lunes, junio 05, 2006

El pasado siempre vuelve

Hace poco, en una intervención en el blog de Artemio López mencioné a Felipe Vallese como el primer desaparecido de la historia argentina. Quién sabe si por casualidad (o no), unos días después salió en Clarín esta noticia, que de paso nos sirve para refrescar la memoria y entender que la violencia y la represión no nacieron como de un repollo en 1976 (aquí está lo que salió en Página/12).


FUE EL PRIMER CASO DE DESAPARICION DE LA HISTORIA ARGENTINA

Detienen al comisario del caso Felipe Vallese

Está considerado como el máximo responsable material del primer caso de detención y desaparición de la historia argentina, el del delegado metalúrgico y militante de la Juventud Peronista Felipe Vallese, el 23 de agosto de 1962.

Pero el comisario mayor retirado de la Policía bonaerense Juan Fiorillo fue detenido ayer —con el beneficio de cumplir la prisión preventiva en su domicilio— por la causa del rapto de una beba en 1976, Clara Anahí Mariani, hija de militantes montoneros, tras un operativo represivo.

En la época de la última dictadura, como brazo derecho del jefe de la Bonaerense de la época, el general Ramón Camps, Fiorillo había cumplido funciones clave en la estrategia de represión ilegal en la zona, como director del Comando de Operaciones Tácticas de la fuerza.

También se desempeñó como responsable del centro de detención clandestino Omega, en la Capital Federal, con el nombre de "Saracho".

El juez federal de La Plata Arnoldo Corazza decidió ayer ordenar la detención de Fiorillo a instancias de la abuela de la desaparecida Clara Anahí, Isabel Chorobik de Mariani, de Abuelas de Plaza de Mayo.

Tal vez por el caso de la niña secuestrada Fiorillo reciba una pena mayor que los escasos tres años de prisión, que no llegó a cumplir del todo, en 1971, por "privación ilegítima de la libertad" de Vallese junto con otros 38 policías. No se consideró en el caso la figura de homicidio.

Vallese, de apenas 22 años, había sido detenido por una patrulla policial ese 23 de agosto de 1962, en pleno gobierno títere de José María Guido, tras el golpe militar que había derrocado en marzo de ese año al presidente Arturo Frondizi.

La Policía estaba buscando al dirigente de la Juventud Peronista Alberto "Pocho" Rearte, hermano del referente del peronismo revolucionario Gustavo Rearte.

Felipe nunca fue liberado; tampoco apareció su cuerpo. Se supone que murió en una sesión de tortura comandada por el entonces joven oficial Fiorillo, de 31 años.

Un periodista, Pedro Leopoldo Barraza —quien años después trabajó en Clarín—, hizo una investigación sobre el caso en las revistas 18 de Marzo y Compañero que dilucidó las responsabilidades y fue fuente clave para la investigación judicial.

Esa investigación, en 1965, fue retomada en un libro por el luego asesinado diputado Rodolfo Ortega Peña y el actual secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.

Fiorillo salió de la cárcel en 1974, en pleno auge de la organización parapolicial Triple A, en cuya estructura se integró rápidamente.

El 31 de julio de ese año, la Triple A asesinó a Ortega Peña en pleno centro de la Capital Federal. Unos meses más tarde, el 13 de octubre, la organización secuestró a Barraza y le dio muerte, junto con el fotógrafo Carlos Laham. Dicen que Fiorillo habría estado entre los asesinos.

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