sábado, septiembre 30, 2006

De esto sí que no se habla

Con motivo de la reciente muerte de Enrique Gorriarán Merlo se publicaron varias semblanzas de su figura, que incluyen necesariamente una reseña de la acción del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) del que él fue uno de los fundadores. También se publicó el domingo pasado en Página/12 un reportaje que se le había hecho el mes pasado. Y entre los blogueros, Artemio puso una entrada en Ramble Tamble basada en un párrafo de ese reportaje, sobre la legitimidad de la lucha armada contra una dictadura.

Esa entrada generó una larga serie de comentarios, pero el planteo de ese post y el debate que originó, a mí no me satisfacían. Sentía que se estaba ignorando un aspecto fundamental de la cuestión. Las cosas se me pusieron más claras cuando, buscando inspiración con Google, me encontré en el sitio ArteUna con este trabajo reciente escrito por Ignacio Politzer, sociólogo y docente de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.

¡Eureka! Ahí está la madre de Dorrego, como decía uno: un análisis de la concepción política sobre la que se basó la lucha armada. Y esto es lo que no se toca en el debate en Ramble Tamble, ni en ninguna necrológica de Gorriarán ni en casi ningún otro lado. Cuando un grupo de personas decide llevar a cabo una revolución por la vía armada, tiene que disponer de una correcta concepción política y estratégica. Como la tuvieron Moreno, San Martín o Bolívar para planificar y lograr el triunfo de la revolución americana en el siglo XIX. Si se parte de una concepción errónea, lo más probable es que se termine en un inútil derramamiento de sangre y en una situación de opresión peor que la que se intentaba combatir. No voy a hacer aquí una reivindicación ni una crítica facilonga de la actuación de las organizaciones guerrilleras ni tampoco me interesa exaltar a unas en desmedro de otras. Respeto a los que lucharon y cayeron, aún estando equivocados. Pero hay que tratar de entender la historia y plantear los debates discutiendo los conceptos de fondo. Y hoy día, si hay algo que falta, es un debate en esos términos. No sé si porque no se le quiere dar argumentos a los defensores del terrorismo de Estado, por olvido (deliberado o no) o qué.

Politzer rescata una discusión entre miembros del PRT-ERP y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en 1971. Es decir que no se trataba de un debate entre "zurdos" y "fachos" (o "liberales") sino entre dos grupos que se reivindicaban como revolucionarios. ¿De qué discutían los muchachos? De un tema que hoy día está "on fire" en el blog de Artemio: del peronismo. Aquí le cedo la palabra al autor, no me queda nada por agregar (van fragmentos del trabajo, las negritas las pongo yo):


La historia no te absolverá

"El marxismo, bien conocido y utilizado es un arma poderosa. Conocido a medias o desconocido sirve solamente para complicar las cosas en lugar de ayudar a comprenderlas mejor. Un mal marxista, con poco estudio y muchas pretensiones, es como un jugador de fútbol que no levanta la cabeza: al final se enreda con la pelota, y termina tirándola afuera. “Se marca solo” dirá la tribuna. Algo parecido le ha ocurrido a la izquierda en este país."
Carlos Olmedo

Me duele la Historia
Discutir sobre la historia, es un tema siempre complejo que a veces resulta muy doloroso. Se nos presenta una cierta sensación de dolor que sin saber cómo conjurar, vamos a intentar superar con el objetivo de poder establecer estrategias de lucha para el presente. Esta discusión se comenzó a dar en los '70 a través de las organizaciones armadas pero no prosiguió, quien sabe debido a qué, seguramente a cuestiones más “urgentes” que se priorizaron por sobre lo importante.

La discusión entre la izquierda internacionalista y la izquierda peronista es la que vamos a desarrollar en este pequeño trabajo.

Se trata de una discusión que se estableció entre un grupo de integrantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores- Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT- ERP) y los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Es una discusión riquísima, por la época, por el fervor con el que se discutía, y la sensación de proximidad a las conquistas que se buscaban conseguir. Es importante recuperar estos textos ya que nos hablan de esa historia que parece que nunca hubiera existido, que parece ser la historia de un pueblo olvidado, que por mucho tiempo estuvo callada por el gran trabajo que han hecho las clases dominantes, que han logrado imponer su concepto de historia, pero que hoy vuelve a hacerse escuchar. Como venía diciendo, se trata de la lucha de la guerrilla contra la dictadura de Onganía y Lanusse, por la liberación económico-social de la Argentina. Es una historia enterrada que no termina de gritar, que nos pide que la escuchemos, que no nos permite olvidar, que no acepta oídos sordos, que aparece recurrentemente. Que está presente por medio de ausencias, de lugares vacíos.

Y en este pedazo de la historia reciente del país, aparece la discusión sobre una historia más lejana, sobre una historia que tiene una distancia casi como la distancia que tenemos nosotros a estos hechos que se produjeron hace 30 años aproximadamente. Ellos discuten sobre algo que necesitaba ser comprendido a su medida, sobre un hecho que pedía lugar y comprensión, que había comenzado treinta años atrás para ellos. Ellos discuten acerca del peronismo. La discusión sobre la interpretación del peronismo envuelve una discusión sobre la historia, o sobre la interpretación de la historia, que es lo mismo, porque de más está decirlo, que la interpretación que pudiera esbozar cualquiera de ellos acerca del peronismo respondía a una cierta estrategia de poder que pretendían tomar en la Argentina.

Y éste es el fondo de la discusión y no me cabe ninguna duda y no siento ninguna nostalgia al decirlo, que también es el fondo de la discusión del campo popular hoy, seguramente con diferentes matices, pero en esencia sigue siendo el mismo problema en esta Argentina que nos quedó, en esta Argentina que nos dejaron. Claro que hoy es distinto, la interpretación de 30 años de distancia varía si uno lo hace desde esa época o si se sitúa en la actual. En ese momento la distancia al surgimiento del peronismo era de 30 años pero se estaba en un proceso inconcluso, que venía desarrollándose. En estos días ese proyecto quedó inconcluso, fue derrotado. Por eso la distancia desde aquí a treinta años parece un abismo, es una distancia hacia otra Argentina. Hay una ruptura de por medio.

Hoy existen otras necesidades, más acuciantes, más visibles, porque atravesamos otras condiciones que las que imperaban en esos momentos, y me atrevo a decir que estamos en peores condiciones, en una situación aún más dificultosa porque la entrega de la nación ha llegado a niveles inimaginables en aquella época. Esto no quiere decir que en ese momento estuvieran en las mejores condiciones en que se pudiera estar y que sólo les faltó decisión política, sino que no había llegado la ofensiva del enemigo, no se había muerto Perón (como líder de un movimiento de masas, que permitía aglutinar tras su nombre), había algunos datos que permitían imaginar una Argentina con futuro, en términos de proyecto autónomo de país. Hoy nos preguntamos qué quedó de eso. Hoy ya no tenemos que discutir sobre coyuntura, en los términos de ese momento histórico, si Perón era esto o era aquello, porque las necesidades son otras, ya sabemos qué pasó, pero creo que cuesta una enormidad asumir la derrota tan dolorosa que ha sufrido el campo popular en este país.

Ellos peleaban para que no implementaran los proyectos que nosotros conocemos de memoria, y entonces ahí radica la diferencia, desde dónde partimos para la acción política.

Entre los objetos y las ideas
(...) El ERP (...) afirma que la dicotomía peronismo-antiperonismo no existe, que es una falsa dicotomía, que es una ilusión de la ideología burguesa que no mira la realidad. Y que en realidad ésta está sumergida dentro de las contradicciones de la burguesía, y por ende no debe ser el conflicto del que deban ocuparse las vanguardias de la clase obrera. Dando cuenta de un análisis de la realidad a distancia, primero interpretando la sociedad argentina desde una concepción internacionalista sólo de forma donde la contradicción burguesía- proletariado en el plano internacional los hace ubicar a los actores de nuestra realidad dentro de ese esquema, y segundo, al existir lo primero, no pudiendo incorporar ni las etapas ni los procesos históricos que se desarrollaron en el país.(...)

Entonces, como se sabe hay una lucha de clases que se da entre burgueses y proletarios, ésta se desarrolla en el planeta Tierra, en un contexto como el capitalismo. Las contradicciones entre los países, o entre las burguesías nativas con las internacionales es algo que no les incumbe en su análisis, o si les incumbe se desarrolla en una instancia muy menor. Ellos sólo observan las contradicciones entre la burguesía y el proletariado en un plano planetario, no hay medias tintas. Esta concepción de análisis no está despegada de las otras concepciones del PRT sino que expresa sus fundamentos básicos que estaban vinculados a la fallida IV Internacional, y su voluntad de aplicar políticas marxistas mundiales, algo así como lo es hoy el Fondo Monetario Internacional y sus mismas políticas para distintos países, culturas, realidades. Y ésta es una constante en los partidos de izquierda de la Argentina y su lejanía con respecto a los deseos de los trabajadores.

Los partidos de izquierda como el Socialista o el Comunista fueron desde sus inicios partidos elitistas, que funcionaban como si tuvieran una verdad revelada que debían intentar transmitirla al proletariado. Nunca se interesaron en ver qué querían los proletarios de su país, nunca les importó la historia de lucha independentista del país. Lamentablemente eligieron mirar siempre hacia Europa en busca de respuestas. Por eso la discusión es siempre en tono de reproche, por eso Cooke pudo decir un día “los comunistas somos nosotros” en referencia a los peronistas.

Retomemos el olvido que les hace recordar Olmedo. En el marco de esta discusión, el ERP nombra todas las formas posibles de acercamiento al peronismo: se puede ser general y peronista, burócrata y peronista, funcionario de la dictadura y peronista, etc. Olvidan sin embargo aquello que Olmedo se encarga de señalar, a saber: que la clase obrera es peronista. En esto que no dicen, en este olvido tan común, se parecen extraordinariamente a las posiciones de la derecha, que veían al peronismo como su enemigo más fuerte porque peleaba el poder real. Esta ausencia está presente, no es un olvido común y corriente, sino que es un olvido necesario, necesitan no dar cuenta de una parte de la realidad para seguir construyendo su objeto.(...)

(...) Porque para el ERP la situación estaba resuelta desde sus concepciones. Perón era un general burgués que venía a calmar los ímpetus revolucionarios y sobre eso no había nada que hacer. La visión de transformación política queda así muy apaciguada, donde la historia ya había elegido, sólo había que hacerse a un lado del movimiento de masas más grande de la Argentina. Se discute sobre lo posible históricamente. El peronismo surge de un movimiento policlasista para enfrentarse a un enemigo, como el imperialismo y, para el ERP, eso es lo único que puede ser.

Para las FAR el análisis descubre otras variables, como los deseos de las masas, como la experiencia propia del pueblo peronista en la resistencia y estos factores le permiten enarbolar una teoría acerca de la historia. Abre el campo para el accionar de los sujetos políticamente para cambiar el rumbo de algo que no está prefijado, pero que si se lo deja a la inercia se moverá en sentido contrario porque las clases dominantes no se quedan sentadas. Pero lo importante, me parece, es rescatar la acción política, la posibilidad de transformar algo que no es, que cambia constantemente, que se adecua al momento histórico particular. Y eso era el peronismo para los militantes peronistas revolucionarios, era un campo de acción donde el final no estaba sellado. Pero, ¿acaso la lucha de clases no se trata de esto?, ¿De las capacidades para lograr ver los momentos de inflexión y poder hacer que la realidad se adecue a los designios del movimiento de masas?(...)

Para los mismos Marx y Engels no había una política mundial, ya que el punto de partida debía ser, indefectiblemente la historia misma, el análisis concreto de una situación concreta a la luz de la teoría marxista y no al revés. Porque las diferencias son serias, no es una pavada para la construcción de la política que se deben dar las masas, y este es otro punto de conflicto, debido a que el ERP tenía una política para las masas que estas deberían aceptar si fueran lo suficientemente lúcidas, y las FAR responden que ellos no se sienten fuera de las masas, sino que son parte. Es una respuesta que dice todo. Aunque ellos (los integrantes del PRT- ERP) formen parte de la clase obrera se sienten afuera, con la altanería de pensar (creer poder pensar) por fuera de ellas. No se trata de que no existan vanguardias, sino que “para estar delante de algo es preciso no estar solo, de lo contrario uno está solo y no delante de nada”.(...)

Aquí radica el problema, el quid de la cuestión. ¿Por qué las masas no se volcaban a la política marxista mundial que proponía el ERP? ¿Estaban atrasadas, engañadas? ¿Les faltaba conciencia? ¿O simplemente respondían a la historia de acuerdo a un momento determinado?

El obrero ideal
Y esto es lo que intenta decir Olmedo, tratar de entender por qué el diálogo con la izquierda argentina es un diálogo de sordos, donde unos presentan lo que el peronismo hizo y los otros lo condenan por lo que no hizo. Por eso la respuesta al ERP es un intento de explicación, muy valioso por cierto, de por qué el peronismo debe ser entendido mediante una valoración positiva para ese momento histórico y que eso iba a determinar cómo continuase la lucha.(...)

Pero estos intereses de este obrero genérico en la Argentina chocan con los del proletariado universal, que está listo para entrar en juego, según los compañeros de la izquierda, pero que todavía no escucha el llamado. Y entonces la solución que encuentran es gritar más fuerte y ahí es donde fallan de nuevo. Siguen pensando que ellos saben algo que los obreros peronistas, que luchan todos los días y deben enfrentarse con sindicatos más que traidores, no saben. Y lo que saben ellos es algo fundamental, saben cuáles son los intereses universales del proletariado. O sea conocen algo que la misma clase obrera peronista no conoce. Y entonces los proletarios argentinos ya llegarán a este estadio de conciencia, sólo que se han cruzado con un obstáculo que ha puesto la ideología burguesa llamado peronismo, pero ya lo resolverán.

Para ellos el peronismo es una máscara y no una identidad política. Es un sombrero que uno se saca o se pone según lo elija. Pero el peronismo, y más que nada la resistencia desde el '55, está marcado en el cuerpo y si alguien quiere hacer política debe saber de su existencia y no tratar de ver cómo se puede esquivar el problema.

“Si sólo no existiera el peronismo” dirían los compañeros del ERP, en un lamento por lo que no fue y que ya nunca va a ser. De esto se trata: de aceptar los tiempos en los que a uno le toca actuar y no lamentarse por algo que nunca fue así. Es como si el peronismo fuera un hecho aislado de la historia que nos presentan, que entró por la ventana en un descuido, que afectó a sujetos que no poseían ninguna ideología anterior, y como el ser humano se queda con lo primero que le satisfaga un poco sus necesidades sin hacer mucho esfuerzo, entonces eligieron esa ideología burguesa que se llama peronismo. Actúan como si dijeran “este concepto no entra en mi esquema ya prefigurado, no sirve”. Pero este concepto es la realidad. Y aquí está la disputa más fuerte porque la concepción que realizan parte de los libros a la realidad, llamándose a ellos mismos materialistas.

La disputa es acerca de qué es el materialismo y cómo deben entenderlo los militantes de los países dependientes que buscan la liberación. Es una disputa por el lugar de la historia nacional en la concepción política. La mera existencia de grupos peronistas como las FAR pone en jaque la explicación que tienen ellos sobre la realidad. Al decir que defienden los intereses universales del proletariado se olvidan de defender los intereses reales, de estar a la par con la historia y no creer que porque podemos pensar en las etapas que vendrán, los momentos del presente han sido superados.

¿Y Hoy?
La lucha que está encaminada hoy en día tiene las mismas dificultades que la de antaño. Después de una década que ha barrido con años de lucha y de conquistas sociales, hay que pensar nuevamente sobre la conciencia del campo popular. Esto si queremos saber hasta dónde podemos llegar hoy en día. Hoy la discusión no se trata de si el peronismo es o no la identidad que debemos asumir, porque es una discusión etérea, ya que este movimiento ha dejado de existir. La discusión es la búsqueda de nuevas identidades que reafirmen nuestra historia de lucha, pero adaptadas a los tiempos que corren, no en el sentido de aggiornamiento, sino como una lectura tomando en cuenta los cambios producidos en la realidad inmediata. Porque si seguimos intentando ir hacia lo que nosotros interpretamos que dicen algunos libros, como ciegos de la realidad, entonces nos seguiremos chocando una y mil veces con la misma pared.


Donde quiera que esté, Don Arturo Jauretche debe estar aplaudiendo (perdón Postino).

18 comentarios:

G.F. dijo...

Me parece que la cuestion de fondo sigue siendo que la discusión sigue desde una optica "anti" peronista por así decirlo, si planteas una lucha armada y partis desde el plano de que "si no hubiera existido el peronismo" estas yendo mal. Los procesos populares ademas de entenderlos hay que sentirlos (gramsci), el peronismo se siente y tratar de convencerme de una idea que no es la realidad en el plano de la fantasía suena barbara pero en el plano de la realidad lo unico que hace es conducirme invariablemente al fracaso mas rotundo me parece. Y pa' colmo la remata con la construcción de algo nuevo como renegando del peronismo, no reconozco que no sea necesaria esa construcción, pero si sostengo que debe ser, por las raices y la resistencia y luchas populares, con una base fundamentalmente peronista, en definitiva la lucha es por los simbolos y los iconos, sino estarían contenidos dentro del peronismo tratando de armar algo nuevo. Sls. Gonzalo.-

Rafa dijo...

Gonzalo, claramente el autor critica duramente la posición internacionalista del ERP por ignorar al peronismo o por considerarlo un obstáculo al que hay que eliminar. Quizás por poner sólo fragmentos aislados en mi post hay algunas cosas que no quedaron claras (voy a revisarlo), te recomiendo que leas el artículo completo. No creo que trate de reivindicar la actuación posterior de las FAR cuando se fusionan con Montoneros y se enfrentan a Perón, sino que hace énfasis en el debate de ese momento sobre la concepción política.

Y con respecto a lo último, me parece que hoy día la lucha hay que darla por el significado, tanto o más que por el significante (¿vacío? diría Artemio con Laclau). Y por supuesto que no se puede negar la raíz peronista en ninguna nueva construcción que se reivindique nacional y popular.

Un abrazo

Hard Core dijo...

Jorge, Gonzalo no entiende bien que las construcciones politicas de los grupos de izquierda de la epoca eran mas bien hegelianas, por ende, racionalistas, jamas vieron al peronismos como un sentimiento popular, sino como una herramienta politica y un dato concreto de la realidad. En lo demas, estoy totalmente de acuerdo, y me animaria a preguntarme, como los hijos de la burguesia, llegan a la conclusion que la lucha armada se llega a la liberacion y debe haber una alianza de clases?, es mas para la psiquiatria que para el analisis politico, no?. Cosa rara el vinculo entre la intelectualidad del doble apellido y la nueva alianza de clases tanto de la derecha como de la izquierda que terminan en el campo nacional y popular. Un verdadero derrotero.

Unknown dijo...

“Cuando un grupo de personas decide llevar a cabo una revolución por la vía armada, tiene que disponer de una correcta concepción política y estratégica”.
Esto es como el asunto del huevo y la gallina, hasta que no la ponés en práctica ¿cómo sabes que tu concepción p&e es correcta? Con el diario de hoy resulta sencillo apreciar los errores de aquellas concepciones.

Lo que no me queda claro es el propósito de oponer dos concepciones que terminaron en el mismo fracaso. Internacionalista o no, peronista o no, fracasaron y fueron derrotadas todas las experiencias revolucionarias de aquella generación.

Tampoco entiendo como se puede reivindicar “un hacer política desde el sentimiento”. Muchachos, eso déjenlo para la cancha. La política en acto, en sentido militante, desde el lugar de quien pretende transformar lo dado, debe primordialmente ser un acto racional.

Hard Core dijo...

Hal:
Espero que te hayas separado del mesianismo de Lilita, ya que si para ella la politica es una acto racional, la etica deviene un mero acuerdo. Lo cual como convencion la internaliza magoya.

Rafa dijo...

Hard Core, creo que tenés razón, hay algo contradictorio en el acercamiento de los intelectuales de clase media o media alta al peronismo allá por inicios de los '70. Se hizo una construcción racional para acercarse a un fenómeno popular político y cultural al que habían sido ajenos (me incluyo). Creo que igualmente fue algo positivo, salvo cuando primaron las concepciones mesiánicas y militaristas y se terminó en un enfrentamiento con Perón y el grueso del Movimiento.

Hal, es cierto, hoy día es fácil señalar con el dedo a los que ya fueron derrotados. Sin embargo me parece positivo rescatar este debate ya que la gente de las FAR le señala a los del ERP la contradicción de querer llevar adelante una revolución cuando las masas populares van por otro lado. Y la visión del ERP es coherente con la histórica incomprensión del peronismo por gran parte de la izquierda de este país, que a mi entender continúa hasta nuestros días. La derrota de los organizaciones armadas peronistas es un tema aparte, que tiene que ver con lo que le contesté a Hard Core más arriba y que no era mi intención tratarlo en este post.

Saludos

Rafa dijo...

Hard, creo que vos apuntabas también a la contradicción entre la concepción de la lucha armada y la alianza de clases. Si bien en el acercamiento de los jóvenes clasemedieros al peronismo que se hizo masivo entre el '71 y el '73 la inmensa mayoría de ellos no tenía ninguna intención de recurrir a la lucha armada, había un "núcleo duro" que había abrevado en las doctrinas del padre Julio Meinvielle y de Marcelo Sánchez Sorondo, y de ahí pasó a la teología de la liberación y al marxismo. Lo cual dio como resultado un cóctel bastante indigesto. En fin, esto
da para tratarlo en otro post.

Un abrazo

Unknown dijo...

Hard core (por siempre novale): hace algún tiempo que nos separamos de común acuerdo. De todos modos, es habitual que los líderes tengan cierto grado de mesianismo. El resto del comentario no le entendí, si quiere explicarlo se lo agradezco.

Jorge: no es un tema aparte la derrota de las organizaciones armadas peronistas, lo que fracasó es la voluntad transformadora de una generación. Lecturas erróneas cometieron tanto el ERP como las FAR (o luego Montoneros); unos subestimaron la adhesión de las masas hacia el peronismo y otros creyeron ver una potencialidad revolucionaria que no existía.

Rafa dijo...

Hal, es cierto lo que decís, que fracasó la voluntad transformadora de una generación. Pasa que hoy en día se usa el cliché del setentismo identificándolo únicamente con las organizaciones guerrilleras (que involucraron a una minoría de gente) y se ignora la participación política y las ansias de transformación que había en una enorme masa de jóvenes. Lo de tema aparte lo dije porque me parece que da para tratarlo largamente en otro lugar y además corresponde a una etapa posterior a la del debate mencionado en este post.

Saludos

Diego F. dijo...

"Hoy la discusión no se trata de si el peronismo es o no la identidad que debemos asumir, porque es una discusión etérea, ya que este movimiento ha dejado de existir. La discusión es la búsqueda de nuevas identidades que reafirmen nuestra historia de lucha, pero adaptadas a los tiempos que corren, no en el sentido de aggiornamiento, sino como una lectura tomando en cuenta los cambios producidos en la realidad inmediata. Porque si seguimos intentando ir hacia lo que nosotros interpretamos que dicen algunos libros, como ciegos de la realidad, entonces nos seguiremos chocando una y mil veces con la misma pared."

Absolutamente de acuerdo, muy buen post Jorge.

Saludos.

G.F. dijo...

parece escrito por marcelo camisay ese parrafo. Sls. Gonzalo.-

Rafa dijo...

Gonza, tranqui, es al revés, resalté ese párrafo justo porque algunas cosas que dice Marcelo me convencieron de la actualidad de estos conceptos. La reaparición de un grado de "gorilismo" en alguna gente que se dice de izquierda muestra cuánto se ha retrocedido en el nivel de los debates, ya que se vuelve a hablar de cosas que hace más de 30 años ya parecían superadas. No creo que el autor del trabajo niegue la actualidad del peronismo sino de su calidad de movimiento tal como existió hasta la muerte de Perón. Igual me parece que eso no hace al fondo de la cuestión, que es encarar la militancia mirando los reales intereses e identidades populares y no partiendo de libros que supuestamente contienen verdades universales (e ignorando la realidad cuando no cumple lo que dicen esos libros).

Saludos

Unknown dijo...

¿Qué rasgo de gorilismo hay en la frase que destaca Diego?

Rafa dijo...

Hal, mejor no aclaro porque oscurece...para mí no hay ahí ningún rasgo de gorilismo (aunque a lo mejor Gonzalo piensa otra cosa). Creo que esa frase se refiere a la inutilidad de volver hoy día a debatir sobre identidad peronista o no peronista porque los desafíos son otros. Y no creo que nadie deba renunciar a su identidad para trabajar en la construcción de algo nuevo. Para mí lo que sí está totalmente superado es el viejo antiperonismo gorila (al que, con todo respeto, veo reaparecer en algunos comentarios como los de Marcelo C.), como lo estaría un peronismo que se quedara en la liturgia y la simbología histórica e ignorara la realidad actual.

Saludos

Diego F. dijo...

El párrafo es representativo de lo que creo. Más allá de si es peronismo/marxismo/lo que fuere, creo que hay que tomar de punto de partida la situación actual.
En algún punto tiene algo de la analogía que cita Jauretche (el amigo de postino) cuando habla de la zoncera "civilización y barbarie".

"...Lo propio del país, su realidad, está excluida de su visión. Viene a civilizar con su
doctrina, lo mismo que la Ilustración, los iluministas y los liberales del siglo XIX; así su ideología
es simplemente un instrumento civilizador más. No parte del hecho y las circunstancias locales que
excluye por bárbaras, y excluyéndolos, excluye la realidad. No hay ni la más remota idea de
creación sobre esa realidad y en función de la misma. Como los liberales, y más que los liberales
que —ya se ha dicho— eran congruentes en cierta manera, aquí se trata simplemente de hacer una
transferencia, y repiten lo de Varela: —"Si el sombrero existe, sólo se trata de adecuar la cabeza al
sombrero". Que éste ande o no, es cosa de la cabeza, no del sombrero, y como la realidad es para él
la barbarie, la desestima. De ninguna manera intenta adecuar la ideología a ésta; es ésta la que tiene
que adecuarse, negándose a sí misma, porque es barbarie."

Nada de gorilismo, perón hizo cosas buenas, otras malas, y después vinieron otros e hicieron otras cosas que nos trajeron a donde estamos. Bien, de acá, de hoy, con estos problemas y esta realidad tenemos que proyectar como cambiar las cosas. A eso iba con la cita.

Saludos

Rafa dijo...

Perfecto Diego, ese párrafo de Jauretche es uno de los que me venían a la memoria cuando leía ese trabajo.

Gracias y un abrazo.

Unknown dijo...

Córtenla con Jauretche que se va a enojar il postino.

G.F. dijo...

Only Jauretche puede poner paz y conciliar estos versos que yo supuse en contradicción. Sls. Gonzalo.-