miércoles, octubre 11, 2006

El juicio pendiente

Viendo esta entrada de hoy en el blog de Artemio, y las opiniones intercambiadas en La Barbarie acerca de las declaraciones de Macri y Lavagna referidas a "la revisión del pasado", me parece oportuno insistir en la necesidad de revisar críticamente la actuación de las organizaciones armadas de los '70. No para darle letra a los que reivindican el terrorismo de Estado sino para beneficio de la conciencia colectiva de la sociedad. Hoy día son muchos los que critican al gobierno por su "reivindicación acrítica" de la militancia de los '70 y en mi opinión eso no es así. No he leído o escuchado a ningún funcionario defender o celebrar hechos de asesinato, secuestro o terrorismo, como tampoco lo hacen los organismos de derechos humanos. Sin embargo hay una apariencia de parcialidad y eso origina un innegable recelo en amplios sectores de la sociedad, aún entre los que no simpatizan con Pando y sus dinosaurios. Nos guste o no, la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la impunidad y el olvido de los crímenes del Proceso sólo ha sido asumida por una minoría, como nos lo recuerda esta nota de Eduardo Pavlovsky. Y flaco favor nos hacemos los que de alguna manera militamos en ese sentido si escondemos debajo de la alfombra los errores o los crímenes cometidos por los grupos de la izquierda armada.

Tanto en la entrada de Artemio como en la de María Esperanza se descalifica la aplicación del concepto de "guerra", tan caro a los defensores del terrorismo de Estado, a la lucha armada de los '70. Estoy completamente de acuerdo, pero ocurre que el mismo concepto ha sido funcional a las teorías militaristas del ERP y de Montoneros. Entonces, no resulta difícil caer en contradicciones.

Vale recordar que a fines de 1984 se inició el juicio a Mario Eduardo Firmenich, llevado a cabo como consecuencia del decreto 157/83 firmado por Alfonsín. En referencia a ese juicio, en el número 7 de la extinta revista El Periodista de Buenos Aires apareció un artículo de Álvaro Abós que a mi entender conserva absoluta actualidad. El "otro proceso" al que él se refiere, todavía no está terminado.


El otro proceso a Firmenich
por Álvaro Abós

Mario Firmenich va a comparecer ante la justicia pero, simultáneamente al juicio legal, se desarrollará otro proceso
-político-, cuyo estrado es la sociedad toda.

¿Hubo en la Argentina una guerra sucia? Quizás sea esa la pregunta esencial para entender el papel jugado por Firmenich. Durante años los militares nos machacaron con esa idea. Según su tesis (convertida en mito) la "subversión", esa entidad gaseosa e inasible, había desafiado a nuestra sociedad y ésta, en ejercicio de su legítima defensa, se había defendido.

Esta argumentación era endeble, entre otras cosas porque las fuerzas armadas, incluyendo la policía, tenían en 1976 alrededor de 250.000 efectivos. Los guerrilleros nunca fueron más de 2000 o, a lo sumo, 3000 en sus mejores momentos (1). ¿Cómo puede haber una guerra entre contendientes tan dispares? Claro que el mito de la guerra era una excusa necesaria para que el régimen militarizara la sociedad, estrangulara la vida política y sindical y aplastase cualquier disidencia. Ya el 24 de marzo de 1976 la guerrilla estaba muy diezmada. En poco tiempo fue exterminada. Y, sin embargo, la "guerra contra la subversión" siguió siendo agitada como un espantajo durante varios años más, lo que demostraba el carácter funcional de ese mito como basamento de la estructura represiva.

Los Montoneros fueron los mejores cómplices de la dictadura en la tarea de montar ese mito. En las postrimerías del gobierno de Isabel, huérfanos de apoyo popular, buscaron afanosamente el golpe. Suponían, según la peregrina teoría de "cuanto peor, mejor" que, producido el golpe, las masas se rebelarían contra la dictadura. Con criminal irresponsabilidad incurrieron en todas las provocaciones posibles, contribuyendo a demoler el deteriorado (y ya de por sí pervertido) isabelismo.

Los militares tenían la misma meta, aunque su pronóstico sobre la evolución de los hechos -finalmente acertado- fuera muy distinto. Ellos querían el poder para aplicar un plan sistemático, cuyo fin era inocular el terror de Estado en la sociedad, segando de cuajo toda posibilidad de recambio en las filas populares mediante una drástica depuración. Su objetivo verdadero, más allá de la retórica antisubversiva, era aplastar al poderoso movimiento obrero argentino.

Durante un tiempo, ambos polos -militares y guerrilleros- fueron objetivamente socios políticos.

Es que en verdad se necesitaban. ¿Cómo habrían podido justificar los militares el exceso de violencia que descargaron sobre la sociedad si no hubieran tenido la excusa de "la subversión", ese enemigo proteico, invisible pero siempre alerta, esa emanación del Mal Absoluto?

A los Montoneros el mito de la lucha antisubversiva como guerra les venía como anillo al dedo. Esa teoría les adjudicaba -en cuanto contendientes en una guerra- el status de beligerantes. ¿Qué más podían pretender ellos, que no eran más que una pandilla de alzados?

Los Montoneros, en su origen, pretendieron ser parte del movimiento popular, del cual se visualizaban como vanguardia. Su creciente aislamiento los llevó a asumir conductas cada vez más militarizadas, mimetizándose con sus adversarios, con quienes terminaron confundiéndose en una cópula infernal. Esto creó una turbia zona de influencia: hubo mutuas infiltraciones entre servicios y células guerrilleras, presuntos diálogos entre Massera y la cúpula montonera en París, relaciones sadomasoquistas entre víctimas y verdugos en el tenebroso ambiente de los campos de concentración, como las que testimonia el libro Recuerdos de la Muerte, de Miguel Bonasso.

En suma, se repitió el fenómeno al que aludía Umberto Eco cuando afirmaba que "el terrorismo no es el enemigo de los grandes sistemas sino su contrapartida natural, aceptada, prevista".

¿Cuál será la defensa que ensayará Mario Firmenich? ¿Puramente legal -alegando falta de pruebas, por ejemplo-, o abiertamente política? Si así fuera, entraría en la lógica de los Montoneros argumentar que los presuntos delitos cometidos durante la dictadura no fueron sino formas del derecho de resistencia a la opresión que hasta la Iglesia reconoce. Esta es la línea por la que están avanzando sus partidarios.

Pero en ese caso, ¿cómo justificará Firmenich las acciones guerrilleras realizadas durante el gobierno constitucional peronista? ¿Cómo justificará el asesinato de José Ignacio Rucci y tantos hechos de sangre cometidos después del 25 de mayo de 1973, que fueron escalones en el descenso hacia la tragedia? ¿Cómo justificará el grado de violencia que los Montoneros, en nombre de un proyecto político elitista y demencial, trazado de espaldas al pueblo, contribuyeron a inyectar en el cuerpo atormentado de la Argentina de los años setenta?

Cualquiera que sea la responsabilidad legal que el proceso adjudique a Mario Firmenich, ésta es la responsabilidad política que la historia arroja sobre sus hombros.

(1) El reciente [en 1984] libro de D. Frontalini y M.C. Caiati "El mito de la guerra sucia", editado por el CELS, afirma, basándose en un exhaustivo estudio de la documentación guerrillera y militar, que la cantidad de guerrilleros nunca pasó de 2000.


Post Scriptum: yo tampoco me olvido de Jorge Julio López.

19 comentarios:

Hard Core dijo...

Jorge, por caminos no acordados, y por la difícil traza de aquellas cosas que salen de la historia oficial, creo que salvando el recorrido individual, en líneas generales coincido contigo. No me voy a poner a pormenorizar aquellas cosas que piense para que la discusión sea entre vos y yo. Sino que aquellos que encaramados en el pretexto de la legitima justicia, escudan la justificación de un accionar violento y desalmado. Ahora, los que pusieron bombas y mataron, los que mataron a sus propios compañeros en juicios sumarios, a los que mataron a los compañeros de universidad por ser ideológicamente distintos, que lo expliquen, que no mezclen un pensamiento critico con ese accionar y es lo mismo que se quiere la impunidad para Videla, sino, como sobre la no impunidad para Videla, están escondidos, asesinos de la misma laya, a los cuales la historia no los juzgara ni políticamente. Pero como nadie esta obligado a declarar contra si mismo, por derecho constitucional, el manto piadoso de la legalidad se extiende sobre ellos. Hablamos de aquellos que no fueron inocentes, de aquellos que no murieron, y hoy se dan el lujo de ser fiscales de la decencia humana. Que me perdone el Blog Amigo de La Barbarie, si esta situación tan claramente explicitada, no es tomada en cuenta en el análisis político, es porque directamente la verdad histórica parece estar demás.

Rafa dijo...

Estimado Hard, entiendo tu posición y no creo que ningún aspecto de la verdad histórica tenga que ser ocultado. Hay hechos que para muchos son muy dolorosos, para otros son vergonzantes y les es preferible callarlos. Es indudable que hay y va a haber por mucho tiempo una herida abierta, que para mí es básicamente el hecho de que hay todo un período de nuestra historia en que imperó la ajuricidad y la ausencia del estado de derecho. Lamentablemente nunca se va a poder hacer justicia con todos los crímenes y atrocidades de esa época. Pero por lo menos y en la medida de nuestras posibilidades tenemos que contribuir a la conciencia histórica y política de la sociedad.

Un abrazo

G.F. dijo...

Coincido Jorge y entiendo a donde apuntas Hard, desde lo personal no guardo para la dirigencia de montoneros ningun respeto, para mi son entregadores, lo demas compañeros, los valoro mucho al igual que a los que vivieron la resistencia por que se jugaron y eso para mi vale mucho. Dice Pablo Milanés en "Yo pisaré las calles nuevamente": Retornarán los libros, las canciones, que quemaron las manos asesinas, renacerá mi pueblo de su ruina y pagarán su culpa los traidores". (del bando que sean agrego). Sls. Gonzalo.-

Hard Core dijo...

Tambien Maria Esperanza y esto lo dijo en vida Envar El Kadri que habia habido dos Resistencias Peronistas quizas la primera fuera la mas heroica, pero no habia tenido a nadie quien la escribiera, por eso con el tiempo quedaria una sola. Como yo he tenido la suerte de haberme criado con la vieja resistencia Peronista, no haber pertenecido, porque era muy chico, te digo, que no voy a caer en la trampa historica de creer, que la resistencia peronista post libertadora tenia el tiente de revolucion socialista que hoy le quieren dar. Habia cosas muy novedosas en su ideologia y que un dia las comente que se intentaron incluir en los convenios que se dilataron hasta 1975, que era la participacion en los balances. Hasta la reforma de la Rua, algunas empresas lideres y que cumplian la ley, solian mandar al sindicato el balance, no el cuadro de resultados. Habia tambien el compromiso de la participacion en las inversiones, eso se llamaba Gogestion. Esta claro que no era ninguna forma de estatismo, pero habia una cierta forma de planificacion social, que era novedosa. Como el control de precios en la epoca de Gelbard habia fracasado la direccion era formar en los sindicatos la conciencia en la formacion del precio en la cadena de distribucion. Se hacian empresas introductoras para entender las reglas de los mercados tan sutiles a al indec, como son los mercados de Carnes y Frutas y Verduras. Todas estas experiencias se venian desarrollando en los sindicatos al final del 55 y que quedaron tapados en el odio gorila del sindicalismo que dejo el 55 que hoy se expresa en la confluencia de la caja con la burocracia sindical, sin entender la herramienta politica. Por eso y tratando de irme por las ramas te digo que no hay una sola Resistencia Peronista. Cogorno, que vivia en la Calle 49 entre siete y ocho de La Plata y que conoci, como a todos los que tomaron el Regimiento Siete cuando fue bombardeado, no eran ni apenas socialistas, ni lo fueron, hasta su muerte. Te puedo dar uno por uno sus nombres para que los chequees. Aun el querido Viejo de la Uocra que si lo fue, fue despues acompañando a sus hijos.

Rafa dijo...

María, en la medida que pueda voy a ir aportando elementos sobre lo que vos decís. Por supuesto que hay que distinguir entre las distintas organizaciones y sus diferentes etapas y métodos de lucha.

Hard, es verdad, la primera resistencia peronista ha sido silenciada y olvidada y cosas como las que vos contás son hoy prácticamente desconocidas. Trataremos de ir rescatando todo lo que se pueda. Aquí encontré una página con documentos y relatos de un peronista histórico de La Plata (R. Hnatiuk):

http://www.relatosdelperonismo.com.ar/historia.htm

Gracias y un abrazo a todos.

Artemio López dijo...

hard si peron volvió es por la segunda resistencia según tu taxonomía y entre esos resistente las formaciones especiales eran claramente el polo más dinámico. Perón no estubo a la altura de los acontecimientos que contribuyó a crear al igual q noe stuvo a la altura en 1955 situación que expresa cooke acabadamente.
Jorge coincido con el post tuyo, el de Abos me parece demasiado inscripto en saraza demonizante del alfonsinismo tardío surgido como discurso en los inicios de aquel gobierno radical y abolido en los tres años siguientes por la unica verdad.
salu2

Rafa dijo...

Artemio, se podría debatir sobre lo que decís en tu primer párrafo, prefiero dejarlo para otro momento.

Es verdad lo que decís de la nota de Abós, de alguna manera prefigura la teoría de los dos demonios (es de octubre del '84, antes de la publicación del Nunca Más). Sin embargo me parece interesante su análisis del concepto de "guerra" como útil tanto al Proceso como a la cúpula de la guerrilla, en relación a lo que se está debatiendo en Ramble. Y el debate sobre las responsabilidades políticas de MEF y cía. no está agotado ni mucho menos.

Un abrazo

Artemio López dijo...

jorge, que un involucrado se autodenomine cualquier cosa no supone que lo sea. Por caso muchos delincuentes se declaran inocentes, muchos sacerdotes se declaran creyentes, muchos periodisteas independientes y muchos encuestadores nos declaramos objetivos y eso no solo es necesariamentes así sino que...en fin. Lo mismo pasa creo con el tema que tratamos acá. Larraquy por caso para sostener su teoría de los soldados, apila documentos donde los referentes de las guerrillas de los setenta se auto declaraban soldados, asumian jerarquías militares etc. Obviomente esto no prueba nada acerca de su condición de soldado que en todo caso debe probarse en sede judicial, cosa que no ocurrió, mas bien esa teoría se desmoronó. En esta dirección tampoco me parece que el concepto de "guerra" sea el adecuado para analizar lo acontecido en aquellos días de plomo.parafraseando a el maestro althusser que señalaba que no se detiene el conflicto social "diciendo" que se ha detenido, digamos que no se es soldado, "diciendo" que uno lo es.
salu2

G.F. dijo...

Coincido con Artemio, ni soldados ni guerra, creo que nadie, salvo larraquy, sostiene esto, debe ser que es amigo de Gallo (noticias) que fue quien le sugirió el titulo. Estos amigos de Artemio!!!. Sls. Gonzalo.-

Hard Core dijo...

El viejo Hnatiuk estaba en la casa de los gremios en la calle 57 donde habia muchos sindicatos que eran delegaciones en La Plata, y que por ser una ciudad muy especial para esa epoca no habia radicacion de industria. Por lo cual gremios de industria habia pocos. Y estatales salvo Ate (no existia UPCN en esa epoca) y los docentes eran un grupo de señoras de exquisiteses eran un monton de dirigentes mas que le ponian el pecho a las cosas que gremios propiamente. Salvo UOM UOCRA, SUPE (pero estaba en ENSENADA) y la CARNE que estaba en Berisso, UTA, que siempre se manejo un poco al margen del Peronismo, igual que comercio. El resto, Papeleros, vidrio, Canillitas, panaderos, Molineros Fatre, todos estaban apiñados en la vieja Casa de la Calle 57. Respecto de lo que dice Hnatiuk mi viejo habia sido uno de los primeros profesores de Educacion Fisica y estaba en DIreccion General de Educacion Fisica en la EPoca de Carlos Aloe, el profesor Otto Burgos era profesor de Historia y ROberto Guaresti hombre de lucha fue un hombre quebrado despues de la toma del Regimiento Siete por las acciones que alli se desarrollaron, termino teniendo una confiteria en La Plata que pretendia ser un estilo NINO, en lo que fue Vicente Lopez.

Hard Core dijo...

El viejo Hnatiuk estaba en la casa de los gremios en la calle 57 donde habia muchos sindicatos que eran delegaciones en La Plata, y que por ser una ciudad muy especial para esa epoca no habia radicacion de industria. Por lo cual gremios de industria habia pocos. Y estatales salvo Ate (no existia UPCN en esa epoca) y los docentes eran un grupo de señoras de exquisiteses eran un monton de dirigentes mas que le ponian el pecho a las cosas que gremios propiamente. Salvo UOM UOCRA, SUPE (pero estaba en ENSENADA) y la CARNE que estaba en Berisso, UTA, que siempre se manejo un poco al margen del Peronismo, igual que comercio. El resto, Papeleros, vidrio, Canillitas, panaderos, Molineros Fatre, todos estaban apiñados en la vieja Casa de la Calle 57. Respecto de lo que dice Hnatiuk mi viejo habia sido uno de los primeros profesores de Educacion Fisica y estaba en DIreccion General de Educacion Fisica en la EPoca de Carlos Aloe, el profesor Otto Burgos era profesor de Historia y ROberto Guaresti hombre de lucha fue un hombre quebrado despues de la toma del Regimiento Siete por las acciones que alli se desarrollaron, termino teniendo una confiteria en La Plata que pretendia ser un estilo NINO, en lo que fue Vicente Lopez.

Hard Core dijo...

Artemio:
Te regalo unos versos del poeta Antonio Machado, porque cansa un poco las definiciones vacuas de si la guerrilla llegaron a ser soldados o no. En realidad, Artemio como diria el poeta, EL OJO QUE VES NO ES OJO PORQUE TU LO VEAS, ES OJO PORQUE TE VE.

Rafa dijo...

Evidentemente las cosas se ponen confusas si se acepta lo que dice Larraquy, Recordemos que el ERP tenía la intención de conquistar una "zona liberada" en Tucumán para poder acceder a la categoría de "ejército beligerante" y pedir reconocimiento internacional. Pero los militares, que en el juicio a las Juntas insistieron tanto con lo de la "guerra", a la guerrilla la denominaban Bandas de Delincuentes Terroristas (BDT). ¿Tiene sentido hablar de una guerra si se enfrenta a bandas de delincuentes? En fin, si no fuera porque los involucrados tienen interés en manipular las palabras, unos para exaltar su heroísmo y otros para justificar sus atrocidades, seguir debatiendo esto es como discutir el sexo de los ángeles. Por lo demás, el alegato de Strassera que nos recordó Diego en Ramble es ejemplar.

Hard, gracias por los recuerdos y por los versos de Machado.

Un abrazo a todos.

Hard Core dijo...

El Federico Durrity que nombra en el la Memoria fue el Famoso Flaco Durruty de la Junta Promotora del Partido Justicialista de 12 miembros que le quedo la nominacion de la Formula Framini-Anglada en el Cabildo Abierto del PJ que se desarrollo un 22 de Agosto en SOYEMEP Sindicato Obreros y Empelados de Ministerio de Educacion de la Provincia. Frente mismo al Ministerio de Educacion de la Provincia de BUenos Aires en LA Plata. Durruty, fue llamado por Peron, a Madrid donde permanecio un año, yo conte esa historia, en lo de Artemio, pues la junta promotora nadie creia que fuera a conducir el comicio como despues lo hizo. El flaco fue dirigente Gremial, Secretario General de Sindicato de Barracas de Lanas de Avellaneda, y hombre puro y nato de la resistencia. Fue un hombre sencillo y pobre, tipo querible, y leal como no a muchos de esa epoca. Vivio siempre en Avellaneda.

... dijo...

Formaciones especiales, mongos aurelios, bandas de delincuentes, terroristas mata niños, revolucionarios...

A pesar de todo siguen siendo Montoneros y eso no se los sacará nadie... ni la historia.

Muy buen blog.
Saludos!
Pablo

35345 dijo...

Hola. A mi entender es en realidad un problema semiológico que oculta una ideología. Si se entiende el termino guerra como una confrontación donde necesariamente deben existir dos bandos entonces se podría decir que hubo una "guerra". Si tanto Montoneros como el ERP tenían grados militares estamos hablando de un ejército irregular, la cosa es que para 1976 ese "ejército" estaba totalmente diezmado, entonces mataron a 30 mil personas que no estaban "combatiendo" o de las cuales todavía estaban alzadas en armas un grupo minúsculo. Walsh cuando se aleja de Montoneros lo hace porque alega que la metodología que estaban usando: "la violencia". No era el único medio y menos el mejor para revertir la situación ya que eso les ponía en contra a la sociedad y les daba un justificativo a los milicos para hacer una "lucha antisubversiva" contra todos. La verdad o la que se lee es que la guerrilla estaba totalmente desarticulada para 1976 y lo que quedaban eran células activas pero minoritarias. Además el mando Montonero traicionó a sus cuadros y los entregó a la barbarie militar, en ese sentido se podría decir que un "ejército" sin mando no es un "ejército". Lo que se debería hacer es juzgar a todos los que en aquel momento no aceptaron a la democracia y tomaron las armas para llegar al poder, luego la justicia verá que penas le corresponden a cada uno ( unos por alzarse contra un gobierno ilegítimo y matar, otros por llevar a cabo un plan sistemático de exterminio). El romanticismo histórico es bastante dañino. Se trata simplemente de darle pelota a la Constitución y a la ley, nada más que eso. Excelente post. Saludos.

Rafa dijo...

Más allá de todos los matices, yo quiero reivindicar a la militancia. A todos los que soñaron con un proyecto transformador, más allá de voluntarismos y errores de apreciación. A los que creyeron sinceramente en la vía armada, o que quedaron muy jugados cuando las cosas se pusieron feas. A los "perejiles de superficie", traicionados y librados a su suerte. A los que se desbandaron y partieron al exilio interno o externo, para al menos salvar el pellejo. Y a todos los que participaron y se entusiasmaron con la política en esa época en que los cambios parecían al alcance de la mano, y después debieron pasar a cuarteles de invierno.

Gracias y un abrazo a todos.

Rafa dijo...

No me hagas, es verdad lo que decís, pasa que vistas con los ojos de hoy muchas de las actitudes de aquella época son difíciles de entender o directamente incomprensibles. Creo que hay varias cosas para analizar por separado:
- La voluntad de participación política transformadora por parte de un enorme número de hombres y mujeres, mayormente jóvenes, cuyo principal ejemplo se dio a través de la JP. No es algo de lo que se hable mucho.
- La existencia de organizaciones orientadas a la lucha armada, que en el caso de FAR-Montoneros terminaron hegemonizando a la estructura política de la JP Regionales. ¿Por qué pasó eso? Es otro tema que no se trata demasiado.
- La concepción militarista de las cúpulas de las "orgas", que llevó a la derrota no sólo de la propia guerrilla sino de todo el movimiento popular. Más allá del recurso a la violencia que hoy nos parece casi absurdo.

A mí en particular más que condenar o sentir lástima me interesa entender y ayudar a entender por qué pasó lo que pasó. Los errores del pasado ya no tienen vuelta atrás, pero pueden ser útiles para sacar lecciones para el presente y el futuro.

Gracias por tu comentario. Saludos.

Unknown dijo...

Reconozcamos que la democracia, en el 73, no era algo por lo que nadie diera dos mangos.
Además, está la experiencia chilena y la manera en que la derecha y la CIA sabotearon aquel intento de construir el socialismo por la vía pacífica.
Y la masacre de Ezeiza y el complot de la derecha peronista contra el gobierno de Cámpora.
Tampoco se puede olvidar que veníamos de un largo período de "democracias" tuteladas, con un ordenamiento legal heredado de dictaduras y con Fuerzas Armadas operando como ejércitos de ocupación bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional.
Es innegable que el ciclo de violencia no empieza con la guerrilla, y que las acciones contrainsurgentes de las FFAA son anteriores a la aparición de las organizaciones armadas revolucionarias.
Digo, pongamos las cosas en contexto.
Cuando vuelvas a postear algo sobre el tema, Jorge, la seguimos.