el contrario, es el chanta que hace de eso su profesión con lo que el juego inocuo se convierte en un oficio temible.

Y así, lo que resultaba simpático en el chanta se convierte en peligroso -¡y secante!- en el chantócrata, porque por cierto que no ejerce en el café sino en los altos niveles del Gobierno, de las grandes empresas, de las Universidades, Academias, Institutos, Centros de Estudios Superiores, etc.

El conjunto de chantócratas integra la chantocracia, plaga nacional que invadió el país -por la derecha- hacia 1962, se pavoneó en la gloria militar desde 1966 hasta el Cordobazo, se ocultó luego durante algún tiempo para volver a la carga -pero esta vez desde la izquierda- en 1973, hasta que en 1976 -y nuevamente al amparo de un golpe militar- reaparecen los chantócratas de la derecha, que desplazan a los de la izquierda para ubicarse, solemnes y soberbios, en los puestos públicos donde los colocan los militares.(b)

Entre los que así entran al escenario nacional figuran la mayoría de los miembros del equipo económico, con la notoria excepción de Juan Alemann (c). Se destacan principalmente Christian Zimmermann, nuestro bello (María Elena Walsh dixit) ex-vicepresidente del Banco Central, aquél que hace un par de años anunció que la inflación había muerto (d); Alejandro Reynal, que lo sucedió en ese cargo y que probó ser tan buen chantócrata como su antecesor al explicar que la quiebra del BIR se trató de un mero incidente coyuntural, que no tendría consecuencias importantes (e); Alejandro Estrada, que fue quien nos propuso dejar de producir acero para producir caramelos (¿fue él? ¿O fue alguno de sus colegas quien lo dijo?).

Pero sin duda los dos chantócratas máximos han sido el Dr. Adolfo Diz, el "misterioso" que utilizó admirablemente su prestigio de chantócrata internacional y su aura de economista teórico; y naturalmente, el Dr. Martínez de Hoz, tan fino que su sobrenombre no es Pepe sino Joe, tan educado que habla inglés con el mejor acento de Eton, tan vinculado que se tutea con David Rockefeller y otros grandes, tan elegante que hasta tiene un haras, tan aristocrático que su deporte favorito es la caza mayor... y en África del Sur (f), y tan chantócrata que hasta el último día siguió afirmando, con la impunidad que le daba el saber que había ejecutado fielmente la política económica de las Fuerzas Armadas, que no sólo no pasaba nada grave en la economía argentina, sino que en verdad jamás había estado mejor (!!!!!).(g)

Una de las características más notorias de toda chantocracia es el empleo de un lenguaje pedante y hueco, una suerte de neo-cursilería que le hace decir "postulado, lineal, inmerso, inscripto, riguroso, pauta, convergencia, estricto, lúcido, marco de referencia, estructurado, asumido, eficiencia, analítico" y otras lindezas por el estilo, a cada momento y con cualquier pretexto, sea para analizar las alternativas de un partido de bochas, la independencia de Tanzania, la industria de la maquinaria agrícola, un libro de recetas de cocina o un concierto de armónica y acordeón. Es que esa jerga es la cortina de humo imprescindible tanto como para ocultar el engaño como para disimular la mediocridad. Un delicioso ejemplo de esa prosa es el siguiente párrafo de la última Memoria del Banco Central, destinado a dar cuenta nada menos que de lo ocurrido a partir del 28 de marzo de 1980, cuando el BIR fue a la lona: "Se inició un proceso cuyas principales manifestaciones habrían sido una relativamente intensa modificación en la oferta de fondos -principalmente del público pero también de otras entidades- a las distintas financieras, y un cambio en la demanda total de activos monetarios. Estos cambios se concretaron en variaciones significativas en la capacidad prestable de las entidades". Clarísimo, ¿no? ¡Una verdadera joya de prosa chantocrática!

A no confundir, pues, chanta con chantócrata.

Frente al chanta, sonría.

Frente al chantócrata, raje.

(1) Reivindico con orgullo la paternidad de esta palabra, ocurrida hacia 1972 en una audición dominical por Radio Continental en donde dialogaba con Miguel Brascó, ilustre testigo de ese nacimiento."

J.A. Sabato, Ensayos con Humor, Ed. de la Urraca, 1983, p. 68 (aparecido originalmente en la revista Humor Registrado, 1981).


Algunos comentarios lobunos para el lector actual:
(a) Quizás yo no sea tan tolerante con los chantas como mi admirado tocayo, he conocido numerosos chantas devenidos en chantócratas. ¿Para cuándo el monumento nacional a Fidel Pintos?
(b) Con todo respeto me permito opinar que los chantócratas de la derecha ya habían desplazado a los de la izquierda bastante antes del golpe del ´76, baste citar al celebérrimo Celestino Rodrigo y su mentor Ricardo Zinn.
(c) Jamás pude saber por qué razón Sabato excluía a Juan Alemann de esa lista. Probablemente haya sido por sus críticas al (des)manejo de las entonces existentes empresas estatales o por su solitaria oposición a la realización del Mundial ´78 (compartida en el llano por otro grande, Dante Panzeri).
(d) Tenía su pinta el flaco. Cuando dijo su célebre frase, M.E. Walsh hizo públicamente el comentario "Que se limite a ser bello y a callar". Vale agregar que en ese año 1981 la inflación ya había renacido fresca y lozana con todo su ímpetu.
(e) BIR: Banco de Intercambio Regional, quebrado junto con varios otros bancos y financieras en 1980, llevando a la ruina a miles de pequeños y medianos ahorristas que jamás recuperaron su dinero.
(f) Pasión compartida con el Ministro del Interior del Proceso, Gral. Albano Harguindeguy, con quien Joe compartió varios safaris.
(g) Puedo afirmar por referencias confiables, que hoy en día a sus 80 años don Joe sigue diciendo exactamente lo mismo.

Creo que si Sabato hubiera vivido 20 años más habría podido engrosar su lista de chantócratas en un número apreciable. Dejo los nombres de los candidatos a esa lista librados a la imaginación del lector.

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